El nuevo Gobierno incluir¨¢ a dem¨®cratas

Intento de reconciliaci¨®n

George Bush apoyar¨¢ su Gobierno en personas cercanas a su padre, pero tratar¨¢ de equilibrarlo con nombres nuevos que separen el pasado del presente. Intentar¨¢ incluir a alg¨²n dem¨®crata en su Gabinete, pero tendr¨¢ que buscarlo con lupa, porque ninguno ha querido ponerse al tel¨¦fono hasta que las elecciones estuvieran resueltas. El presidente electo tiene en su agenda a varios pol¨ªticos de Tejas, pero no quiere dar la impresi¨®n de que reproducir¨¢ en Washington su Gobierno de Austin. Quiere a un republicano progresista para secretario de Defensa, pero el partido le pide a alguien m¨¢s conservador; quiere a su equipo de campa?a en la Casa Blanca, pero sus asesores le dicen que eso puede causar mala imagen. ?ste es el rompecabezas que ahora resuelve el m¨¢s fr¨¢gil ganador de unas elecciones en EE UU.Para alguien que bas¨® su campa?a en su intenci¨®n de "unir, no dividir", el panorama pol¨ªtico inmediato al que se enfrenta no es nada alentador. A las heridas que deja la batalla electoral, Bush tiene que sumar m¨²ltiples presiones en la formaci¨®n de su Gobierno, acosado por condicionantes pol¨ªticos, personales y familiares.

Su primera tarea es buscar al menos a un dem¨®crata para alg¨²n cargo relevante. Ese gesto le permitir¨ªa iniciar el camino de la reconciliaci¨®n y construir una imagen comprensiva y generosa. De igual manera que Bill Clinton tiene a un republicano en su Gobierno (William Cohen, secretario de Defensa), Bush quiere a alg¨²n dem¨®crata en el suyo. Sin embargo, hasta ahora le ha sido imposible tantear a posibles candidatos, porque nadie quer¨ªa aparecer como un traidor a su partido negociando un cargo cuando el enfrentamiento electoral segu¨ªa abierto.Sus primeros nombramientos o contactos le hacen parecer demasiado dependiente de su padre. El riesgo lo asumi¨® al elegir a Dick Cheney como compa?ero de cartel, pero lo ha ido empeorando con sus pocas designaciones confirmadas. Colin Powell parece seguro como secretario de Estado, y de igual modo, Condoleezza Rice se convertir¨¢ en la consejera de Seguridad Nacional. Sus nombres, junto con Cheney, reproducen una copia exacta del equipo encargado de la defensa y la pol¨ªtica exterior en el Gobierno de Bush padre.

Para compensarlo, Bush quer¨ªa nombrar a un republicano liberal en el cargo de secretario de Defensa. Su preferido es Tom Ridge, gobernador de Pensilvania, pero el ala dura del partido no quiere al frente del Pent¨¢gono a un hombre que se ha mostrado esc¨¦ptico sobre la construcci¨®n del conflictivo "paraguas nuclear" que Bill Clinton ha dejado a su sucesor.