Uni¨® acusa a Converg¨¨ncia de deteriorar las relaciones en el seno de la coalici¨®n
La falta de respaldo de la direcci¨®n convergente al presidente del grupo de CiU en el Ayuntamiento de Barcelona, Joaquim Molins, y lo que ello representa de hostigamiento al sector moderado del partido de Jordi Pujol, ha acabado por agotar la paciencia y los ¨¢nimos de sus socios de Uni¨® (UDC). Con la vista puesta en su congreso del pr¨®ximo s¨¢bado, los dirigentes democristianos alertaron ayer sobre el paulatino deterioro de las relaciones entre ambos partidos y conminaron a CDC a no introducir "elementos de desconfianza" en la coalici¨®n.
"No podemos continuar mucho tiempo en la actual situaci¨®n". La rotundidad de la frase, pronunciada ayer por el portavoz de Uni¨® Jordi Casas, ejemplifica hasta qu¨¦ punto los democristianos recelan de esta nueva etapa que se ha abierto en Converg¨¨ncia con la elecci¨®n de Artur Mas como secretario general y delf¨ªn de Pujol. No s¨®lo por el freno que supone para las aspiraciones de Josep Antoni Duran Lleida, sino porque los democristianos creen que CDC se encarrila hacia una radicalizaci¨®n de sus posiciones m¨¢s nacionalistas, con la consiguiente p¨¦rdida de la centralidad pol¨ªtica, y asisten con desconfianza al incremento de poder del sector soberanista, en detrimento de los moderados y roquistas. "No s¨¦ si hoy dir¨ªa lo mismo que a la ma?ana siguiente del congreso de Converg¨¨ncia", advirti¨® Casas. Entonces, el portavoz democristiano se deshizo en elogios hacia sus socios, a quienes felicit¨® por haber "cohesionado y unificado" todas las tendencias Ayer, en el comit¨¦ de gobierno de Uni¨®, no fueron pocas las voces que criticaron con dureza los ¨²ltimos movimientos de sus socios a ra¨ªz del conflicto desatado por la presidencia convergente de la federaci¨®n de Barcelona y el acoso contra Molins. "No entiendo", afirm¨® Casas en rueda de prensa, "por qu¨¦ ahora se tiene que cuestionar a Joaquim Molins y ponerle un plazo para que decida su futuro". Casas censuraba as¨ª la forma en que Converg¨¨ncia, a espaldas de Uni¨®, ha manejado la crisis de Barcelona y el hecho de que los l¨ªderes de CDC se mostraran a favor de nombrar otro candidato de su partido. "Si hay que nombrar a alguien, se supone que lo tenemos que decidir entre los dos partidos", a?adi¨®.
En este sentido, Duran Lleida, en declaraciones a Catalunya R¨¤dio, manifest¨® que su partido estar¨ªa dispuesto a encabezar la lista de CiU en Barcelona en las elecciones municipales de 2003. ?l no ser¨ªa el candidato, seg¨²n se apresur¨® a afirmar en la reuni¨®n del comit¨¦ de gobierno. "Yo soy de Lleida", matiz¨®. Tampoco a N¨²ria de Gispert, consejera de Justicia, le hizo ninguna gracia que alguien se?alara que ella s¨ª es de Barcelona. "Yo no, yo no quiero ser candidata", respondi¨®.
El episodio de Barcelona es, para los dirigentes de UDC, una muestra de c¨®mo no deben funcionar las relaciones en el interior de la coalici¨®n nacionalista. Por este motivo, insisten en la necesidad de iniciar cuanto antes -en enero, tras la celebraci¨®n del congreso de este s¨¢bado- la negociaci¨®n del nuevo modelo. "Que la coalici¨®n tiene que replantearse es evidente", dijo el portavoz de Uni¨®, "pero para mejorar y ajustar los mecanismos de toma de decisiones". Y calent¨® m¨¢s el debate al se?alar que Uni¨® se opone a refundar la coalici¨®n con criterios n¨²mericos, entre otros, el del n¨²mero de militantes, tal y como propone CDC y qued¨® recogido en la ponencia de organizaci¨®n aprobadas en el congreso de noviembre. Uni¨® Democr¨¤tica se dedicar¨¢ este s¨¢bado a reforzarse. Para ello, Duran Lleida pidi¨® unidad a todo el comit¨¦ de gobierno.
Ayer, en declaraciones a Radio Barcelona, de la cadena SER, Artur Mas neg¨® que la desconfianza impregne las relaciones entre ambos partidos y se mostr¨® partidario de mejorar las relaciones en la coalici¨®n. No obstante, matiz¨®: "La relaci¨®n no es mala, tampoco es ¨®ptima, pero si las cosas se quedaran como est¨¢n, tampoco supondr¨ªa ning¨²n descalabro".
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