La Universidad 'pasa' de la pol¨ªtica
El perfil apol¨ªtico se impone en los campus. Las ONG sustituyen a los partidos y s¨®lo el extremismo crece
La Universidad, como espacio de participaci¨®n pol¨ªtica, est¨¢ en horas bajas. Al menos, atendiendo a fr¨ªas cifras, los datos de participaci¨®n en sus sistemas de representaci¨®n no dejan lugar a dudas. La media de participaci¨®n en las elecciones a claustro (parlamento de la comunidad universitaria) no supera el 10%. Eso significa que a nueve de cada diez universitarios les da exactamente igual qui¨¦n les represente en los ¨®rganos de gobierno de su Universidad.
"Todos vivimos en el fango, pero algunos miramos a las estrellas", es la frase que m¨¢s le gusta repetir a Carlos, uno de los impulsores de la ¨²nica asociaci¨®n de izquierdas de la Facultad de Derecho de la Universidad Complutense de Madrid. Tradicionalmente una de las m¨¢s politizadas de Espa?a, de 13.390 alumnos tan s¨®lo 1.031 participan en las elecciones. Y la raz¨®n de semejante desinter¨¦s no parece ser el lema que figura en la puerta del local: "Nuestros sue?os no caben en vuestras urnas". M¨¢s bien no est¨¢ de moda mirar a las estrellas.
El decano, Jos¨¦ Iturmendi, que afirma ser "un hombre de derechas" que siempre lo ha sido y lo seguir¨¢ siendo, ofrece una explicaci¨®n. Despu¨¦s de la transici¨®n, "la pol¨ªtica sale de las aulas, donde hab¨ªa estado recluida, y se extiende por todos los ¨¢mbitos de la sociedad". A partir de ah¨ª, la pol¨ªtica "invade los medios de comunicaci¨®n, la econom¨ªa y la vida diaria" y la Universidad se vac¨ªa. Un an¨¢lisis que comparte con otra decana al frente de una disciplina comprometida, Rosario Otegui, de la Facultad de Ciencias Pol¨ªticas y Sociolog¨ªa: "La pol¨ªtica de partidos ha desaparecido de la Universidad; los estudiantes ya no est¨¢n politizados en un sentido estricto".
Pero las cifras de participaci¨®n pueden no ser ya un referente claro para responder a la pregunta de qu¨¦ se mueve hoy en d¨ªa en la Universidad. Para Mari Luz Mor¨¢n, profesora de Sociolog¨ªa en la misma facultad, lo que ocurre es que han cambiado los intereses de los estudiantes. "Despu¨¦s de la tremenda despolitizaci¨®n y adormecimiento de los a?os noventa, la sensaci¨®n es que vuelve a haber nuevas formas de inter¨¦s por lo pol¨ªtico, aunque rechazando vinculaci¨®n con los partidos tradicionales. Los partidos no tienen presencia ninguna en la Universidad ni en la vida de los estudiantes. Hoy son las ONG las que han tomado esa posici¨®n. El voluntariado, los temas humanos, m¨¢s all¨¢ de la ideolog¨ªa, es lo que mueve a la gente".
Otegui concreta esta tesis cuando dice que "el estudiante ya s¨®lo se moviliza por temas concretos y masivos, que aparezcan en los medios de comunicaci¨®n". Como ejemplo, la respuesta ciudadana contra el terrorismo o la repercusi¨®n del informe Bricall (recomendaciones sobre la nueva reforma universitaria) son los grandes hitos de la movilizaci¨®n estudiantil en el ¨²ltimo a?o. "Los intereses son ahora m¨¢s generales, de tipo solidario o de derechos humanos". Aun as¨ª, con un 15% de participaci¨®n, las elecciones de Pol¨ªticas son de las m¨¢s concurridas de Espa?a.
Pero a la hora de la representaci¨®n, de las elecciones, es otra historia distinta. "Ah¨ª hay una enorme polarizaci¨®n. Por un lado, asociaciones con una visi¨®n muy instrumental del poder, con poca visi¨®n y poco discurso. Contra eso, hay una serie de estudiantes vinculados a los partidos, con menos efectividad de cara a conseguir cosas pero con m¨¢s contenido pol¨ªtico", afirma Mor¨¢n.
