El Madrid hace un ejercicio de precisi¨®n
C¨®moda victoria de los blancos, con un gol excepcional de Figo, frente a un alica¨ªdo Celta
Despu¨¦s de cuatro victorias sucesivas, el Madrid parece que ha encontrado la velocidad de crucero necesaria para desempe?arse con ¨¦xito en la Liga. Apenas tuvo dificultades para vencer al Celta, que ha perdido gas y fe en los ¨²ltimos tiempos. Ahora es un equipo correcto, pero blando, demasiado permisivo como para inquietar al Real Madrid, cuya principal cualidad consiste en hacer goles a la m¨ªnima oportunidad. Casi sin ocasiones, marc¨® tres, uno de ellos excepcional. La brillante jugada de Figo en el segundo gol quedar¨¢ como uno de los mejores momentos de la temporada. Hubo de todo en el tanto: habilidad para el regate, astucia para superar al segundo defensa, velocidad y potencia para rebasar a Djorovic y clase para encontrarle sitio al remate. Sobre la diferencia en el marcador se escucharon versiones encontradas. A V¨ªctor Fern¨¢ndez le result¨® excesiva, y quiz¨¢ no le falte raz¨®n, pero el Celta puede agradecer la ausencia de un buen medio centro en el Madrid. S¨®lo por criterio y agilidad en la organizaci¨®n del juego, Celades hubiera hecho un roto en el d¨¦bil sistema defensivo del equipo gallego.La mayor novedad del Madrid fue la energ¨ªa que despleg¨®. Tantas veces criticados por su indolencia, los jugadores desplegaron una gran actividad para perseguir a los rivales, para trabar y ganar los balones divididos, para mezclar los deberes defensivos con la querencia natural del equipo por el ataque. No fue, sin embargo, un partido que el Madrid jug¨® al ataque. Golpe¨® tres veces y cuesta recordar alguna oportunidad m¨¢s. Eso habla de una cierta facilidad para conseguir goles. O sea, lo que caracteriza a los equipos poderosos.
REAL MADRID 3 CELTA 0
Real Madrid: Casillas; Geremi, Hierro (Flavio, m. 64), Karanka, Roberto Carlos (Solari, m. 77); Figo, Makelele, Helguera, McManaman; Ra¨²l y Morientes (Savio, m. 70).Celta: Pinto; Velasco, C¨¢ceres, Djorovic, Juanfran (Yago, m. 46); Jesuli (Vagner, m. 56), Doriva, Giovanella, Karpin, Gustavo L¨®pez; y Catanha (McCarthy, m. 73). Goles: 1-0. M.11. Remate de Roberto Carlos que desv¨ªa con el tac¨®n Helguera. 2-0. M.33. Excepcional jugada de Figo, con dos desbordes y un cambio de ritmo que le permiten presentarse frente a Pinto, al que bate con un tiro cruzado. 3-0. m.61. Roberto Carlos convierte un tiro libre con un potente remate. ?rbitro: Llonch. Tarjeta amarilla a Fernando Hierro (es su quinta amonestaci¨®n, por lo que no podr¨¢ jugar la pr¨®xima jornada frente al Espanyol), y a Makelele, Yago y Djorovic. Unos 70.000 espectadores en el estadio Santiago Bernab¨¦u.
El Celta dispuso tanto o m¨¢s de la pelota que el Madrid, jug¨® cerca del ¨¢rea de Casillas con frecuencia y gener¨® cuatro o cinco ocasiones, pero no le sirvi¨® de nada. Le falta la pujanza de los dos ¨²ltimos a?os. No parece convencido de lo que hace, o comienza a sufrir los estragos de la rutina, adem¨¢s de pagar una larga cuenta de lesionados. Tampoco est¨¢ sobrado de gente de car¨¢cter, especialmente en los nuevos. Jesuli, por decir uno, se achic¨® de manera flagrante con Roberto Carlos, que volvi¨® a protagonizar el partido. El lateral brasile?o atraviesa un estado de euforia, en medio de un reconocimiento general. Ning¨²n futbolista del mundo causa tanto impacto desde una posici¨®n tan alejada del gol. A la vista de lo que sucede cada domingo, no se puede definir a Roberto Carlos como lateral izquierdo. Lo es. Y tambi¨¦n extremo.Y goleador. Y dinamo del equipo por su capacidad para transmitir buenas vibraciones. Con raz¨®n, el Bernab¨¦u le salud¨® como a un h¨¦roe cuando fue sustituido por Solari. Lo mejor del caso es que el seleccionador brasile?o se ha olvidado de ¨¦l, circunstancia que favorece el explosivo estado de forma de Roberto Carlos, que ya no vive a bordo de un avi¨®n transoce¨¢nico
Si Roberto Carlos volvi¨® a tener un peso decisivo en el partido, el rey de la tarde no fue otro que Figo, autor de un gol espectacular, la clase de gol que se espera de un privilegiado. Arranc¨® desde el medio campo del Celta, sin aparentes perspectivas, pero ya en el quiebro inicial se vio al mejor Figo: valiente, directo y audaz. A C¨¢ceres le dobl¨® con un regate largo, al sorprendido Juanfran le elev¨® la pelota, a Djorovic le pas¨® como un expreso y a Pinto le super¨® con un remate esquinado, como hab¨ªa que hacer. Ante eso, el Bernabe¨² sac¨® pa?uelos y m¨¢s de uno dio volatines.
El Celta, que hab¨ªa enviado un tiro al palo y exigido a Casillas dos o tres veces, pretendi¨® seguir su viejo modelo. No le destruy¨® su manera de jugar, sino su falta de contundencia en todos los aspectos. Se ve¨ªa la goleada madridista, pero Makelele m¨¢s Flavio es igual a Makelele. O a Flavio, como se quiera. El caso es que no suman. Un jugador capaz de encontrar a los delanteros a un toque hubiera armado el alboroto. Ese jugador estaba en el Bernab¨¦u. En el banquillo. Era Celades.
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