Un preso con dos fugas obtiene un permiso en premio a su esfuerzo por dejar las drogas
La Audiencia valora la actitud del recluso, frente al criterio del fiscal y el juez de vigilancia
La Audiencia de Madrid ha decidido dar un permiso de cuatro d¨ªas a un interno de la prisi¨®n de Navalcarnero, con dos fugas a las espaldas y una larga condena por delante, como premio al esfuerzo que ha hecho en la prisi¨®n para apartarse de las drogas. El interno, Miguel R. M., se someti¨® a un tratamiento de desintoxicaci¨®n con metadona en 1996 y lo concluy¨® con ¨¦xito en 1999, seg¨²n indica en un auto la Secci¨®n Quinta de la Audiencia de Madrid, m¨¢ximo ¨®rgano judicial penitenciario de los m¨¢s de 6.000 presos que albergan las c¨¢rceles de la regi¨®n.
Giro positivo
Otra de las razones que aduce el tribunal para concerderle el permiso de cuatro d¨ªas, en contra del criterio del fiscal y del Juzgado de Vigilancia Penitenciaria n¨²mero 2, es la inquietud que ha demostrado el interno por superarse y estudiar durante su ya larga estancia en prisi¨®n.En la actualidad, Miguel R. M. lleva seis de sus 37 a?os entre rejas. Se fug¨® de la c¨¢rcel en 1991 durante un permiso y volvi¨® a hacerlo en 1994 durante otro. Durante su ¨²ltima evasi¨®n cometi¨® "graves delitos" que sumaron otros 13 a?os de c¨¢rcel a los que ya ten¨ªa.
Antes de darle el permiso, la Audiencia ha sopesado los pros y los contras. En contra del preso -seg¨²n la resoluci¨®n judicial, de la que ha sido ponente el magistrado Arturo Beltr¨¢n- est¨¢ el riesgo de que vuelva a fugarse, pues "tiene por delante una muy larga condena que cumplir". A su favor, en cambio, juega el hecho de que "lleva ininterrumpidamente en prisi¨®n seis a?os", est¨¢ "estudiando la ense?anza secundaria obligatoria" (consta un informe del director docente en el que ¨¦ste "destaca su excelente comportamieno e inter¨¦s") y, adem¨¢s, su esfuerzo por dejar las drogas. "Actualmente se halla en el m¨®dulo del Programa Libre de Drogas, y, para el seguimiento del permiso, cuenta con el aval de la Asociaci¨®n Apoyo".
La Audiencia, como m¨¢ximo ¨®rgano judicial de vigilancia penitenciaria de Madrid, destaca que uno de sus cometidos es, adem¨¢s de "controlar la ejecuci¨®n de las penas", lograr la "reinserci¨®n" social de los reclusos, pero no "en el sentido de ser unos ¨®rganos filantr¨®picos o de caridad", explica, "sino en el de que han de dirigir sus conocimientos, su inteligencia y su actuaci¨®n a la reinserci¨®n del penado". Los jueces recuerdan en el auto que, legalmente, los permisos est¨¢n orientados a "preparar la vida en libertad" y "sirven a la reinserci¨®n". En este sentido, entienden que "el mensaje" que les ha lanzado el preso con su esfuerzo por abandonar las drogas debe ser contestado por el tribunal con una contrapartida, ofreci¨¦ndole un acicate para que siga por ese camino.
"Si el preso ha decidido dar un giro positivo a su trayectoria de vida, por el tribunal no ha de quedar", apostillan los jueces para advertirle de que, si sigue as¨ª, recaer¨¢n sobre ¨¦l "decisiones [judiciales] a¨²n m¨¢s beneficiosas". Los jueces extienden esta promesa a Miguel R. M. y a todos aquellos que albergan las c¨¢rceles madrile?as.La ¨²nica condici¨®n que le imponen a Miguel R. M. para acceder al permiso es que, a la salida del centro penitenciario, sea recogido por alg¨²n familiar o por alg¨²n miembro de la Asociaci¨®n Apoyo, que ha avalado ante el tribunal que el interno se portar¨¢ bien en la calle y tornar¨¢ a la prisi¨®n cuando expire el permiso.
No es la primera vez que la Secci¨®n Quinta de la Audiencia -que ahora preside Francisco J. Vieira en sustituci¨®n de Jos¨¦ Luis Calvo, magistrado del Tribunal Supremo- redacta autos en los que se compromete con los internos a darles permisos y a que alcancen antes la libertad condicional si demuestran alg¨²n esfuerzo por reinsertarse.
Esta misma secci¨®n ha establecido tambi¨¦n la doctrina (sus resoluciones son inapelables, pues se trata de la m¨¢xima instancia penitenciaria de la regi¨®n) de adelantar la libertad condicional a los internos que padecen enfermedades incurables. Hay muchos jueces que esperan a que el interno est¨¦ agonizando para permitirle morir en su casa. La Secci¨®n Quinta de la Audiencia suele concederles la libertad en cuanto los m¨¦dicos diagnostican que el mal que padece el recluso es irreversible y mortal, con independencia del tiempo que le quede de condena y si la reinserci¨®n social es posible.
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