Un cerrojo con tres llaves

ENVIADO ESPECIALLa Uni¨®n Europea nunca ha destacado por la sencillez de sus compromisos. El que se perfilaba anoche como definitivo para resolver el problema del nuevo reparto de votos en el Consejo de ministros es una prueba de ello: habr¨¢ hasta tres v¨ªas distintas para bloquear la aprobaci¨®n de una decisi¨®n.

Para que se alcance el list¨®n necesario para dar luz verde se deber¨¢ cumplir la triple condici¨®n de que una propuesta tenga el respaldo de la mayor¨ªa cualificada de los votos, la mayor¨ªa simple de los Estados y que estos representen al menos al 62% de la poblaci¨®n.

La Comisi¨®n Europea defend¨ªa la implantaci¨®n de lo que llamaba "un sistema claro y sencillo: la mayor¨ªa simple de los Estados y la mayor¨ªa simple de los ciudadanos". La obsesi¨®n alemana de introducir el factor poblaci¨®n, la obcecaci¨®n de los pa¨ªses peque?os para que nada se apruebe sin un apoyo mayoritario de los Estados miembros y la obligaci¨®n acordada en el Tratado de ?msterdam de compensar a los pa¨ªses grandes por perder uno de sus dos comisarios ha derivado en la propuesta de compromiso que fue presentada esta madrugada.

La propuesta otorga a los cuatro pa¨ªses grandes 29 votos y a Espa?a y Polonia, 27. La minor¨ªa de bloqueo se fija en 88 votos, lo que permite a tres pa¨ªses grandes y uno peque?o (incluida Malta, que tendr¨ªa tres votos) sumar los sufragios suficientes para que una propuesta no pueda obtener los votos necesarios para ser aprobada.

Pero desde el punto de vista t¨¦cnico la novedad m¨¢s interesante la representa la introducci¨®n de la "red de seguridad del factor poblaci¨®n". En la primera propuesta de la presidencia, la que abri¨® el verdadero fuego de las negociaciones el pasado s¨¢bado, situaba esa red de seguridad en el 58% de la poblaci¨®n. Era un valor neutro porque de hecho cualquier votaci¨®n que lograba el n¨²mero suficiente de votos obten¨ªa autom¨¢ticamente el respaldo del 58% de la poblaci¨®n.

Pero en la propuesta lanzada ayer por la ma?ana ese porcentaje se elev¨® hasta el 62%. De esta manera la presidencia otorg¨® a Alemania uno de sus objetivos: la capacidad de bloquear cualquier decisi¨®n si se suma su poblaci¨®n a la de dos de los otros tres grandes pa¨ªses. La belleza pol¨ªtica de esta f¨®rmula es que s¨®lo funciona si Alemania est¨¢ presente en el intento de bloqueo. Los otros tres pa¨ªses m¨¢s poblados (Reino Unido, Francia e Italia) no superan todos ellos juntos el 38% de poblaci¨®n necesario para constituir una minor¨ªa de bloqueo; es decir, para evitar que una decisi¨®n tenga el apoyo de m¨¢s del 62% de la poblaci¨®n.

As¨ª, Alemania puede decir que tiene m¨¢s poder que ning¨²n otro pa¨ªs de la Uni¨®n Europea en t¨¦rminos de votaci¨®n en el Consejo de ministros y eso a pesar de que tiene los mismos votos que los otros tres grandes pa¨ªses. Y se cuadra el c¨ªrculo: no se rompe la paridad pero se otorga m¨¢s poder a Alemania.

No es ¨¦se el ¨²nico hecho pol¨ªticamente significativo: Espa?a se queda a las puertas de ese mecanismo de bloqueo. Si suma su poblaci¨®n a la de Alemania y el Reino Unido, se queda en el 37,54% del total de la poblaci¨®n europea en una Uni¨®n de 27 socios, seg¨²n los datos de poblaci¨®n europea difundidos el s¨¢bado por funcionarios del Gobierno espa?ol y basados en informaci¨®n de la Comisi¨®n Europea de 1999.

Esa distancia respecto al 38% necesario es a¨²n mayor si Espa?a suma su poblaci¨®n a la de Alemania y Francia (37,48%) y se queda ya francamente lejos del l¨ªmite en una combinaci¨®n con Alemania e Italia (37,2%). Queda fuera de toda especulaci¨®n pol¨ªtica o matem¨¢tica la evidencia de que ninguna combinaci¨®n en la que no participa Alemania se acerca al m¨ªnimo establecido.

En la propuesta de la presidencia se estableci¨® el total de votos en 342, de los que los seis grandes (incluyendo a Polonia) reciben un total de 170. Los restantes son para Rumania y Holanda (13), Grecia, Rep¨²blica Checa, B¨¦lgica, Hungr¨ªa y Portugal (12), Suecia, Bulgaria y Austria (10), Eslovaquia, Dinamarca, Finlandia e Irlanda (7), Lituania (5), Letonia, Eslovenia, Estonia, Chipre y Luxemburgo (4) y Malta (3).

Antes de esa propuesta final los grandes ten¨ªan cada uno un voto m¨¢s y los medianos (desde Holanda hasta Austria) uno menos. Respecto a las iniciales del d¨ªa anterior ganaron votos de forma individual Polonia, Holanda, Suecia y Luxemburgo.

El primer caso se explica porque tiene la misma cantidad de poblaci¨®n que Espa?a y parec¨ªa claramente discriminatorio que se le otorgaran dos votos menos. El holand¨¦s es uno de los problemas pol¨ªticos que dificultaron el consenso porque B¨¦lgica (con nueve millones de habitantes) se negaba a romper la paridad de votos con su vecino del norte (15 millones de votos). Pero los holandeses ten¨ªan un argumento de peso: est¨¢n pr¨¢cticamente a la misma distancia en poblaci¨®n de los belgas que de los rumanos (que con 21 millones de habitantes dispon¨ªan ya de entrada de 13 votos). El aumento a Suecia corrige una situaci¨®n hist¨®rica de pocos votos. Y el de Luxemburgo tiene una explicaci¨®n pol¨ªtica (la necesidad de no dejar al Gran Ducado, pa¨ªs fundador, a la cola de los votos junto a la min¨²scula Malta) y una raz¨®n t¨¦cnica: era el ¨²nico de los actuales socios a los que no se le hab¨ªan doblado los votos, por lo menos.