La cabra
Nunca he entendido muy bien por qu¨¦ la gaviota es el s¨ªmbolo del Partido Popular. Posiblemente sea s¨®lo una cuesti¨®n de simplicidad pl¨¢stica. En dise?o gr¨¢fico, como en tantas cosas, menos es m¨¢s y por tanto, a efectos de memoria y de fijaci¨®n de la marca en la retina del elector, la sencillez es tambi¨¦n un plus. Pero yo, que quieren que les diga, mientras m¨¢s tiempo disfruta el PP del poder, m¨¢s que con la gaviota, lo asocio con la cabra. Sin embargo, esa identificaci¨®n visual no es, como algunos malpensados pudieran sospechar, por la vocaci¨®n agreste del animalito. Al rev¨¦s, la derecha montaraz pas¨® a la historia precisamente a manos del PP, que ha transformado esa derecha cavern¨ªcola y ultramontana en una derecha aseada, con apenas alguna excepci¨®n como son las diputaciones provinciales y sus tres pr¨®ceres del franquismo que las gobiernan: Fabra, Giner y Espa?a.No, no, no, a m¨ª, lo que me admira del PP, y de ah¨ª la identificaci¨®n caprina, es la facilidad para vender la cabra. Por eso estoy convencido del enorme futuro pol¨ªtico de Eduardo Zaplana. Es un vende cabras nato, nuestro primer vende cabras. El viernes, sin ir m¨¢s lejos, anunciaba un plan de humanizaci¨®n de la atenci¨®n sanitaria por el que todos los hospitales p¨²blicos tendr¨¢n habitaciones individuales y psic¨®logos para los enfermos y sus familiares. Un plan, como los ya anunciados de atenci¨®n gerontol¨®gica, o de la igualdad de la mujer, sin plazos y sin presupuestos, pero que en su conjunto, hay que reconocerlo, es una hermos¨ªsima cabra. L¨¢stima que la realidad sea a¨²n m¨¢s tozuda que las cabras y a veces alguien se empe?e en sacarla a la luz, como hizo el s¨¢bado este peri¨®dico cuando dio cuenta de los resultados de dos an¨¢lisis encargados por su Gobierno, que hab¨ªan detectado la bacteria de la legionella en la red de agua potable de Alcoy.
Se dir¨¢ que el president tiene mala suerte con sus consejeros de Sanidad. El caso Maeso fue un precedente de ocultamiento de la causa del contagio, pero entonces al frente de la sanidad p¨²blica ten¨ªa a Joaqu¨ªn Farn¨®s, un m¨¦dico oficialmente incapaz para trabajar y por tanto, tambi¨¦n para la ardua tarea de vender cabras. El siguiente consejero de Sanidad, Jos¨¦ Emilio Cervera, hab¨ªa demostrado en su cargo anterior una enorme facilidad en la venta de cabras inform¨¢ticas (Infoville), de ah¨ª que le llamaran el moderno, aunque luego acabara enred¨¢ndose con su esposa en la telara?a de las adjudicaciones y el asunto le costara el cargo. Ahora le toca el turno a Seraf¨ªn Castellano, quien despu¨¦s de negar repetidas veces que se hubiera detectado la existencia de legionella en la red de agua potable, tras saber que EL PA?S publicar¨ªa los informes, reconoci¨® su existencia y afirm¨®: "Se lo cuento porque nuestra pol¨ªtica es de total transparencia informativa". Tampoco estuvo muy fino vendiendo la cabra. Por cierto ?lo de las vacas cuerdas no ser¨¢ otra cabra?
Ahora que para cabra admirable, la de la pol¨ªtica antiterrorista. Mientras muchas voces se levantan pidiendo el di¨¢logo con los nacionalistas que respeten las reglas democr¨¢ticas, precisamente para aislar a ETA, Zaplana y otros vende cabras del PP atacan a la oposici¨®n diciendo que no se puede dialogar con los que matan. Abracadabra pata de cabra.
As¨ª que, si la Legi¨®n espa?ola no pone ninguna pega porque le arrebaten su s¨ªmbolo, el PP deber¨ªa ponerse la cabra en la bandera, un animal que es como Atila, por donde pasa no vuelve a crecer la hierba.
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