Un antisemita en Kursk
El intento de Putin de controlar a los l¨ªderes de las regiones deriva en esc¨¢ndalo
Kursk, adem¨¢s de un submarino nuclear de infausta memoria, es una regi¨®n rusa situada unos quinientos kil¨®metros al sur de Mosc¨² y que fue escenario de la mayor batalla de carros de combate de la II Guerra Mundial.All¨ª gobernaba hasta octubre, con una cota de esc¨¢ndalos no muy superior a la media, un antiguo h¨¦roe de Afganist¨¢n, Alexandr Rutsk¨®i, vicepresidente con Bor¨ªs Yeltsin hasta que le plant¨® cara en 1993 y se encerr¨® en la Casa Blanca (sede del Gobierno ruso), de la que le expulsaron a ca?onazos.
Indiscutible favorito, Alexandr Rutsk¨®i contaba con ser reelegido gobernador. Pero el l¨ªder del Kremlin, Vlad¨ªmir Putin, hab¨ªa decidido convertirlo en conejillo de indias y ejemplo de lo que les puede pasar a los l¨ªderes regionales que se resistan a su designio de fortalecer lo que ¨¦l llama "la vertical del poder".
Es m¨¢s f¨¢cil que un camello pase por el ojo de una aguja que encontrar a un convencido de que Rutsk¨®i fue expulsado por un tribunal regional de la carrera electoral, tan s¨®lo unas horas antes de los comicios, por "minucias" tales como abuso de poder y facilitar datos incorrectos en su declaraci¨®n de bienes.
Con Rutsk¨®i fuera de juego, la elecci¨®n se decidi¨® entre el representante de Putin en la regi¨®n, el ex general del FSB (heredero del KGB sovi¨¦tico) V¨ªktor Surzh¨ªkov, y el jefe comunista local, Alexandr Mij¨¢ilov. Este ¨²ltimo gan¨® y, apenas hacerlo, se arranc¨® con unas declaraciones que dejaron en un pasmo a medio pa¨ªs. "El presidente y yo", afirm¨®, "somos aliados". "Vlad¨ªmir Vlad¨ªmirovich es ruso. Yo, tambi¨¦n. Y Rutsk¨®i, por si alguien lo ignora, tiene una madre jud¨ªa, Zinaida Iosifovna", dijo Mij¨¢ilov.
D¨ªas despu¨¦s, remat¨® la faena al denunciar que en Kursk se libr¨® una batalla de patriotas contra el Congreso Jud¨ªo de Rusia (CJR) y que "detr¨¢s de Rutsk¨®i estaba Berezovski", en referencia al oligarca ruso por antonomasia. Deseoso de halagar a Putin, no pudo evitar la tentaci¨®n de citar al oligarca por antonomasia, jud¨ªo al igual que el patr¨®n del grupo de comunicaci¨®n Media Most, Vlad¨ªmir Gusinski, presidente del CJR y en cabeza de la lista negra del Kremlin.
El Kremlin se desmarc¨® de Mij¨¢ilov, que tuvo que rectificar, pero se ech¨® en falta un desmentido categ¨®rico de Putin, quien, seg¨²n el imprudente gobernador, le ayud¨® activamente en su campa?a, incluso envi¨¢ndole su psic¨®loga personal, una figura cuya existencia misma se ignoraba (y se sigue ignorando).
Pero lo peor estaba por llegar. El pasado domingo, un vicegobernador con Rutsk¨®i, Sergu¨¦i Maksachiov, acudi¨® a la Administraci¨®n regional para presentar su carta de renuncia.
All¨ª, declar¨® luego, un tal Vasili Oleinikov, que se present¨® como teniente general del espionaje militar, le introdujo en un despacho y, en presencia de un antiguo fiscal, le golpe¨® y tortur¨® durante m¨¢s de tres horas, llam¨¢ndole "perro jud¨ªo" y amenaz¨¢ndole as¨ª: "No pudimos acabar con el jud¨ªo principal, pero acabaremos contigo". El padre de Maksachiov es jud¨ªo.
El antiguo vicegobernador termin¨® en el hospital, pero no traicion¨® a Rutsk¨®i. ?ste ha presentado una denuncia. Mij¨¢ilov desmiente estar implicado en el incidente, pero su toma de posesi¨®n qued¨® deslucida por la presencia de l¨ªderes nacionales, incluido el comunista Guennadi Ziug¨¢nov.
Oleinikov ha sido detenido, y no es quien dijo ser. Putin ha ordenado al fiscal general, Vlad¨ªmir Ust¨ªnov, que investigue el caso. El tiro de Kursk le est¨¢ saliendo por la culata al presidente. Y se recuerda que la palabra "pogromo", no sin raz¨®n, es de origen ruso.
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