El canciller vuelve a la 'ostpolitik'

El canciller Gerhard Schr?der viajar¨¢ el mi¨¦rcoles a Varsovia en una visita rel¨¢mpago, que es una se?al sobre la vocaci¨®n europea de Alemania. El l¨ªder socialdem¨®crata va tras las huellas de Willy Brandt para conmemorar el 30 aniversario de la firma del tratado germano-polaco, que normaliz¨® las relaciones entre los dos pa¨ªses. Fue en aquella visita hist¨®rica cuando Brandt, incapaz de encontrar las palabras justas para expresar sus sentimientos, se hinc¨® de rodillas ante el monumento a los muertos del gueto de Varsovia.La situaci¨®n no es tan dram¨¢tica hoy en las relaciones germano-polacas, pero Schr?der no es insensible a los s¨ªmbolos, sobre todo cuando estos provienen de la ostpolitik (apertura al Este) y las mejores tradiciones de la pol¨ªtica internacional de la socialdemocracia alemana. El ex canciller Helmut Schmidt est¨¢ satisfecho de los pasos que Schr?der da para convertirse en un dirigente europeo y as¨ª se lo ha expresado. Aquel pragm¨¢tico de espectro limitado, que se inici¨® en la pol¨ªtica estatal de Alemania como un elefante en una cacharrer¨ªa, est¨¢ aprendiendo a ser un europeo y est¨¢ orgulloso de que un intelectual como Schmidt se lo reconozca.

Desde que el Estado federal alem¨¢n se gestiona desde Berl¨ªn, el Este ocupa un lugar cada vez m¨¢s s¨®lido en la pol¨ªtica del Gobierno rojiverde, a cuyas puertas llaman los l¨ªderes de los pa¨ªses candidatos para presionar a favor de su integraci¨®n con sus argumentos espec¨ªficos, que a veces suenan ingenuos a quienes est¨¢n acostumbrados a lidiar con la burocracia comunitaria. Para Alemania y cualquier canciller alem¨¢n, la mirada hacia el Este es inevitable. Alemania es el principal abogado de la ampliaci¨®n por su potencial econ¨®mico, por su situaci¨®n geogr¨¢fica y por su experiencia hist¨®rica.