Oligarca detenido
Espa?a ha cumplido, como era su obligaci¨®n, la orden de detenci¨®n internacional solicitada por Rusia, a trav¨¦s de Interpol, contra el hombre de negocios y magnate de prensa Vlad¨ªmir Gusinski. Pero a partir de ah¨ª todo se complica en un caso que, adem¨¢s de su posible componente delictivo, parece tener tambi¨¦n obvias derivaciones de tipo pol¨ªtico.Gusinski, patr¨®n del principal grupo de comunicaci¨®n privado ruso, Media Most, es acusado por la fiscal¨ªa general de su pa¨ªs de haber estafado a su propio grupo, desviando al extranjero activos que serv¨ªan de garant¨ªa a un pr¨¦stamo de unos 40.000 millones de pesetas del gigantesco monopolio del gas, Gazprom. Pero este monopolio, dominado por el Estado y vinculado tambi¨¦n a la nueva oligarqu¨ªa rusa, busca a su vez el control de la m¨¢s influyente emisora de televisi¨®n independiente, NTV, todav¨ªa dominada por Gusinski.
El magnate ruso es un antiguo aliado de Yeltsin, al que protegi¨® con su guardias privados en 1991, durante la rebeli¨®n que lider¨® contra el golpe comunista, y le apoy¨® para la reelecci¨®n de 1996. Pero desde hace muchos meses sostiene un duro pulso con su sucesor, Vlad¨ªmir Putin, a quien enfurece notoriamente la l¨ªnea informativa, cr¨ªtica con el poder, que mantiene la televisi¨®n de Gusinski. Washington se hizo eco anoche de esta situaci¨®n al alertar del peligro que para la incipiente independencia de los medios informativos rusos supone la sostenida persecuci¨®n por Mosc¨² del empresario detenido en Sotogrande y puesto a disposici¨®n de la Audiencia Nacional.
Todas estas circunstancias deber¨¢n ser cuidadosamente sopesadas por la Audiencia si, como parece, Mosc¨² solicita la extradici¨®n de Gusinski, pretensi¨®n a la que le autoriza el convenio europeo que las autoridades rusas ratificaron en marzo de este a?o. La extradici¨®n constituye un buen instrumento de cooperaci¨®n judicial entre pa¨ªses, pero a condici¨®n de que sus respectivos sistemas jur¨ªdico-penales, aunque no necesariamente coincidentes, respondan a los mismos e inesquivables principios de independencia del poder pol¨ªtico y de respeto a los derechos y garant¨ªas del acusado.
Rusia no s¨®lo deber¨¢ presentar ante Espa?a una demanda de extradici¨®n s¨®lidamente fundada; tambi¨¦n deber¨¢ despejar cualquier asomo de duda respecto de una injerencia pol¨ªtica en el caso, y garantizar adem¨¢s que el proceso penal abierto a Gusinski responde realmente a un hecho delictivo, y no a la animosidad del poder pol¨ªtico contra un empresario de la comunicaci¨®n cr¨ªtico con ¨¦l. Los magistrados espa?oles, al resolver la extradici¨®n del magnate, deber¨¢n a su vez tener en cuenta los sospechosos vaivenes de la justicia rusa, que en junio ya encarcel¨® y posteriormente liber¨® sin explicaciones a Vlad¨ªmir Gusinski, contra el que present¨® acusaciones que fueron retiradas luego como por arte de magia. Rusia ha avanzado hacia un sistema democr¨¢tico, pero a¨²n dista mucho de ser un Estado de derecho en cuya justicia se pueda confiar plenamente.
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