El jugador m¨¢s caro del mundo

En EE UU se hacen chistes sobre Tejas como en Espa?a sobre Bilbao. Nadie es m¨¢s grande ni hay caricatura que no deje entrever un exceso. Quienes lo dudan, s¨®lo tienen que asomarse a la ¨²ltima machada. Los Rangers de Tejas, equipo de b¨¦isbol del que hasta 1998 fue copropietario George W. Bush, acaba de contratar por 10 a?os al jugador ?lex Rodr¨ªguez, a cambio de 252 millones de d¨®lares (unos 50.000 millones de pesetas), la cantidad absoluta m¨¢s alta de que se tiene noticia en los deportes de equipo de todo el mundo. El golpe que ha dado Tom Hicks, el milmillonario (en d¨®lares) propietario de los Rangers, ten¨ªa ayer sobrecogido al mundo del deporte, que teme una escalada suicida en las demandas de los jugadores.Mark Cuban, el joven y abrasivo propietario de los Mavericks de baloncesto, y Jerry Jones, de los Cowboys de f¨²tbol americano, ya hab¨ªan puesto a Tejas en el mapa del deporte de Estados Unidos, donde los Rangers vegetan en la Liga de b¨¦isbol con m¨¢s pena que gloria: en la pasada temporada terminaron ¨²ltimos de su grupo.

"Me gusta ganar", dice Hicks. "Me gusta conseguir cosas, ya sea una adquisici¨®n empresarial de 2.000 millones de d¨®lares o intentar ganar la Serie Mundial . Eso es lo que me mueve". En 1999, la contrataci¨®n de Brett Hull para sus Stars de hockey sobre hielo dio al equipo de Dallas la Copa Stanley, el campeonato nacional. Ahora, Hicks se ha propuesto destronar a los Yankees de Nueva York, que son al b¨¦isbol lo que el Real Madrid al f¨²tbol.

Ser¨¢ por dinero. Hicks ha puesto sobre la mesa 252 millones de d¨®lares, algo nunca visto, para atraer a ?lex Rodr¨ªguez, el jugador nacido hace 25 a?os en Nueva York que ha brillado en las ¨²ltimas siete temporadas, primeras de su vida profesional, en los Mariners de Seattle. Rodr¨ªguez tiene unas magn¨ªficas estad¨ªsticas y un brazo capaz de lanzar la pelota tan lejos como el que m¨¢s. Est¨¢ considerado como el mejor jugador del diamante en Estados Unidos y su nombre y potencial eran una tentaci¨®n irresistible para Hicks, que est¨¢ reforzando el equipo con lo m¨¢s granado que est¨¢ disponible, aunque todav¨ªa sigue buscando bateadores que est¨¦n a la altura del desaf¨ªo.

A Rodr¨ªguez nunca se le hab¨ªa pasado por la cabeza caer en Dallas, pero Hicks le hizo una oferta irresistible. El magnate, que compr¨® hace s¨®lo dos a?os el equipo y el estadio por 250 millones, ofreci¨® al jugador un par de millones por encima de esa cifra por 10 a?os de servicios. Justo el doble absoluto de lo que hasta ahora era el contrato m¨¢s fuerte de Estados Unidos: los 126 millones brutos por seis temporadas que los Timberwolves de Minne¨¢polis est¨¢n pagando a Kevin Garnett.

La n¨®mina de Rodr¨ªguez es espectacular por su valor absoluto, superior al valor de 18 de los 30 equipos de la Liga de b¨¦isbol norteamericana y m¨¢s que suficientes para comprar los dos de menor presupuesto, los de Montreal y Kansas City, seg¨²n la valoraci¨®n de la pasada temporada de la revista Forbes. Pero a todo hay quien gane. Shaquille O'Neal, el p¨ªvot de los Lakers de Los ?ngeles, prolong¨® el pasado verano su contrato a cambio de 88,5 millones de d¨®lares en tres temporadas, a raz¨®n de 29,5 por a?o, y el gran Michael Jordan meti¨® canastas en la 1997-1998, la de su despedida de las pistas, por unos 33 millones de d¨®lares.

Los 1.000 millones de pesetas de Ra¨²l y Rivaldo o los 1.100 de Figo dan para el chocolate del loro de Rodr¨ªguez, que a su vez tiene que humillar ante el Midas del deporte universal, Tiger Woods. La peculiaridad del golf hace que s¨®lo una peque?a parte de los 60 millones de d¨®lares que se calcula que Woods va a ingresar este a?o salgan de los hoyos 18 de todo el mundo: unos 10 millones; el resto es publicidad.

La campanada de Hicks ten¨ªa ayer temblando a todo el deporte en Estados Unidos, temeroso de sus reverberaciones. Sandy Alderson, vicepresidente del equivalente a la federaci¨®n de b¨¦isbol, lo considera una locura. Seg¨²n Alderson, el talonario de Hicks, sostenido en contratos con televisi¨®n, ha colocado el b¨¦isbol en grave crisis, al dejar sin opciones deportivas a numerosos equipos sin el poder¨ªo econ¨®mico que dan las grandes ciudades.