B¨¢sicamente, ¨¦se es el sistema de partidos en las universidades. En la Complutense proliferan las asociaciones, de las que Coalici¨®n de Delegados, en Derecho, puede ser un referente claro. Llevan 13 a?os teniendo mayor¨ªa en la facultad, "porque la gente ve la pol¨ªtica como algo muy alejado de su mundo. Cuando hay elecciones, la facultad se empapela de arriba abajo, y aun as¨ª hay gente que no se entera de que hay elecciones. Lo que se busca son facilidades para acabar la carrera cuanto antes y sin problemas. Eso es lo que ofrecemos". Casos similares son AUPATE, en Pol¨ªticas, o Altavoz, en Ciencias de la Informaci¨®n, asociaciones que se autodefinen como "apol¨ªticas".
La contestaci¨®n a estas asociaciones se hace desde grupos de izquierda. "Cuando no se vive como se piensa se acaba pensando como se vive", reza en un muro de la cafeter¨ªa de Pol¨ªticas. O lo que es lo mismo, "apol¨ªtico no es nadie, lo que pasa es que el movimiento de asociaci¨®n es bastante servil, y hoy d¨ªa la pol¨ªtica no vende", como dice Rodrigo, de la asociaci¨®n Carlos Marx de la Universidad Carlos III de Getafe.
En su caso, a pesar de ser la asociaci¨®n mayoritaria en el campus, notan c¨®mo la gente se mueve menos por conferencias y m¨¢s por los proyectos de solidaridad, como el a?o pasado, cuando recogieron material escolar para Irak. La Carlos Marx comparte local con una aut¨¦ntica asociaci¨®n ad hoc, la Konrad Adenauer, cuyo origen y ¨²nica reivindicaci¨®n es el rechazo al nacionalismo violento, conectados con el Foro Ermua y V¨ªctimas del Terrorismo.
Ni siquiera el componente nacionalista es un factor movilizador. En la Universidad del Pa¨ªs Vasco, el colectivo mejor organizado es Ikasle Abertzaleak, sindicato estudiantil ligado a HB. Su voto es endog¨¢mico. La abstenci¨®n supera el 80%, hasta el punto de que 13 puestos del claustro est¨¢n vac¨ªos por falta de candidatos. Una situaci¨®n parecida se da en Catalu?a (UAB y UB), donde las asociaciones con mensaje pol¨ªtico est¨¢n vinculadas a la izquierda nacionalista y no consiguen movilizar a m¨¢s del cr¨®nico 10%.
"No es un problema de la juventud, sino de los partidos, que no conectan con ellos", es la conclusi¨®n de Rosario Otegui. Los partidos se ven afectados por esta falta de inter¨¦s hacia todo lo que signifique siglas, y se ven discutiendo sobre el precio de las fotocopias, en vez de la reforma universitaria, para poder tener representaci¨®n. Jorge Roched, secretario general de Juventudes Comunistas (IU), dice que "los apol¨ªticos no existen". "No es lo mismo estar politizado, que lo est¨¢ todo el mundo, que implicarse pol¨ªticamente. El que es apol¨ªtico es porque piensa igual que el sistema".
Los j¨®venes que hoy lideran los cuadros juveniles de los grandes partidos han salido de la representaci¨®n universitaria. Han sido claustrales, delegados, miembros de juntas durante a?os. Y defienden las reglas, como Erick Campos, nuevo secretario general de Juventudes Socialistas, cuando dice: "Lo importante es participar en el sistema y cambiarlo desde dentro. Los partidos deber¨ªan estar m¨¢s presentes en la Universidad, pero no para controlarla, sino para generar debate pol¨ªtico. La discusi¨®n sobre temas del d¨ªa a d¨ªa se hace siempre desde una posici¨®n pol¨ªtica. Tienen que ver que los problemas no son espont¨¢neos, son consecuencia de una decisi¨®n pol¨ªtica, de una orientaci¨®n de las cosas. Por tanto, debe ser contrarrestado desde el discurso, igualmente pol¨ªtico".
En Nuevas Generaciones de Universidad del PP, Rub¨¦n Urosa habla con seis a?os de cargos de representaci¨®n a sus espaldas. Estudiante de Ciencias de la Informaci¨®n en la UCM, ya ha dado el salto a las instituciones y es director general de Juventud de la Comunidad de Madrid. Las coincidencias surgen pronto: "Desde dentro se puede abrir el debate ideol¨®gico. En cualquier decisi¨®n concreta que se discute hay un posicionamiento".
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