Los nuevos 'barones' del PSOE
Los 19 l¨ªderes regionales intentan curar las viejas heridas arrumbando a los m¨¢s duros de cada familia
Hay guerras que duran m¨¢s tiempo que los soldados que las sufren. Y la del PSOE lleva camino. En Asturias existen dos bandos enfrentados desde hace 20 a?os; en Valencia, Pa¨ªs Vasco y Madrid, varias familias o sensibilidades combaten desde hace 10; en Cantabria, los guerristas y renovadores no terminan de sellar la paz; a la federaci¨®n aragonesa se la ha llegado a conocer como el Beirut del partido; en Galicia, el PSOE suele guerrear comarca contra comarca, sin olvidar que Francisco V¨¢zquez, alcalde de A Coru?a, se faja a menudo contra todas ellas a la vez.Terminaron ya todos los congresos en el PSOE, y lo que el partido no quiere es que suceda nada semejante al viejo estribillo flamenco: "Ya se acab¨® el alboroto y ahora empieza el tiroteo". Las 19 federaciones del PSOE han estado eligiendo a sus l¨ªderes durante todos los fines de semana de los cuatro ¨²ltimos meses. Siete caras eran ya conocidas y 12 han surgido nuevas. Unos ganaron por los pelos -en Madrid, Valencia, Pa¨ªs Vasco y Asturias- y otros, como los de Extremadura y Andaluc¨ªa, no toparon ni con un solo rival para medirse.
Pero si algo define a casi todos los secretarios generales, aparte de que la inmensa mayor¨ªa (17 de 19) sean hombres, es que parecen haberse puesto de acuerdo en rodearse de gente -ya sean amigos o rivales- que no se signific¨® en las viejas batallas internas. Ni guerristas, ni renovadores, sino todo lo contrario.
Un ejemplo claro se da en Madrid con el supuesto guerrista Rafael Simancas, de 34 a?os, licenciado en Ciencias Pol¨ªticas. Simancas derrot¨® a Jos¨¦ D¨ªaz, el candidato apoyado por el partido. Pero el secretario de organizaci¨®n, Jos¨¦ Blanco, medi¨® para que incluyera en su ejecutiva a gente del sector derrotado. Y Simancas abri¨® tanto la mano -integr¨® a nueve oponentes, un 24% del total- que cosech¨® los abucheos de sus propios partidarios.
"Es natural", comenta Simancas. "Cuando hay gente que ha pasado meses peleando por ganar un congreso y ve que de repente he metido a los que ten¨ªamos enfrente, es l¨®gico que se mosqueen en ese momento. Pero ahora me estoy pateando todas las agrupaciones locales, y la gente lo va comprendiendo".
"Prueba de que la convivencia es posible", contin¨²a Simancas, "es que ya hemos aprobado en la ejecutiva cuestiones muy importantes, y todas se han tomado por unanimidad". Otra prueba m¨¢s: "Todos los a?os en Madrid hab¨ªa dos cenas de compa?eras: una con las guerristas, y otra con las renovadoras. Este a?o, s¨®lo una".
De semejante manera se las apa?¨® tambi¨¦n Dolores Gorostiaga, l¨ªder en Cantabria y guerrista confesa. Gorostiaga sustituye a Jaime Blanco que ocup¨® ese puesto durante 23 a?os y con el que fue secretaria de organizaci¨®n, por tanto, cuerda de la cuerda guerrista. Gorostiaga venci¨® por s¨®lo cuatro votos a tres candidatos que unieron sus fuerzas contra ella. "Cuando les llam¨¦ para formar mi ejecutiva me dijeron que no estaban dispuestos a colaborar, que las formara sin ellos". A pesar de ello, Gorostiaga se dio ma?as para formar una ejecutiva que cosech¨® el 64% de los votos. ?El secreto? "Promover a los segundas filas; si desaparecen del frente los que tuvieron protagonismo en la guerra es m¨¢s f¨¢cil acabar con ella. Es la ¨²nica forma de hacer la casa habitable".
