Para¨ªsos fiscales y armonizaci¨®n
"Los para¨ªsos fiscales no han sido el factor detonante de crisis anteriores. Pero ahora s¨ª temo que desencadenen una crisis en el futuro". Esta declaraci¨®n pertenece al director general del Banco Internacional de Pagos (el banco central de bancos centrales) y director del Foro de Estabilidad Financiera, Andrew Crockett, en marzo pasado. Poco despu¨¦s, en junio, los jefes de Estado y de Gobierno de la Uni¨®n Europea, en la cumbre de Feira (Portugal), fijaron un plazo hasta fin de a?o para llegar a un acuerdo sobre la armonizaci¨®n fiscal del ahorro y gravar los rendimientos del capital. Se trataba, entre otras cosas, de eliminar los para¨ªsos fiscales dentro de la UE.Antes de finalizar dicho plazo, el Ecofin (Consejo de Ministros de Econom¨ªa y Hacienda) del lunes pasado daba un paso hist¨®rico para llegar a esa armonizaci¨®n fiscal. Se creaba un poco m¨¢s de Europa. Con todas las cauciones, la armonizaci¨®n fiscal del ahorro en la UE ser¨¢ realidad dentro de nueve a?os, tras superar dos etapas distintas: conversaciones con pa¨ªses terceros y aplicaci¨®n de una fase transitoria en la que unos pa¨ªses aplicar¨¢n una retenci¨®n en origen y otros el sistema de informar a los dem¨¢s Estados. Los ministros aprobaron una lista de 66 reg¨ªmenes fiscales calificados como potencialmente perniciosos para el mercado interior y que habr¨¢n de ser desmantelados para 2003.
La OCDE considera para¨ªsos fiscales a los lugares que cumplen las cuatro siguientes caracter¨ªsticas: sus reg¨ªmenes fiscales mantienen unos impuestos bajos o nulos a los beneficios por actividades financieras; el r¨¦gimen tributario est¨¢ desconectado de la econom¨ªa nacional; sistemas no transparentes con escaso o nulo control de los investigadores financieros comunitarios, y no se produce intercambio de informaci¨®n efectivo sobre los datos de clientes adscritos al r¨¦gimen tributario.
Seg¨²n algunas fuentes, al menos un tercio de los haberes financieros colocados en el mundo por particulares se encuentra en los para¨ªsos fiscales. Estos particulares buscan estabilidad pol¨ªtica e institucional, presencia en su territorio de sucursales de los grandes bancos internacionales, fiscalidad fiable o inexistente, secreto bancario especialmente denso, etc¨¦tera. En muchos casos no se trata de dinero sucio, sino de capitales ganados de modo ortodoxo en busca de una fiscalidad ventajosa. Grandes fortunas, m¨¢s o menos confesables, pueden fructificar con toda tranquilidad y escapar a la justicia y a la hacienda del pa¨ªs de origen. En cuanto al dinero sucio, los ministros de Finanzas del G-7 hicieron hace pocos meses una declaraci¨®n titulada Reforzar la arquitectura financiera internacional, en la que hablaban de "una nueva voluntad internacional de luchar contra la delincuencia financiera en el mundo. La globalizaci¨®n de la econom¨ªa ofrece ocasiones sin precedentes para los negocios y las finanzas, pero facilita tambi¨¦n la capacidad de los lavadores de dinero sucio para que ayuden a los terroristas, traficantes de droga, crimen organizado y a los funcionarios extranjeros corrompidos".
En julio pasado, la OCDE hac¨ªa p¨²blico un documento titulado Hacia una cooperaci¨®n fiscal global, en el que establec¨ªa una lista de 35 para¨ªsos fiscales acusados de pr¨¢cticas impositivas da?inas. Casi la mitad de los territorios seleccionados est¨¢n bajo soberan¨ªa o dependencia de alguno de los 29 pa¨ªses miembros de esta organizaci¨®n (los pa¨ªses m¨¢s ricos del planeta). El Reino Unido est¨¢ a la cabeza, con ocho; Estados Unidos tiene dos; los Pa¨ªses Bajos, otros dos, y Francia, uno.
Con estos antecedentes, se comprenden las dificultades de los pa¨ªses de la UE para llegar al acuerdo de armonizaci¨®n fiscal; los Quince se han comprometido a aplicar lo pactado en los territorios dependientes y asociados, caso de Gibraltar y de las islas del Canal.
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