Gore impugna el resultado de Florida y acusa a los republicanos de bloquear el escrutinio
En una decisi¨®n sin precedentes en la historia de las elecciones presidenciales estadounidenses, Al Gore present¨® ayer en un tribunal de Tallahassee, la capital de Florida, un documento de 22 p¨¢ginas impugnando los resultados oficiales en ese Estado, que conceden a su rival, Bush, la victoria por 537 sufragios. En el documento pide al tribunal que "certifique que Gore y Joe Lieberman recibieron la mayor¨ªa de los votos". El vicepresidente se dirigi¨® esta madrugada a sus compatriotas para explicar su posici¨®n: lo que est¨¢ en juego es la credibilidad del sistema, no la conveniencia de un partido, asegur¨®.
Su rebeld¨ªa, que recibi¨® el apoyo de los l¨ªderes dem¨®cratas del Congreso de EE UU, no est¨¢ basada en la voluntad de ganar, sino en la de "preservar la integridad del sistema", asegur¨®. La impugnaci¨®n afirma que los resultados certificados en la noche del domingo por Katherine Harris, secretaria de Estado de Florida, "incluyen votos ilegales y no incluyen votos legales que fueron rechazados inadecuadamente. El n¨²mero de esos votos es suficiente para poner en duda o cambiar el resultado de estas elecciones". A Harris la acus¨® de bloquear el recuento, poniendo en marcha todo tipo de argucias para retrasar el escrutinio. Gore cita tres condados concretos: en Miami-Dade no fueron escrutados a mano unos 10.000 votos que hab¨ªan sido rechazados por las m¨¢quinas ("debido a la presi¨®n orquestada por los republicanos"); los resultados de Harris no incluyeron el recuento manual de Palm Beach, que culmin¨® fuera de plazo, y en Nassau la junta electoral opt¨® al final por los resultados del primer recuento mec¨¢nico en vez del segundo, que le conced¨ªa 51 votos adicionales.
Mientras el caso le fue asignado al juez Sanders Sauls, Gore se lanz¨® a una fren¨¦tica campa?a de relaciones p¨²blicas. Por la ma?ana sostuvo una conferencia telef¨®nica con Dick Gephardt y Tom Daschle, los l¨ªderes dem¨®cratas en el Congreso, que fue retransmitida en directo por las cadenas de radio y televisi¨®n. "Todos los votos deben ser escrutados", dijo Gore. "Nuestros rivales afirman que ya ha habido tres recuentos, pero muchos miles de votos jam¨¢s han sido escrutados. Si no los contamos, la integridad de nuestra democracia ser¨¢ puesta en cuesti¨®n". "Estoy muy animado", a?adi¨®. "Si se cuentan esos votos, hay elementos para cambiar los resultados de Florida a nuestro favor".
Gore machac¨® esta madrugada esos argumentos en el mensaje televisado a la naci¨®n en horario de m¨¢xima audiencia. Pidi¨® a sus compatriotas "paciencia" y les asegur¨® que sigue combatiendo no por deseo personal de victoria, sino por razones m¨¢s altas, como la defensa de la Constituci¨®n.
Pero la cruzada que ayer emprendi¨® Gore es "contrarreloj", como reconoci¨® Daschle. El plazo final para confirmar o alterar los resultados oficiales en Florida anunciados el domingo vence el 12 de diciembre. Ese d¨ªa Florida tiene que tener listos sus 25 compromisarios en el Colegio Electoral, que se reunir¨¢ en Washington el 18 de diciembre para nombrar presidente. Gore cuenta con 15 d¨ªas.
Tambi¨¦n es una cruzada contra la fatiga de la opini¨®n p¨²blica. El primer s¨ªntoma de impaciencia lleg¨® ayer cuando una encuesta de The Washington Post-ABC News se?al¨® que el 60% de los estadounidenses cree que ha llegado la hora de que Gore arroje la toalla. Aunque discutida, la certificaci¨®n de la corta victoria de Bush en Florida marc¨® un salto cualitativo en esta ins¨®lita lucha por la Casa Blanca. El republicano ascendi¨® a la condici¨®n de supuesto presidente electo y el dem¨®crata pas¨® a la de candidato en rebeld¨ªa.
Muchos l¨ªderes dem¨®cratas salieron ayer a la palestra para expresar su solidaridad con Gore. Muy significativo fue el apoyo de los l¨ªderes de las minor¨ªas dem¨®cratas en la C¨¢mara de Representantes y el Senado, Gephardt y Daschle. Pero tambi¨¦n se escucharon voces disidentes. "Tengo grandes dudas sobre que el vicepresidente act¨²e de modo sabio al continuar la pelea e impugnar los resultados de Florida", dijo Robert Reich, ex secretario de Trabajo con Clinton.
Una semana m¨¢s
El desaf¨ªo de Gore era jaleado con entusiasmo por el ala izquierda del Partido Dem¨®crata: los afroamericanos, los sindicatos y los liberales. Pero los moderados le conced¨ªan apenas una semana m¨¢s, hasta que el dict¨¢men del Tribunal Supremo de EE UU. ?sa era la opini¨®n de la prensa que pidi¨® el voto para Gore. "No creemos que Gore tenga una licencia para pleitear hasta la puesta del sol", se?al¨® The New York Times. En el campo republicano reinaba unanimidad en que el partido, tras dos pr¨®rrogas, ha terminado con su victoria.Los expertos creen que Gore tiene una tarea dif¨ªcil en los tribunales de Florida. "La carga de la prueba recae en sus hombros", se?al¨® Lloyd Cutler, ex abogado en la Casa Blanca de Clinton. Una vez certificados, Gore es el que tiene que probar ante los tribunales que los resultados son incorrectos. "Tiene que aportar argumentos de peso, pruebas y testigos de fraude, mala intenci¨®n o desorientaci¨®n masiva de los electores, y no s¨®lo irregularidades t¨¦cnicas", se?al¨® Boyden Gray, ex abogado de la Casa Blanca del padre de Bush.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.