Y hablando de convivencia sobresale el nombre de Javier Fern¨¢ndez, secretario general de Asturias, supuesto guerrista, al que partidarios de un bando y de otro convienen en definir como una excelente persona. La situaci¨®n en Asturias se asemeja, seg¨²n un prestigioso cronista local, a la de un matrimonio consciente de que nunca volver¨¢ a enamorarse, pero hace todo lo posible por convivir en paz, dado que hay unos hijos de por medio -uno de ellos vendr¨ªa a ser el propio Gobierno de la regi¨®n, en manos de los socia-listas- que necesitan el m¨¢ximo cuidado.
Fern¨¢ndez es, entre los nuevos l¨ªderes, el m¨¢s piropeado por la ejecutiva federal. Su discurso en la clausura del congreso asturiano es calificado por el secretario de organizaci¨®n, Jos¨¦ Blanco, como el mejor de todos los pronunciados en forma y fondo entre los secretarios regionales. Puede parecer una paradoja, ya que ha quedado publicado que su elecci¨®n signific¨® un varapalo para Rodr¨ªguez Zapatero, obviando la amistad personal que existe entre ambos, y omitiendo que Fern¨¢ndez y el sector guerrista asturiano apoyaron en el congreso federal al candidato triunfador. Una vez m¨¢s la palabra guerrista se pierde en multitud de matices y particularidades tras el congreso federal de julio.
Pero si Fern¨¢ndez tiene dif¨ªcil la conciliaci¨®n de sus compa?eros aunque cuenta con la baza de su encanto personal, Joan Ignasi Pla, nuevo l¨ªder de los socialistas valencianos, lo tiene tambi¨¦n muy dif¨ªcil -fue elegido con s¨®lo diez votos de diferencia- y cuenta con ciertos recelos sobre su capacidad de liderazgo.
Pla fue secretario general hace algo m¨¢s de un a?o, pero s¨®lo por unas horas. En un acto in¨¦dito la anterior ejecutiva federal que dirig¨ªa Joaqu¨ªn Almunia le pidi¨® que dimitiera al haber raspado unas d¨¦cimas m¨¢s del 50% en su elecci¨®n y, por tanto, consider¨® que su liderazgo estaba en precario. Pla no plante¨® batalla a la ejecutiva federal y obedeci¨®. Cuando esos hechos ocurrieron tampoco hab¨ªa secretario general en Valencia, sino que gobernaba otra gestora. El socialismo valenciano emprendi¨® una batalla interna sin cuartel simult¨¢neamente a la p¨¦rdida de las elecciones auton¨®micas en 1995.
Ahora, "las mil familias valencianas", como desde hace a?os se dice en la ejecutiva federal, parecen calmadas. Los dirigentes de Madrid creen que la paz es posible si Pla demuestra "m¨¢s confianza en s¨ª mismo" y "mucha generosidad".
La situaci¨®n m¨¢s dif¨ªcil corresponde al Pa¨ªs Vasco. Nicol¨¢s Redondo Terreros, secretario general de los socialistas vascos, y candidato a la presidencia de esa comunidad, dio un disgusto inconmensurable en la ejecutiva federal cuando se supo que casi el 50% de su congreso le hab¨ªa dado la espalda. "Le ha faltado cintura a la hora de confeccionar su ejecutiva", comentaron en Ferraz.
Poco rasgos definen a los 19 barones, pero uno marca a los 12 nuevos secretarios que estrenan cargo: ninguno goza del carisma y la fuerza que conjuran apellidos como el de Ybarra, Bono o Chaves. Pero tal vez se trate s¨®lo de una cuesti¨®n de tiempo. Marcelino Iglesias, secretario de Arag¨®n, y Francesc Antic, en Baleares, unen a su liderazgo del partido cierto liderazgo social, puesto que fueron elegidos por sus ciudadanos como presidentes auton¨®micos antes que por sus compa?eros. Iglesias, adem¨¢s, ya se ha ganado cierto prestigio forjando una paz casi imposible de creer. Ya nadie le llama a su partido el Beirut del PSOE.
Muchos de los nuevos, al ver como Zapatero se afianza en el cargo tras ganar el congreso en primera vuelta por s¨®lo nueve votos, se preguntan: "Si ¨¦l pudo diluir los conceptos de guerristas y renovadores hasta confundirlos y, a veces, fundirlos, ?por qu¨¦ yo no?".
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.