Alocuci¨®n de Estrasburgo
Se?oras y se?ores parlamentarios: ante todo, la iniciativa ciudadana ?Basta Ya! desea expresar su gratitud a este Parlamento por el honroso reconocimiento que hoy nos confieren. Es una distinci¨®n tanto m¨¢s notable por cuanto no somos una prestigiosa ONG ni un movimiento institucional veterano sino sencillamente un grupo de ciudadanos de distintas procedencias, sin jerarqu¨ªas burocr¨¢ticas ni apenas aparato organizativo, que empezamos a marchar juntos hace poco menos de un a?o. Entre nosotros hay profesores y obreros, cargos p¨²blicos y simples particulares, religiosos y laicos, sindicalistas, empresarios, militantes pacifistas, artistas, trabajadores de los medios de comunicaci¨®n, gente cuyo nombre es muy conocido y muchas personas nada c¨¦lebres: les confieso que formamos un conjunto un poco an¨¢rquico. No tenemos ning¨²n af¨¢n de protagonismo hist¨®rico, ni siquiera de perduraci¨®n a toda costa: ?ojal¨¢ que nuestra iniciativa dejase ma?ana mismo de ser necesaria y pudiera volver cada uno de nosotros en paz a su vida cotidiana!Sabemos que personalmente no somos importantes, pero creemos que es importante lo que nos une y moviliza: el rechazo del terrorismo criminal de ETA y el apoyo expl¨ªcito al Estado de derecho espa?ol, hoy amenazado por un proyecto totalitario de secesi¨®n violenta. Hemos salido a la calle y hemos alzado nuestras voces porque estamos convencidos de que, cuando la democracia est¨¢ en peligro, los ciudadanos no pueden refugiarse en su anonimato y esperar mansamente a que todo se resuelva en las altas esferas del poder pol¨ªtico. No queremos sustituir a las instituciones leg¨ªtimamente establecidas sino urgirlas a que protejan nuestros derechos y nuestras libertades sin concesiones al terror. Nos hemos movilizado, se?oras y se?ores parlamentarios, por solidaridad con las v¨ªctimas del fanatismo ideol¨®gico asesino y tambi¨¦n en defensa propia contra ¨¦l.
Y es que vivimos una situaci¨®n tristemente ins¨®lita en la Europa democr¨¢tica. El Pa¨ªs Vasco no es un territorio ex¨®tico, agobiado por las injusticias y desigualdades como tantos lugares del llamado Tercer Mundo, sino una de las regiones m¨¢s desarrolladas y con m¨¢s equilibrada calidad de vida de la comunidad europea. Dentro del Estado espa?ol la comunidad vasca disfruta de una ampl¨ªsima autonom¨ªa, con Gobierno y Parlamento propios, pleno control de su fiscalidad, competencias educativas biling¨¹es, dos cadenas propias de televisi¨®n (una de ellas en euskera), etc¨¦tera... Sin duda los vascos padecieron importantes violaciones de su libertad pol¨ªtica y cultural durante la dictadura de Franco, como el resto de los ciudadanos espa?oles. Pero a partir de la instauraci¨®n de la democracia se hizo un extraordinario esfuerzo de reconciliaci¨®n en todo el pa¨ªs, comenzando por una amnist¨ªa general para los delitos de motivaci¨®n pol¨ªtica cometidos durante el periodo franquista que permiti¨® hace m¨¢s de veinte a?os reintegrarse en la legalidad a todos los miembros de ETA que lo desearan, incluso aunque tuvieran responsabilidad en hechos sangrientos. Sin embargo la actividad de ETA no ha cesado desde entonces y ya contamos m¨¢s de setecientas v¨ªctimas mortales durante la etapa democr¨¢tica.
Hoy en el Pa¨ªs Vasco no hay seguridad ni libertad de expresi¨®n o asociaci¨®n pol¨ªtica para gran parte de los ciudadanos. Los cargos electos no nacionalistas son asesinados, as¨ª como empresarios, periodistas, miembros de las fuerzas de orden p¨²blico o simples particulares que se hayan manifestado de cualquier modo contra el proyecto de imposici¨®n independentista. Y no s¨®lo se trata de asesinatos: se han quemado numerosos establecimientos, viviendas y veh¨ªculos, se extorsiona cotidianamente a los comerciantes y profesionales, se hostiga y amenaza de mil maneras a quienes son considerados "espa?olistas", es decir, a quienes se atreven a manifestarse p¨²blicamente a favor del Estado de derecho constitucionalmente vigente. Mucha gente se ve obligada a marcharse para evitar males mayores o porque no soporta la presi¨®n del ambiente de intimidaci¨®n. Otros muchos deben resignarse a vivir acompa?ados de escoltas policiales y no pueden pasear libremente con sus hijos por la calle o asistir sin todo tipo de precauciones a los locales p¨²blicos. En el Pa¨ªs Vasco, en plena Europa democr¨¢tica, tenemos actualmente docenas de Salman Rushdies. Reina el miedo, un miedo palpable en la vida cotidiana que hace hablar en voz baja o disimular lo que se piensa, como en los peores momentos de la dictadura franquista.
