El Madrid saca petr¨®leo de su pegada
El Espanyol, tras los goles de Morientes y Figo, domin¨® y dispuso de muchas ocasiones
![Robert ?lvarez](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/https%3A%2F%2Fs3.amazonaws.com%2Farc-authors%2Fprisa%2Fff38f270-e1f5-420b-b28d-2104701943fb.jpg?auth=303544fb943223675b58ca08dcbe961263d0862eee8a1aada708dced91da811b&width=100&height=100&smart=true)
El Madrid se fue de Montju?c con el liderato virtual bajo el brazo pero con las dudas ya conocidas sobre su autoridad. Dudas de que pueda seguir mandando con el esquema defensivo con el que ayer malvivi¨® tras lograr dos goles en la arrancada. Entre la pegada del Madrid y la ingenuidad de la defensa del Espanyol, el partido estuvo a punto de quedar visto para sentencia en menos de un cuarto de hora. El Espanyol se equivoc¨® de medio a medio ante un rival con una precisi¨®n ofensiva de sobras probada. Lo pag¨® encajando dos goles en doce minutos. El Madrid, en este sentido, es un equipo implacable. Y eso que Ra¨²l apenas dio se?ales de vida. Pero bast¨® que McManaman avivara la velocidad del bal¨®n con un pase a la primera a Morientes para que ¨¦ste recortara a Navas y encontrara la diagonal abierta. Cruz¨® el bal¨®n entre Mora y el segundo palo y marc¨®. Fueron suficientes un par de faltas cerca del v¨¦rtice derecho del ¨¢rea blanquiazul para que Figo afinase la punter¨ªa primero y para que acertara en la diana despu¨¦s.El segundo regreso de Figo a Barcelona supuso la mejor terapia para olvidar aquella traum¨¢tica visita al Camp Nou de hace un par de meses. Tambi¨¦n en Montju?c fue pitado, pero no pas¨® de eso e incluso pudo percibir el apoyo de la hinchada madridista. No tuvo la menor de las dificultades para sacar los numerosos saques de esquina que cedi¨® el Espanyol. Pero, a lo que pudo quedar en el anecdotario, se a?adi¨® otro detalle inherente al juego. Paco Flores, en lugar de imitar el implacable y exitoso marcaje individual de Puyol al portugu¨¦s en el cl¨¢sico disputado en octubre, esper¨® a que Figo se enredara en la defensa en zona. Roger pareci¨® engancharse al diez madridista pero cuando ¨¦ste empez¨® a bascular fue Galca quien se encarg¨® de ¨¦l y, cuando definitivamente se fue a la izquierda, se observ¨® que nadie espec¨ªficamente se hac¨ªa cargo de ¨¦l. Figo se sinti¨® como pez en el agua y dot¨® de peligrosidad a los movimientos atacantes de su equipo. Y eso llev¨® de cabeza al Espanyol, que por momentos se vio como un naufrago.
ESPANYOL 1-REAL MADRID 2
Espanyol: Mora; Navas, Soldevilla, Pochettino, Roger; Toni Velamaz¨¢n, Sergio, Galca, Arteaga (Toledo, m.75); Mart¨ªn Posse (?scar, m.75); y Tamudo (Serrano, m.80).Real Madrid: Casillas; Geremi, Iv¨¢n Campo, Karanka, Roberto Carlos; Figo, Iv¨¢n Helguera, Makelele, McManaman; Morientes (Savio, m. 46) y Ra¨²l. Goles: 0-1. M.4. Morientes, al borde del ¨¢rea, recibe de McManaman, recorta a Navas y marca de tiro cruzado por bajo. 0-2. M.12. Figo env¨ªa por encima de la barrera y a la cruceta derecha de Mora. 1-2. M.21. Falta por la izquierda que Roger lanza colgando sobre el ¨¢rea. Casillas mide mal la salida, Iv¨¢n Campo tampoco llega y Pochettino marca de cabeza. ?rbitro: Carmona M¨¦ndez. Mostr¨® tarjeta amarilla a McManaman, Pochettino, Velamaz¨¢n, Soldevilla y Figo. Estadio Ol¨ªmpico de Montju?c. Unos 32.000 espectadores.
Pero el equipo de Montju?c se dio cuenta de que el partido ten¨ªa otra lectura diferente. Pochettino empez¨® a marcar la l¨ªnea en defensa con contundencia y Morientes fue el principal damnificado ya que, lesionado, tuvo que ser relevado en el descanso. Pero adem¨¢s Sergio, Galca y Toni Velamaz¨¢n advirtieron que el Madrid era un equipo partido, sin consistencia en el centro del campo. Makelele e Higuera tuvieron que retrasarse muchos metros para apagar los fuegos constantes que prend¨ªan en el centro de la defensa madridista. Muchas concesiones. Tantas que el Espanyol, que es un equipo que se distingue por todo lo contrario que el Madrid y que apenas tiene pegada, encontr¨® ipso facto el gol que le devolvi¨® a la lucha por los puntos en juego. El tanto lleg¨® en una acci¨®n que fue un compendio de la incuria defensiva madridista. No cuid¨® el Madrid el menor detalle. Permiti¨® que Roger sacara la falta sin que nadie le molestara, salt¨® Iv¨¢n Campo al tunt¨²n y Casillas culmin¨® el retablo con una salida desastrosa, a destiempo, practicamente un suicidio.
El centro del campo de ambos equipos desapareci¨®; el del Madrid porque apenas cont¨® con efectivos y el del Espanyol porque busc¨® v¨ªas m¨¢s directas que el entrejuego. El toma y daca constante hizo que se vivieran ocasiones en una y otra porter¨ªa. La asociaci¨®n entre McManaman, Figo y Savio, que relev¨® a Morientes tras el descanso y que hizo de pivote por detr¨¢s de Ra¨²l, le dieron cuanto menos presencia al Madrid. E incluso fue el comando que cre¨® ese tr¨ªo, al que se a?adi¨® Helguera, el que le dio aire al Madrid en un segundo periodo que empez¨® con un dominio constante del Espanyol. Pero el equipo blanquiazul volvi¨® a echar de menos la p¨®lvora. Casillas siempre conjur¨® el peligro que crearon los remates de Tamudo en un par de ocasiones y de Posse en otra.
Pero el Espanyol fue desinfl¨¢ndose porque acus¨® el desgaste f¨ªsico y porque cuando el Madrid logr¨® combinar con alguna continuidad en la zona de los medias puntas le cre¨® muchos problemas. Hasta el punto de que Savio envi¨® un bal¨®n al larguero cuando la cosa empezaba a hacer pensar m¨¢s en el 1-3 que en el empate. La puesta de acci¨®n de ?scar, Toledo y Serrano en el ¨²ltimo cuarto de hora apenas vari¨® el decorado. Pero el Madrid a¨²n no hab¨ªa dicho su ¨²ltima palabra. Porque fue ¨¦l mismo quien se complic¨® la vida hasta rozar el suicidio en una casi fatal falta de entendimiento entre Iv¨¢n Campo y Casillas, que ¨¦ste enmend¨® in extremis. Y, ya en el descuento, dej¨® solo a Toledo, que cabece¨® rozando el palo. Al final se sali¨® el Madrid con la suya, pero con un sufrimiento y un juego impropios.
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