28 matr¨ªculas y dos sobresalientes

El ¨¦xito de Magdalena de la Higuera no se basa en f¨®rmulas m¨¢gicas ni secretos de alquimia. Tampoco es atribuible, asegura ella, a un rasgo de genialidad. La nota de 9,94 con la que ha acabado la licenciatura de Medicina en la Universidad de Granada es s¨®lo fruto de la constancia en el estudio y una fuerza de voluntad a prueba de pereza y des¨¢nimo. Las cuatro horas diarias que, como media, ha pasado delante de los libros durante los seis cursos de la carrera le han valido este a?o el premio que otorga el Ministerio de Educaci¨®n, Ciencia y Deporte al mejor expediente de Espa?a: en las 30 asignaturas de la licenciatura ha obtenido la friolera de 28 matr¨ªculas de honor y dos sobresalientes."No soy una empollona", se defiende Magdalena, "jam¨¢s he dado publicidad a mis notas. Muchos amigos se han enterado de mi expediente tras recibir el premio". Sin embargo, su historial acad¨¦mico incita a pensar que es extremadamente aplicada. Acab¨® el Bachillerato con sobresaliente y se decidi¨® a estudiar Medicina por tradici¨®n familiar y vocaci¨®n.

Su padre, catedr¨¢tico de Medicina de la Universidad de Granada, le ha servido de gran ayuda para orientar sus estudios. Pero su cargo, admite Magdalena, la ha obligado a esforzarse m¨¢s que otros estudiantes para sacar la carrera. "Tener un padre catedr¨¢tico influye negativamente. He tenido que demostrar mucho m¨¢s que otros ante profesores y alumnos para evitar habladur¨ªas. La presi¨®n ha sido muy grande y, a veces, se pasa mal", asegura.

Magdalena, granadina de 25 a?os, super¨® todas sus asignaturas en la convocatoria de junio. Lo que le permiti¨® dedicar las vacaciones de verano a viajar, una de sus aficiones favoritas. Se licenci¨® el a?o pasado e, inmediatamente, aprob¨® el MIR. Tampoco ha sufrido problemas de paro. Desde hace unos meses es m¨¦dico residente del Hospital Cl¨ªnico San Cecilio de Granada, trabajo que compagina con la preparaci¨®n de su tesis doctoral sobre Endocrinolog¨ªa y Nutrici¨®n, la especialidad que m¨¢s le gusta.

Su disciplina de estudio es tan f¨¦rrea como sencilla. Durante seis a?os apenas ha faltado a clase, porque considera imprescindible tener unos apuntes propios. Despu¨¦s de comer, con m¨²sica de fondo, dedicaba unas cuatro horas a repasar sus notas y ampliarlas con bibliograf¨ªa. En ¨¦poca de ex¨¢menes, "como cualquier otro estudiante", su jornada de trabajo aumentaba hasta las ocho horas, "aunque nunca por la noche porque me vence el sue?o".

Adem¨¢s de estudiar con m¨²sica, Magdalena confiesa una sola man¨ªa ante los libros. Una man¨ªa que delata una facilidad insultante para el estudio. "Me resulta imposible estudiar sentada. La ¨²nica postura en que logro concentrarme y rendir m¨¢s es tumbada en la cama".

Su almohada ha sigo testigo de c¨®mo se fraguaron las 28 matr¨ªculas de honor y los dos sobresalientes. Dos manchas en su expediente que no se pueden atribuir a una falta de tes¨®n. "En Psicolog¨ªa, el profesor no dio ninguna matr¨ªcula de honor. Y Bioestad¨ªstica es una asignatura con fama de ser complicada que me cost¨® bastante y me qued¨¦ con sobresaliente", recuerda.

Humilde y algo t¨ªmida, Magdalena insiste en que no es una empollona, que es una chica normal. "En realidad, no me gusta demasiado estudiar", se confiesa. M¨¢s que los libros le gusta pasear, tomar el sol y la m¨²sica. De hecho, ser¨ªa normal si no fuera por sus brillantes notas y por su capacidad de memorizar una canci¨®n con escucharla una vez.