Frank Capra sale de las celdas
Un maestro de presos escribe una novela y rueda una pel¨ªcula ins¨®lita sobre el mundo carcelario con aficionados
"?Que c¨®mo es C¨¦sar? Mira, si llega a hablar con Jesucristo diez minutos antes, le convence de que no se crucifique". Son palabras de uno de los c¨¢maras que C¨¦sar Mu?oz, salmantino de 53 a?os y maestro desde hace 27 en las dos c¨¢rceles de M¨¢laga, ha reclutado para culminar su ins¨®lito proyecto cinematogr¨¢fico. Hace cuatro a?os, no ten¨ªa ni idea de cine: dedicaba su vida a ense?ar y convencer a los reclusos de que en la c¨¢rcel ten¨ªan m¨¢s oportunidades que fuera para aprender un oficio o estudiar una carrera. C¨¦sar cree que "cualquier persona respetable puede acabar con sus huesos en la celda, si le rodean ciertas circunstancias".El maestro, que tiene fama de legal, tenaz e imaginativo dentro y fuera de la c¨¢rcel, est¨¢ acabando de montar su pel¨ªcula: El buz¨®n de los sue?os. Para culminar este proyecto, que le ha costado 22 millones de pesetas en tres a?os de rodaje, ha hipotecado su casa, ha implicado a familia y amigos hasta el apostolado y ha logrado que la empresa de c¨¢maras casi lo convierta en un mes¨ªas.
El caso es que ha acabado convenciendo a 103 personas respetables, entre ellas inspectores de polic¨ªa, abogados, peque?os delincuentes, camellos, ex presidiarios, m¨¦dicos, mendigos, funcionarios de prisiones, hijo y nieto para que hicieran por vez primera de actores y gratis en su pel¨ªcula. Este verano, el suyo apareci¨® como uno de los siete proyectos de ficci¨®n subvencionados por el Instituto de Cinematograf¨ªa del Ministerio de Cultura.
Llena de historias nunca vistas en el cine espa?ol, rodadas a veces con torpeza t¨¦cnica y otras con un br¨ªo ins¨®lito para un aprendiz, su Buz¨®n de los sue?os resume una novela, que va a publicar el editor malague?o Gustavo Jim¨¦nez, otro de los seducidos por C¨¦sar. "Cuando lleg¨® a mis manos no me lo pod¨ªa creer; est¨¢ magn¨ªficamente escrita", afirma Jim¨¦nez.
Hace cuatro a?os Mu?oz pens¨® que el libro donde iba novelando historias vividas en su propia piel o en la del preso de al lado, ten¨ªa enjundia para convertirse en pel¨ªcula.
- ?Pero si no sabes nada de cine!, le dijo su hijo, funcionario de prisiones, antes de saber que ¨¦l y el nieto iban a acabar protagonizando la pel¨ªcula.
-No es problema, te gastas 30.000 pelas, te compras unos libros y aprendemos, contest¨® el padre, que se compr¨® C¨®mo hacer una pel¨ªcula sin un duro, de Robert Rodr¨ªguez.
Aprendi¨® c¨®mo escribir un gui¨®n. No era ninguna proeza; hab¨ªa sacado en a?o y medio la licenciatura de Psicolog¨ªa. "Muchas ganas, cierta inconsciencia, humildad y la generosidad de la gente", dice que fueron sus armas.
La pel¨ªcula combina ingenuidad y crudeza. Situada en los primeros a?os de la democracia, narra la historia de un joven salmantino que, al morir su padre y quedar la familia sin sustento, simula un hurto para entrar en la c¨¢rcel y liberar de la carga del estudio a la viuda. All¨ª har¨¢ su carrera de derecho y conocer¨¢ a reclusos que le ense?an "el valor de la palabra libertad". El gui¨®n est¨¢ lleno de buena gente: har¨ªa las delicias de Frank Capra. Pero tampoco se corta un pelo al mostrar c¨®mo los presos arrancan los dientes a un gato para que practique felaciones o c¨®mo se utilizan palomas mensajeras para pasar hero¨ªna al trullo. O c¨®mo un sargento de la Guardia Civil ata a un hombre a una banqueta tras las patas de un burro para que le cocee. "Todo es absolutamente real; todas esas cosas me han pasado o las he visto", admite el maestro.
"Lo que quiero ahora es que la coja alg¨²n festival, que se vea y se distribuya", dice. Su mujer, Carmen, maestra, le mira y dice: "A ver si ahora ya podemos vivir normalmente". ?l saca otro gui¨®n y dice: "Ahora estoy pensando en rodar ¨¦ste: va sobre la droga...".
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