Nuevas reformas y tareas tras 10 a?os de LOGSE Eugenio Nasarre
A los 10 a?os de la puesta en marcha de la LOGSE, el debate que verdaderamente nos interesa a todos debe proyectarse hacia el futuro. Consiste en preguntarnos qu¨¦ debemos hacer en los pr¨®ximos a?os para que nuestro sistema educativo est¨¦ en condiciones para satisfacer las nuevas necesidades de la sociedad espa?ola.Es evidente que, en cuanto a escolarizaci¨®n y recursos puestos a disposici¨®n del sistema educativo, la situaci¨®n hoy es sustancialmente mejor que la de hace 10 a?os. Hemos logrado la plena escolarizaci¨®n de los espa?oles de cuatro a 16 a?os de edad y las tasas de escolarizaci¨®n de la poblaci¨®n de 16 a 20 a?os son ya homologables a las de cualquier pa¨ªs moderno. Hemos mejorado notablemente los recursos de que dispone el sistema educativo. Si el principal recurso educativo es el profesorado, mientras en esta d¨¦cada han disminuido los escolares de ense?anzas no universitarias en 1,5 millones, el n¨²mero de profesores ha aumentado en 73.000, alcanzando la cifra de 523.000 docentes. De este modo, el n¨²mero de alumnos por profesor ha pasado de 18,5 en 1990 a 13 en el a?o 2000. Todas las previsiones contenidas en el Libro Blanco de la reforma educativa en cuanto a centros, unidades, instalaciones y profesores han sido ampliamente superadas en la realidad. Hemos de reconocer que el esfuerzo realizado por la sociedad espa?ola en modernizar sus estructuras educativas ha sido muy notable.
Pero si ello es as¨ª, ?por qu¨¦ se percibe en el mundo educativo un malestar difuso? ?Por qu¨¦ el fracaso escolar sigue estando presente con magnitudes no aceptables? ?Por qu¨¦ muchos profesores universitarios se?alan con preocupaci¨®n carencias b¨¢sicas en buena parte de los alumnos que acceden a la universidad? ?Por qu¨¦ muchos centros educativos se sienten desbordados y con graves dificultades para afrontar las nuevas tareas que la sociedad les demanda?
Para responder adecuadamente a estas preguntas, me parece que es imprescindible formular dos consideraciones previas. La primera, que la implantaci¨®n del nuevo sistema educativo se ha ido produciendo en un periodo de tiempo en el que la sociedad espa?ola se ha transformado sustancialmente y con una velocidad imposible de predecir hace 10 a?os. La segunda, que un sistema educativo no puede concebirse como una arquitectura cerrada que ha de preservarse a toda costa, sin tener en cuenta las nuevas demandas de una sociedad que cambia.
Por ello, con la experiencia de estos 10 a?os de implantaci¨®n de la LOGSE, podemos abordar con serenidad algunas reformas nuevas que la realidad educativa nos impone. Estas reformas, a mi juicio, deben proponerse dos objetivos fundamentales, que resultan complementarios: incrementar el rendimiento general del sistema educativo -es decir, procurar superar las deficiencias de car¨¢cter formativo existentes que todos los diagn¨®sticos nos se?alan- y combatir eficazmente el fracaso escolar, porque en los niveles actuales es un fen¨®meno profundamente perturbador para el futuro de la sociedad espa?ola. No podemos olvidar que el comienzo de la marginaci¨®n social comienza en el fracaso escolar.
Mi opini¨®n es que para resolver esta doble cuesti¨®n resulta imprescindible proponerse como tarea la reforma del actual modelo comprensivo de la educaci¨®n secundaria obligatoria. Si es un acierto la ampliaci¨®n de la escolarizaci¨®n obligatoria hasta los 16 a?os, de ah¨ª no se deduce que todos los alumnos deban estudiar hasta esa edad las mismas ense?anzas, en los mismos grupos y con las mismas exigencias. Los defensores de la comprensividad hasta los 16 a?os afirman que es un requisito para la igualdad y la integraci¨®n. Diversificar antes de los 16 a?os provocar¨ªa -seg¨²n esta tesis- males incalculables para la consecuci¨®n de una sociedad integrada. Sinceramente, no participo de esta opini¨®n, que respeto, pero que me parece equivocada y que puede producir los efectos contrarios a los que se propone. La necesaria diversificaci¨®n debe plantearse cuando, en el proceso de maduraci¨®n de cada alumno, se vayan despertando sus diferentes aptitudes, vocaciones e intereses. Y la realidad educativa nos demuestra que ese proceso se produce antes de los 16 a?os. No logro comprender que sea tan decisivo, a los efectos de integraci¨®n social e igualdad, que los escolares cursen las mismas ense?anzas 13 a?os de su vida, y no, por ejemplo, 12 u 11. Sobre todo si esa prolongaci¨®n puede provocar traumas peores, como lo es el fracaso escolar.
Hay alternativas v¨¢lidas en las que se puede hacer compatible -la diversificaci¨®n que siempre se producir¨¢ en alg¨²n momento- con el mantenimiento de la finalidad de la escuela como factor de integraci¨®n. Existen en otros pa¨ªses europeos. En mi opini¨®n, para que la educaci¨®n secundaria supere la "crisis de identidad" que ahora padece -y que a la larga tendr¨¢ efectos nocivos para la sociedad espa?ola- resulta necesario introducir cambios en su actual dise?o. S¨®lo as¨ª podr¨¢ mejorar su rendimiento. Porque, en el umbral de la sociedad del conocimiento, no podemos permitirnos el precio de una educaci¨®n secundaria que no logre una formaci¨®n b¨¢sica de calidad que proporcione el bagaje de conocimientos y aprendizajes imprescindible para los futuros estudios profesionales o universitarios. Y si el precio fuese un empobrecimiento de los estudios human¨ªsticos -que ser¨¢n el mejor patrimonio que posean los ciudadanos libres del siglo XXI-, la sociedad espa?ola deber¨ªa admitir tal hecho como una derrota.
Estoy convencido de que estamos en muy buenas condiciones para abordar sin demora estas nuevas reformas que nuestro sistema educativo necesita, a mi juicio, y que gran parte de la comunidad educativa reclama. Los esfuerzos realizados en estos 10 a?os, a partir de la puesta en marcha de la LOGSE, nos permiten afrontar estas nuevas tareas. Poner en forma a nuestro sistema educativo exige proponerse objetivos ambiciosos y alimentar la confianza y el compromiso del profesorado. Y ello ser¨¢ imposible sin reformas.
Eugenio Nasarre es presidente de la Comisi¨®n de Educaci¨®n del Congreso de los Diputados.
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