El 13.575

Es tiempo de cifras. Siempre que se acerca un final de a?o, se da a conocer la evoluci¨®n que se ha producido en los distintos sectores de la sociedad. M¨¢s cuando acaba un siglo, o dos. El a?o pasado, por este tiempo, celebr¨¢bamos la entrada del nuevo milenio. Este a?o nos hemos enterado que tenemos que celebrarlo de nuevo.Gracias a estos finales de a?o, o de siglos, sabemos que el Gobierno central ha batido un r¨¦cord. Ha concedido 1.497 indultos. Insumisos por aqu¨ª, filesas por all¨ª, un parcial para Tani, y otro para un juez, del que no se f¨ªa ni el Gobierno (lo manda a cualquier sitio, menos a la Audiencia Nacional). Tambi¨¦n han contado a los andaluces los niveles de bienestar que ocupan nuestras provincias. Los ¨²ltimos de Espa?a. Se salvan Granada y Almer¨ªa, que se acercan a la media nacional. Es curioso. Las dos provincias menos industrializadas son las que disfrutan de mejor bienestar. Las cuatro occidentales, las industriales, son las ¨²ltimas. La peor, Huelva, a pesar de contar con un polo, o dos, como los siglos de este a?o. En fin, datos, cifras o n¨²meros. Otro m¨¢s: el 13.575. No es el gordo de Navidad del a?o que viene. Es el n¨²mero de inmigrantes que hacen cola en Almer¨ªa para regularizar su situaci¨®n.

El Gobierno no los regulariza. Se pongan como se pongan, no existen. No s¨¦ como un Gobierno tan imaginativo, que es capaz de vender Niza como un ¨¦xito, transformar en indulto una amnist¨ªa, regularizar al se?or G¨®mez de Lia?o o mandar a Loyola de Palacio a Europa, dos a?os antes de lo del lino, carece de imaginaci¨®n. No encuentra una soluci¨®n a quienes han tenido el atrevimiento de no querer que les mate el hambre. Una dosis imaginativa de generosidad no parece que cueste demasiado, puede que menos que Telef¨®nica. A lo peor, la soluci¨®n, si no llega, hay que buscarla, a pesar de este Gobierno.

No hace mucho el PP andaluz dec¨ªa que las leyes, la de Caja, no hay que cumplirlas. Otros pol¨ªticos del Estado apuestan por la desobediencia civil. Cuando la muerte est¨¢ en nuestra tierra, puede que sea necesario hacer lo suficiente para conseguir que los no regularizados, los muertos de hambre, tengan cobijo y trabajo. No es cuesti¨®n de desobediencia. Es cuesti¨®n de supervivencia. Feliz Nochebuena.

EUGENIO SU?REZ PALOMARES