El Valencia despacha a un rival menor
Los de C¨²per recurren a su fortaleza a¨¦rea para superar con facilidad al d¨¦bil Sturm Graz
El Valencia tir¨® de su enorme potencial a¨¦reo para tumbar a un equipo menor que en la Liga espa?ola no pasar¨ªa probablemente de la Segunda Divisi¨®n. La energ¨ªa de Mendieta y la potencia de Carew hicieron papilla una y otra vez a la envejecida defensa austriaca, que nunca supo c¨®mo pararlas. Si llega a tener el delantero noruego un poco de picard¨ªa el Sturm sale de Mestalla con un saco de goles. En contra, claro. Resulta dif¨ªcil ahora creer que este conjunto dejara fuera al Glasgow Rangers y al M¨®naco en la primera fase. Se supone que es porque se multiplica por tres en su estadio, el Arnold Schwarzenegger (ser¨¢ por eso, por el intimidatorio nombre del campo).De hecho, el Valencia arroll¨® a un Sturm Graz diminuto que puso el autob¨²s en Mestalla. Pocas veces se ve tan abismal diferencia entre dos equipos de la Liga de Campeones. Y menos en la segunda fase. Lo que ocurre es que el dominio valencianista no se tradujo en la ventaja proporcional correspondiente porque el grupo de C¨²per juega sin hacer funcionar apenas las bandas. La derecha, por la querencia de Mendieta a visitar otras zonas del campo en las que se halla m¨¢s a gusto; y la izquierda porque ayer el Kily Gonz¨¢lez era un alma en pena, recordando aquel nefasto partido que jug¨® en la pasada final de la Liga de Campeones en Par¨ªs. En estas circunstancias, s¨®lo le quedan al Valencia dos recursos a los que aferrarse: o bien se aprovecha de alguna jugada a bal¨®n parado dado que hay tanta envergadura en el grupo; o bien se recurre a Carew, que controla con destreza los pelotazos, los protege extraordinariamente y, en ocasiones, hasta se gira y dispara con correcci¨®n. Estos dos planes se resumieron en uno al filo del descanso, en el momento m¨¢s cr¨ªtico de los locales, cuando la grada empezaba a cansarse de la espesura de sus chicos. Entonces apareci¨® Carew al primer palo y cabece¨® a gol un c¨®rner sacado por Mendieta. Cuando se pone en marcha, es realmente dif¨ªcil parar los 196 cent¨ªmetros de carrocer¨ªa del delantero noruego: tanto por arriba como por abajo.
VALENCIA 2STURM GRAZ 0
Valencia: Ca?izares; Angloma, Djukic, Pellegrino, Bj?rklund (Amarilla, m. 57); Mendieta, Albelda, Baraja (Milla, m. 89); Kily Gonz¨¢lez (Vicente, m. 80); S¨¢nchez y Carew.Sturm Graz: Sidorczuc; Mamedov, Neukirchner, Prilasnig; Schopp (Feldhofer, m. 76), Schupp, Korsos, Reinmayr (Szabics, m. 82), Minaband; Vastic y Kosijan. Goles: 1-0. M. 45. Carew remata de cabeza un c¨®rner botado por Mendieta. 2-0. M. 47. Juan S¨¢nchez, de nuevo tras un saque de esquina servido por Mendieta, bate a Sidorczuc con un remate de cabeza. ?rbitro: Kim Milton Niel sen (dan¨¦s). Unos 30.000 espectadores en Mestalla. Primer partido de la segunda fase de la Liga de Campeones, grupo A.
Asunto resuelto, se supuso. El Sturm sali¨® a defender con 10 tipos y tir¨® por primera vez a puerta en el minuto 41. Ah¨ª qued¨® retratado. Por parte austriaca, apenas si se vio nada. Si acaso alguna que otra penetraci¨®n por la derecha del veloz Schopp, que trat¨® de sacar partido de la extra?eza que su marcador (Pellegrino) sent¨ªa del puesto que ocupaba: lateral izquierdo. Obligado por las ausencias, el larguirucho Pellegrino hubo de actuar pegado a la banda. Pero la resolvi¨® con oficio e inteligencia, dos de las virtudes que adornan al defensa argentino.
El escaso p¨²blico congregado en Mestalla (la peor entrada de los dos ¨²ltimos a?os en Europa) se apacigu¨® cuando Carew abri¨® la lata austriaca. Era el presagio de una noche tranquila. Por mucho que acumulara hombres atr¨¢s, el Sturm carec¨ªa completamente de rigor defensivo y de eso se dio cuenta el p¨ªcaro S¨¢nchez, que cabece¨® otra vez al primer palo otro centro de c¨®rner desde la banda derecha de Mendieta. Un gol muy similar al primero, aunque esta vez S¨¢nchez embelleci¨® el remate al dibujar un escorzo en el aire. Mendieta entonces decidi¨® que el partido era suyo y particip¨® de una manera apabullante en el juego. L¨¢stima que por el otro lado el Kily Gonz¨¢lez prolongaba su estado lamentable, sin que C¨²per inexplicablemente le concediera un descanso hasta cerca del final. Quien no lo necesita, evidentemente, es Djukic, que, a sus 35 a?os, defiende con una autoridad incontestable. M¨¢s que suficiente para controlar el esmirriado poder ofensivo del Sturm, que es peso pluma. El partido, con espacios, qued¨® listo para la goleada, pero Carew estuvo ego¨ªsta y torpe por partes iguales. No pas¨® cuando deb¨ªa y fall¨® ocasiones clar¨ªsimas. Todo sea achacado a su juventud: 20 a?os. Su actuaci¨®n, con todo, result¨® notable para la hinchada, que lo consider¨® con sus aplausos el mejor del partido.
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