?Advertimos demasiado?
Hasta que...
Advertir se ha convertido en un verbo problem¨¢tico. O, m¨¢s exactamente, el uso que este peri¨®dico hace del mismo en los titulares provoca discusi¨®n entre los lectores. El uso de la preposici¨®n de en su construcci¨®n es el que suscita dudas y opiniones encontradas.Un titular como Arzalluz advierte a Aznar de que hay que desarrollar el Estatuto vasco suele obtener la r¨¦plica de alg¨²n lector que entiende injustificado el "advierte de que" y considera suficiente un "advierte que".
El Defensor, ante un problema recurrente que ya ha sido tratado por alguno de sus antecesores, piensa que conviene suscitarlo de nuevo, sobre todo porque la Real Academia Espa?ola se ha pronunciado en un sentido que parece contradecir el uso que hace el peri¨®dico.
En respuesta a una consulta a trav¨¦s del servicio que la Academia ha instituido en Internet, la postura fue la siguiente: el empleo de la preposici¨®n de en la construcci¨®n del verbo advertir "depende de la acepci¨®n del verbo a que se est¨¦ haciendo referencia en cada caso", y propone las siguientes reglas:
"1. Cuando advertir significa 'darse cuenta, reparar, observar', se construye sin preposici¨®n: 'Los delincuentes advirtieron la presencia de la polic¨ªa en las inmediaciones'.
2. Cuando advertir significa 'amonestar o aconsejar', se construye tambi¨¦n sin preposici¨®n: 'Le advirti¨® que no lo hiciera si no quer¨ªa salir perjudicado'.
3. Cuando advertir significa 'hacer que alguien repare en algo o caiga en la cuenta de algo', se construye con la preposici¨®n de: 'Le advirti¨® de que se le hab¨ªa ca¨ªdo la cartera".
El problema se presenta con el segundo supuesto, es decir, cuando advertir significa amonestar. El peri¨®dico, desde hace a?os, viene construyendo casi todos los titulares en este sentido con la preposici¨®n de y, en consecuencia, seg¨²n la Academia, estar¨ªa equivoc¨¢ndose y equivocando a sus lectores en algo tan importante como el manejo de la lengua escrita.
Hasta aqu¨ª, el asunto parecer¨ªa claro y zanjado, pero el uso correcto de la lengua no es algo pac¨ªfico, ni mucho menos.
El peri¨®dico utiliza la construcci¨®n "advertir de", entre otras cosas, porque ?lex Grijelmo, responsable del Libro de estilo, anim¨® y propici¨® el empleo de esta construcci¨®n. A ¨¦l se ha dirigido el Defensor para ofrecer a los lectores una explicaci¨®n en torno al uso del verbo "advertir" en el peri¨®dico.
La sorpresa es que Grijelmo disiente de la Academia y defiende la postura habitual del peri¨®dico. Sus razonamientos son extensos, y no es posible reproducirlos en su totalidad, pero, con ¨¢nimo de no traicionar sus argumentos, ¨¦stos podr¨ªan ser los fundamentales:
"La construcci¨®n 'advertir que' se usa en dos supuestos: cuando equivale a percibir, notar, darse cuenta: 'Juana advierte que ya hay un peligro'; en la voz pasiva no se usa de que: 'Que ya hay un peligro fue advertido por Juana', y cuando implica admonici¨®n: 'Te advierto que no vocees'. En ese caso, generalmente necesita un subjuntivo en la oraci¨®n completiva y el verbo advertir se puede sustituir sin problemas por 'ordenar'. Este tipo de construcci¨®n apenas se usa en los peri¨®dicos. En uno y otro caso, el complemento directo es otra oraci¨®n".
Grijelmo a?ade que "advertir de que" se usa en un solo supuesto: cuando equivale a avisar o amenazar: 'Arzalluz advierte a Aznar de que hay que desarrollar el Estatuto vasco'. La legitimidad de la f¨®rmula 'de que' se comprueba en la voz pasiva: 'Aznar fue advertido por Arzalluz de que hay que desarrollar el Estatuto vasco".
La expresi¨®n "Aznar fue advertido por Arzalluz que hay que..." no funciona. Y Grijelmo concluye que, "si se considerase incorrecto el 'le advirti¨® de que', estar¨ªamos ante un caso ¨²nico en nuestra lengua: un verbo cuyo r¨¦gimen cambia seg¨²n la voz en que se emplea".
Para demostrarlo, ejemplifica recordando que "nosotros somos advertidos de que el tabaco perjudica seriamente la salud", por lo que podr¨ªa escribirse: "Las autoridades sanitarias advierten de que el tabaco...".
Grijelmo a?ade que tambi¨¦n defiende la construcci¨®n con "de que" la agencia Efe y que no la condenan, por ejemplo, los profesores Fabi¨¢n Gonz¨¢lez Bachiller y J. Javier Mangado en su obra En rom¨¢n paladino.
En definitiva, sostiene que no hay incorreci¨®n por parte del peri¨®dico.
El Defensor no oculta su perplejidad ante la discrepancia y se atreve a sugerir a los lectores expertos en asuntos de lenguaje que le hagan llegar su opini¨®n, por ver si se logra una decisi¨®n definitiva para una pol¨¦mica que se arrastra desde hace demasiado tiempo.
Claro, que no todo es discutible y que el peri¨®dico aspira a emplear la m¨¢xima correcci¨®n posible en el lenguaje.Algo que no ocurri¨® el mi¨¦rcoles 25 de noviembre cuando titul¨® a cuatro columnas y en primera p¨¢gina: "Aznar rechaza dialogar con el PNV hasta que no haga 'una rectificaci¨®n profunda". En la p¨¢gina 17 de ese mismo ejemplar se le¨ªa: "Aznar rechaza reunirse con Ibarretxe hasta que 'no recupere un comportamiento democr¨¢tico".
Carlos Mart¨ªnez Carmuega se ha dirigido al Defensor, desde Vigo, para denunciar la incorrecci¨®n, que es patente sin m¨¢s que aplicar el discurso l¨®gico.
El lector, despu¨¦s de ironizar sobre los titulares, sugiere, con buen criterio, que debi¨® sustituirse el "hasta que", por "mientras", o, en todo caso, suprimir la negaci¨®n que hace decir lo contrario de lo que se quer¨ªa expresar.
Los lectores pueden escribir al Defensor del Lector por carta o correo electr¨®nico (defensor@elpais.es), o telefonearle al n¨²mero 913 377 836.
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