Premio a la obediencia

El Gobierno adjudic¨® ayer dos canales de televisi¨®n digital terrestre a sendos grupos vinculados con los dos diarios m¨¢s adictos a Aznar: El Mundo y Abc. Fuera se han quedado las opciones del Grupo God¨® (La Vanguardia), la Cope (propiedad de la Iglesia cat¨®lica) y un consorcio sueco independiente. Una vez fracasado el intento de que los aspirantes se agruparan en dos consorcios, el Gobierno ha actuado conforme a sus intereses pol¨ªticos privados: a los m¨¢s obedientes. Como ha se?alado el Grupo God¨®, ha sido un golpe a la indiscutible tradici¨®n y vocaci¨®n catalanas en la industria audiovisual. Bajo el estandarte de ampliar el pluralismo de la oferta televisiva, lo que en realidad ha hecho el Gobierno es concederse dos nuevos canales de televisi¨®n a la mejor gloria de Aznar.Las emisiones de televisi¨®n anal¨®gica desaparecer¨¢n en Espa?a en el 2011. Las nuevas licencias son para dos cadenas de televisi¨®n digital terrestre -sin cables ni parab¨®licas para su recepci¨®n-, y ser¨¢n en abierto, a diferencia de la anterior licencia concedida a Retevisi¨®n (el canal Quiero) para una plataforma digital terrestre de pago. El Gobierno ha impedido a los actuales operadores y a sus accionistas participar en el concurso, que ha terminado adjudicando seg¨²n criterio no ya de afinidad ideol¨®gica, sino de directa dependencia pol¨ªtica y personal, y con colusi¨®n entre intereses particulares y p¨²blicos, de actuales y antiguos altos cargos y amigos del presidente. Es decir, pago de servicios prestados y regalo para los amigos.

No servir¨¢ de consuelo al Grupo God¨® la concesi¨®n de una licencia de radio digital (la otra concedida ayer fue para el Grupo Correo-Tele 5), de peores caracter¨ªsticas t¨¦cnicas que las diez que -dos d¨ªas antes de las elecciones- otorg¨® el PP. El Gobierno de Aznar, que en su d¨ªa critic¨® con extrema dureza la concesi¨®n por el Gobierno socialista de las primeras televisiones privadas -en particular la de Canal +, proyecto participado por el Grupo PRISA-, no ha tenido ahora recato alguno en intervenir en provecho propio en un mercado que debiera ser libre y s¨®lo regulado por autoridades independientes del Ejecutivo. Exactamente lo contrario de una pol¨ªtica liberal y lo propio de un Gobierno intervencionista y arbitrario.