'Supermanes' con cara de p¨®quer
Rafter se hab¨ªa ya retirado lesionado y casi todo el p¨²blico abandonaba el Palau feliz de que Espa?a llegue con vida a ma?ana. Todos abandonaron sus puestos menos los aficionados australianos, enfundados en sus zamarras amarillas, que se quedaron perplejos ante el desenlace del segundo partido. No les dio suerte el Superman que luc¨ªan en su espalda y que part¨ªa a un toro en dos. La elimininatoria, que se vio tan negra tras la derrota de Costa, est¨¢ a¨²n muy viva.La afici¨®n debi¨® sentirse en una especie de columpio: empez¨® fr¨ªa -tard¨® un mundo en hacer la ola- y acab¨® entregada a Ferrero para evitar un 2-0. Entremedio, hubo de todo: se puso en la piel de Costa y festej¨® con sorpresa el 5-0 inicial del primer set ante Hewitt para pasar a la enorme decepci¨®n del quinto. El p¨²blico perdi¨® la educaci¨®n silbando todos los saques del australiano y celebr¨® con estruendo sus errores. Pero fue in¨²til: Hewitt celebr¨® su victoria final tir¨¢ndose al suelo en medio del j¨²bilo de los 1.400 aficionados llegados de las ant¨ªpodas, y situados en una esquina del recinto. Pronto salt¨® sobre sus cabezas un enorme canguro de pl¨¢stico cubierto envuelto en estrellas.
"?Venga, venga, venga! ?Vamos, vamos, vamos!". Un recuerdo a las proezas de Arantxa. Quiz¨¢s fue ese el grito de ¨¢nimo que m¨¢s se escuch¨®. La pista tir¨® inicialmente m¨¢s que la grada. La afici¨®n se puso primero en la piel y se coloc¨® la careta de de Costa y luego entendi¨® que quiz¨¢ deber¨ªa ser al rev¨¦s. El Palau San Jordi no est¨¢ ni en M¨¢laga ni en Santander, donde se jugaron las eliminatorias previas. El p¨²blico de Barcelona suele ser fr¨ªo: no se escapa a eso ni siquiera el Camp Nou. Pero eso no impidi¨® que los aficionados, llegados de toda Espa?a, aplaudieran a rabiar los errores de los australianos. La noche acab¨® con m¨¢s pasi¨®n cuando vieron a los tenistas espa?oles con el agua al cuello.
No era ayer un d¨ªa para la pol¨ªtica: el Sant Jordi luci¨® decenas de banderas espa?olas y las Joventuts Nacionalistes (JNC), de Converg¨¨ncia, fracasaron repartiendo tr¨ªpticos pro- autodeterminaci¨®n y senyeres. Ni se vieron. La de ayer era otra historia. La afici¨®n, que inclu¨ªa a pol¨ªticos y futbolistas, s¨®lo quer¨ªa acercarse, aunque fuera con la pierna escayolada o con beb¨¦s, a ese inmenso pastel llamado Ensaladera ignorando el toro destrozado por Superman y que sigue viviendo.
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