Nosotros, los miembros de la iniciativa ?Basta Ya!, sabemos que ETA es sin duda la principal culpable de estos males pero tambi¨¦n estamos convencidos de que ETA no es un fen¨®meno aislado y que su perpetuaci¨®n se debe a un clima pol¨ªtico del cual son en parte responsables las autoridades nacionalistas que gobiernan el pa¨ªs desde hace m¨¢s de veinte a?os. Los etarras no son extraterrestres llegados de otro planeta para hacer el mal sino j¨®venes educados en el fanatismo ¨¦tnico, en el odio a m¨¢s de la mitad de sus conciudadanos y a todo lo considerado "espa?ol", j¨®venes a quienes se ha imbuido una historia distorsionada y una antropolog¨ªa demencial que les hacen creerse v¨ªctimas y les convierten as¨ª en verdugos. Naturalmente aceptamos que los nacionalistas vascos puedan proponer por v¨ªas pac¨ªficas la creaci¨®n de un nuevo Estado independiente que nunca antes existi¨®, pero rechazamos que ese proyecto pol¨ªtico de un determinado partido se presente como el derecho inalienable de todo un pueblo, convirti¨¦ndose as¨ª de modo indirecto en justificaci¨®n de los violentos.
Tampoco parece prudente la permanente b¨²squeda en el pasado hist¨®rico y a¨²n prehist¨®rico de agravios que justifiquen la ruptura de las comunidades democr¨¢ticas actuales o pretendan demostrar la incompatibilidad de quienes de hecho ya viven juntos desde hace siglos. Como demuestra tristemente la experiencia de otros lugares de Europa, por tal camino siempre se encuentran finalmente justificaciones para el enfrentamiento b¨¦lico. Es algo contra lo que ya preven¨ªa hace siglos uno de los primeros pensadores de la Europa unida, Erasmo de Rotterdam, cuando comentaba en sus adagios: "Si un t¨ªtulo cualquiera se considera causa id¨®nea para emprender la guerra, a nadie -en medio de tantas vicisitudes de los asuntos humanos, de tantos cambios- le podr¨¢ faltar un t¨ªtulo. ?Qu¨¦ pueblo no ha sido alguna vez expulsado o no ha expulsado a alguien de su territorio? ?Cu¨¢ntas veces se ha emigrado de un sitio a otro? ?Cu¨¢ntas veces se han desplazado de aqu¨ª para all¨¢ los imperios por el azar de los tratados? ?Que los paduanos reclamen hoy el suelo troyano ya que Antenor en otro tiempo fue troyano! ?Que los romanos reclamen ?frica y Espa?a, pues alguna vez fueron romanas! Llamamos dominio hereditario a lo que es administraci¨®n electiva. No se tiene igual derecho sobre los hombres -libres por naturaleza- que sobre los ganados" (del comentario al adagio La guerra atrae a quienes no la han vivido).
Se?oras y se?ores parlamentarios, como dem¨®cratas somos desde luego partidarios del di¨¢logo entre los diversos partidos democr¨¢ticos porque en tal di¨¢logo permanente consiste la democracia misma. Pero precisamente por vocaci¨®n de di¨¢logo democr¨¢tico rechazamos que ¨¦ste pueda venir forzado por el terrorismo violento, que la agenda pol¨ªtica de los ciudadanos la establezcan quienes trastornan los usos de la convivencia pac¨ªfica y que las leyes consensuadas parlamentariamente deban cambiarse a gusto de los asesinos como rescate para que dejen de matar. Queremos vivir en paz pero tambi¨¦n queremos vivir en libertad; nos negamos a sustituir el Estado de los ciudadanos por el Estado de las etnias. Por eso hemos salido a la calle para defender los principios constitucionales y gritar a los terroristas: ?Basta ya! Y tambi¨¦n por eso, adem¨¢s de agradecer el reconocimiento de este Premio Sajarov, invitamos a los miembros del Parlamento europeo a visitar el Pa¨ªs Vasco, no los despachos oficiales sino las calles, los bares, los comercios, las empresas, las peque?as localidades, las aulas, para que conozcan de primera mano y sin injerencias propagand¨ªsticas c¨®mo se vive amenazado, extorsionado, sin derecho a la libre expresi¨®n de las ideas. Que comprueben por s¨ª mismos la verdad de lo que denunciamos y despu¨¦s que no lo olviden y que nos ayuden a luchar contra esta lacra que toda la Europa democr¨¢tica debe sentir como propia.
Este es el texto del discurso le¨ªdo ayer por el fil¨®sofo Fernando Savater, en nombre de la iniciativa ciudadana ?Basta Ya!, al recoger el Premio Sajarov de Derechos Humanos y Libertad de Expresi¨®n que concede el Parlamento Europeo.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.
Archivado En
- Parlamento europeo
- Actos repulsa
- Opini¨®n
- Basta Ya
- Coalici¨®n antiterrorista
- Fernando Savater
- Manifestaciones contra terrorismo
- Pol¨ªtica antiterrorista
- Uni¨®n Europea
- Movimientos sociales
- Organizaciones internacionales
- ETA
- Lucha antiterrorista
- Grupos terroristas
- Espa?a
- Relaciones exteriores
- Pol¨ªtica
- Terrorismo
- Sociedad