El ¨²ltimo vuelo del 'Costas Canarias'
Un mill¨®n de horas de vuelo, lo que equivale a 42.000 vueltas al mundo o 2.150 viajes de ida y vuelta entre la Tierra y la Luna. ?sas son las cifras que dejar¨¢ para la historia el DC-10, uno de los aviones veteranos de la compa?¨ªa a¨¦rea Iberia que ayer cumpli¨® oficialmente su ¨²ltimo vuelo.En algo m¨¢s de siete horas, el DC-10 Costas Canarias cruz¨® el Atl¨¢ntico entre Caracas y Madrid. Una nave del mismo modelo cubri¨® esa distancia 27 a?os atr¨¢s, cuando el avi¨®n fue adquirido por la compa?¨ªa y se convirti¨® en uno de los encargados (el otro es el Boeing 747) de transportar a m¨¢s de 15 millones de personas entre Europa y Am¨¦rica. Iberia ha llegado a tener nueve de estas naves. Per¨², Brasil, Ecuador, Colombia, Cuba, Puerto Rico, Estados Unidos o la Rep¨²blica Dominicana han sido sus destinos.
Pero el de ayer no era s¨®lo el ¨²ltimo vuelo del Costas Canarias. Su comandante, Fernando Travesero, cumpl¨ªa tambi¨¦n su ¨²ltima misi¨®n en el aire despu¨¦s de 29 a?os de servicio en Iberia. Ahora, jubilado, pasar¨¢ a la reserva de la compa?¨ªa, pero no volver¨¢ a volar. "?ste es un avi¨®n entra?able, pero sobre todo es un gran avi¨®n", dijo conmovido el comandante.
El pr¨®ximo mes, los tres modelos DC-10 que contin¨²an en servicio ser¨¢n reemplazados por el Airbus 340, uno de los aviones m¨¢s modernos del mundo, con un alcance de 12.700 kil¨®metros frente a los 9.100 del DC-10. La nueva aeronave est¨¢ dotada con los ¨²ltimos avances tecnol¨®gicos y posee un moderno dise?o interior. Tiene capacidad para transportar 249 pasajeros en gran clase, business y turista. Adem¨¢s, puede cubrir sin escalas cualquiera de los destinos americanos de Iberia, como Buenos Aires o Santiago de Chile, a unos 10.700 kil¨®metros de Madrid.
La jubilaci¨®n del DC-10 s¨®lo obedece a un plan de renovaci¨®n de la flota de la compa?¨ªa, aunque est¨¢ a¨²n en capacidad de volar. El destino de estos aviones, por ahora, ser¨¢ ocupar varios de los hangares del aeropuerto mientras la compa?¨ªa decide su futuro. Lo m¨¢s probable es que sean vendidos a empresas m¨¢s peque?as.
Las 80.143 horas de vuelo y las 16.043 operaciones (est¨¢n incluidos los despegues) del Costas Canarias terminaron ayer con un emotivo homenaje a bordo del avi¨®n, aparcado en una pista del aeropuerto de Barajas. El comandante Travesero sent¨ªa una mezcla extra?a de alegr¨ªa y tristeza. Alegr¨ªa, porque por fin podr¨¢ dedicarse a otra de sus grandes pasiones, la del canto l¨ªrico. Y tristeza, porque deja atr¨¢s al avi¨®n de los okupas, como es conocido el DC-10. "Yo me enter¨¦ de que le llamaban as¨ª porque la tripulaci¨®n que viajaba en ¨¦l no quer¨ªa que le asignaran otra aeronave, ya que ¨¦sta es muy entra?able. Siendo de okupas, me imagin¨¦ que deb¨ªa ser muy divertido. Y lo es". Travesero lleg¨® a Iberia cuatro a?os antes de que la compa?¨ªa adquiriera los DC-10. Pero s¨®lo pudo comenzar a tripularlos en 1996. "Para m¨ª es muy grato saber que el avi¨®n termina conmigo y yo con ¨¦l", dijo.
En sus 29 a?os de servicio, el comandante confes¨® que nunca ha sentido miedo. Relat¨®, eso s¨ª, que durante el ¨²ltimo viaje entre Caracas y Madrid no pudo dormir en toda la noche pendiente de las tormentas y el fuerte viento que azotaban el Atl¨¢ntico. "Pero, pese a ello, fue un vuelo normal, con algo de turbulencia", cont¨®. Travesero tambi¨¦n record¨® el d¨ªa que tuvo que enfrentarse a un motin de pasajeros en Santo Domingo. Los viajeros se negaban a creer que el avi¨®n ten¨ªa serias aver¨ªas y que no pod¨ªa volar, as¨ª que decidieron rebelarse. "Ellos quisieron abordar el avi¨®n y yo no los dej¨¦. Tuve que preguntar si hab¨ªa alguien que supiera de aeron¨¢utica para que certificara que, en realidad, el avi¨®n estaba averiado. S¨®lo as¨ª pude convencerlos".
Entre risas con sabor a nostalgia, Travesero tambi¨¦n record¨® aquella ocasi¨®n en la que una joven enferm¨® dentro del avi¨®n. Pregunt¨® si hab¨ªa un m¨¦dico a bordo, y le salieron casi 40 psiquiatras. "Algunos comenzaron a contar chistes y nos lo pasamos muy bien", relat¨®.
En el homenaje de despedida al DC-10 y al comandante Travesero, la m¨¢s contenta, sin duda, era su mujer. "Al fin lo recupero completamente. Es que con esto se sufre mucho", dijo feliz.
Un pasajero estrella
Si no fuera porque la tripulaci¨®n del DC-10 y algunos trabajadores de Iberia lo confirmaron, costar¨ªa creer la historia que cont¨® ayer el pasajero Federico D¨ªaz.S¨®lo por su pasi¨®n por los aviones -siempre quiso ser piloto-, D¨ªaz compr¨® un billete de ida y vuelta a Caracas con la condici¨®n de regresar en el DC-10 Costas Canarias. En realidad, este hombre s¨®lo quer¨ªa tener el orgullo de decir que estuvo en el ¨²ltimo vuelo oficial de la aeronave. Lo curioso es que D¨ªaz, que trabaja en el sector de la industria, no ten¨ªa ning¨²n motivo especial que lo obligara a viajar a Caracas, salvo su pasi¨®n. "All¨ª estuve s¨®lo cuatro d¨ªas. Me los tom¨¦ de descanso, aunque lo que quer¨ªa era volver en este vuelo", dijo.
Federico D¨ªaz era uno de los invitados especiales dentro del peque?o homenaje de despedida del DC-10 y del comandante Fernando Travesero.
En sus ya largos a?os de viajero incansable, D¨ªaz ha estado presente en los acontecimientos m¨¢s importantes de la compa?¨ªa, por lo que ya casi se ha convertido en su pasajero estrella. Una vez, cont¨® una trabajadora de Iberia, hizo todo lo posible para estar en el vuelo de inauguraci¨®n Madrid-Johanesburgo. "Insisti¨® tanto que tuvimos que buscarle un cupo. Quer¨ªamos invitarlo, pero se neg¨® y pag¨® el billete", se?ala.
Ayer, D¨ªaz relat¨®, entre risue?o y nost¨¢lgico, que, en el fondo, ya empezaba a extra?ar al DC-10: "Me da pena que se retire".
Su avi¨®n preferido, dijo, es el Boeing 747, aunque luego rectific¨® y dijo que prefer¨ªa el nuevo Airbus 340, avi¨®n en el que, por supuesto, ya viaj¨®.
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