La mirada de los ganadores
La diferencia entre poseer talento y triunfar est¨¢ en c¨®mo se reacciona ante los momentos dif¨ªciles
El ganador es un tipo que est¨¢ agarrado de la cornisa, con el vac¨ªo a sus pies, el malo apunt¨¢ndole con una pistola, y a¨²n piensa en lo que va a cenar esa noche. Hay muchos jugadores con talento, pero pocos, muy pocos, son ganadores. ?Tiene Espa?a un equipo ganador? A¨²n no lo sabemos. Lo vamos a descubrir este fin de semana. Todo est¨¢ a su favor, pero ahora hay que hacer el trabajo m¨¢s duro. En la pista se ha visto de todo: gente que ha encadenado cuatro dobles faltas para perder el juego de su vida; finalistas de Wimbledon cuya mente se ha quedado en blanco; jugadores muy seguros incapaces de meter una bola dentro de la pista. El cerebro es muy caprichoso. Y es m¨¢s importante que la raqueta.Los espa?oles siempre han sido jugadores con talento. Pero tenistas ganadores, de los de verdad, de los que no comen cuando pierden un entrenamiento, s¨®lo ha habido dos: Manuel Santana y Arantxa S¨¢nchez Vicario. Rotos por el cansancio, dominados en el marcador, con el p¨²blico en contra, Santana y Arantxa apretaban los dientes con rabia y peleaban hasta el final convencidos de que la victoria les pertenec¨ªa. Si Arantxa hubiera nacido hombre, Espa?a ya tendr¨ªa varios t¨ªtulos de Copa Davis.
En el segundo escal¨®n se han quedado jugadores de un enorme talento: Andr¨¦s Gimeno, Manuel Orantes, Jos¨¦ Higueras, Emilio S¨¢nchez Vicario o Sergi Bruguera. A unos les faltaba capacidad de lucha, y a otros una peque?a dosis de ambici¨®n. Fueron muy buenos jugadores, pero nunca empujaron a sus coet¨¢neos. No construyeron un equipo ganador a su alrededor. Vivieron en un ambiente de cierta resignaci¨®n generalizada. No nos enga?emos: Espa?a no es un pa¨ªs con tradici¨®n ganadora.
Juan Avenda?o, uno de los cuatro capitanes, est¨¢ convencido de que el equipo actual va a romper esa imagen. "Los nuestros son ganadores. Conocen la historia del tenis y quieren entrar en ella por la puerta grande. Es una oportunidad ¨²nica. Todos quieren jugar. Ninguno se esconde. Quieren la responsabilidad. Y eso no es habitual". "Que nadie lo dude: vamos a ganar", apunta Javier Duarte, el hombre que estar¨¢ en la silla de capit¨¢n a partir del viernes. Si le miras a los ojos, ves que est¨¢ convencido de ello. L¨¢stima que s¨®lo se siente en la silla.
?Qu¨¦ mirada tendr¨¢n Corretja, Costa, Ferrero o Balcells cuando les toque afrontar las situaciones dif¨ªciles? Ah¨ª estar¨¢ la clave de la Copa Davis. El p¨²blico empujar¨¢, no hay duda, pero enfrente est¨¢ un equipo que s¨ª tiene tradici¨®n. Un tenista australiano es un ganador. Y si no, que se dedique a otra cosa. Han conseguido la Davis en 27 ocasiones y no tienen nada que demostrar. Quieren ganarla 28 veces con tanta ambici¨®n como los espa?oles aspiran a la primera.
Un estudio somero de la trayectoria de los espa?oles despeja en parte las dudas, pero deja otras en el aire. De ?lex Corretja, el te¨®rico n¨²mero uno, dicen sus rivales que es como un gato con siete vidas, y que hay que estar muy seguro de haberle matado en esa s¨¦ptima ocasi¨®n porque si levanta la cabeza es que va a seguir luchando. Gan¨® el Master del 98, pero perdi¨® la final de Roland Garros del mismo a?o. Lo peor fue que dio la sensaci¨®n de tener m¨¢s ganas de saltar la red para felicitar a su amigo Moy¨¤ que de pelear por el t¨ªtulo. Pecados de juventud, dicen. La amistad, en el vestuario. Corretja es un jugador inteligente y seguro que sabe perfectamente lo que est¨¢ en juego en Barcelona. ?Sabr¨¢ conducir esas emociones?
Juan Carlos Ferrero es un osado. Semifinalista en Roland Garros 2000, ya demostr¨® su descaro cuando derrot¨® a Kafelnikov en su deb¨² en la Davis. Es el crack que viene. Atrevido, muy suelto en la pista, es quien menos dudas despierta respecto a su car¨¢cter. Pero todav¨ªa no se ha hecho mayor. Y un tenista crece no cuando hace m¨¢s de lo que se espera de ¨¦l, si no cuando cumple con las expectativas. Es decir, cuando soporta la presi¨®n de tener que ganar. ?Superar¨¢ esa presi¨®n?
Albert Costa es el tenista m¨¢s redondo de los cuatro. Tiene golpes, movimientos y f¨ªsico. Pero su cabeza no le ha acompa?ado cuando ha tenido que rematar el trabajo. Aunque hay un par de detalles alentadores: gan¨® a Lleyton Hewitt en el ¨²ltimo Roland Garros y siempre lo ha hecho muy bien en la Copa Davis. Si se siente arropado, si alguien le convence de que hay que ir poco a poco, sin perder el control, es un prototipo perfecto de jugador Davis, es decir, aquel que juega mejor en esta competici¨®n que en los torneos individuales. ?Podr¨¢ mantener su concentraci¨®n?
El que menos dudas despierta es Balcells. Es un superviviente. Estaba perdido en el puesto 170 del mundo cuando a alguien se le ocurri¨® la genialidad de probarlo para el doble. Balcells se agarr¨® a esa oportunidad como si su vida dependiese de ello. Lo da todo en la pista y m¨¢s si puede. Sabe que es un obrero al que, de repente, le han llamado para integrarse en el consejo de administraci¨®n. No puede dejar de ser obrero porque le devolver¨ªan al infierno. ?Le vendr¨¢ grande el reto?
Son dudas a plazo fijo. A partir del viernes las vamos a ir resolviendo. Nadie, ni siquiera los propios jugadores, sabe c¨®mo va a reaccionar cuando lleguen los momentos dif¨ªciles. Pero ah¨ª est¨¢ la diferencia entre un equipo con talento y un equipo ganador.
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