Coherencia

Creo que no est¨¢ de m¨¢s recordar la peripecia de la tramitaci¨®n parlamentaria de la Ley de Extranjer¨ªa para entender las declaraciones del ministro del Interior, Jaime Mayor Oreja, sobre el sentido del pacto antiterrorista suscrito por el PP y el PSOE a comienzo de este mes.Como los lectores posiblemente recordar¨¢n, en la pasada legislatura, la Ley de Extranjer¨ªa fue negociada pacientemente a lo largo de dieciocho meses en el Congreso de los Diputados por todos los grupos parlamentarios, incluido el del PP, llegando a alcanzarse una redacci¨®n pr¨¢cticamente un¨¢nime. Cuando el texto de la ley estaba fijado apareci¨® en escena el ministro del Interior manifestando su desacuerdo con el mismo. La ley no pod¨ªa ser aprobada en los t¨¦rminos en que lo hab¨ªa sido en el Congreso de los Diputados, sino que ¨²nicamente deber¨ªa llegar al BOE si se introduc¨ªan las enmiendas que el propio ministro consideraba imprescindibles. La posici¨®n del ministro fue hecha suya por el presidente del Gobierno y las enmiendas fueron aprobadas en el Senado. Al tratarse de una ley org¨¢nica, las enmiendas del Senado ten¨ªan que ser aceptadas por el Congreso de los Diputados por mayor¨ªa absoluta, mayor¨ªa que no se alcanz¨®, por lo que el texto de la ley qued¨® tal como hab¨ªa sido fijado por el Congreso de los Diputados. En la campa?a electoral posterior, el PP llevar¨ªa en su programa la reforma de la ley en la direcci¨®n establecida por el ministro del Interior, y en tal sentido se ha tramitado en esta legislatura por el procedimiento de urgencia el proyecto de ley, que acaba de ser aprobado definitivamente por las Cortes sin que se haya producido negociaci¨®n digna de tal nombre entre el PP y los partidos representativos de la izquierda espa?ola.

En un tema como ¨¦ste, que es un t¨ªpico tema de Estado, en el que el di¨¢logo ten¨ªa que ser la ¨²nica forma de dar una respuesta al mismo, el ministro del Interior impuso su criterio primero en el interior de su partido y despu¨¦s a todos los dem¨¢s. Esa forma de proceder le cost¨® el puesto al ministro de Trabajo, Manuel Pimentel, y al portavoz del PP en la negociaci¨®n parlamentaria de la ley, Diego Jordano, ambos fuera de la pol¨ªtica en esta legislatura. Y ha conseguido que la ley haya sido rechazada tajantemente por el PSOE y que, posiblemente, se acabe interponiendo contra ella un recurso de inconstitucionalidad.

Obviamente, la ley ha sido aprobada con toda la legitimidad del mundo y nadie puede llamarse a enga?o. La reforma de la ley figur¨® en el programa electoral que fue aprobado por los ciudadanos por mayor¨ªa absoluta. Pero el dato est¨¢ ah¨ª. El di¨¢logo s¨®lo vale si las dem¨¢s partes se avienen a la posici¨®n del ministro. Si no es as¨ª, m¨¢s vale no dialogar. Cuando no se acaba estando de acuerdo con el ministro, el di¨¢logo es un di¨¢logo trampa.

Esta misma actitud es la que Jaime Mayor Oreja viene manteniendo en pol¨ªtica antiterrorista en su doble condici¨®n de ministro del Interior y candidato a lehendakari. La pol¨ªtica antiterrorista tiene que ser antes que nada una pol¨ªtica antinacionalista. Y como una pol¨ªtica de este tipo no puede ser consensuada con nadie, pues mejor no dialogar. Cualquier di¨¢logo que no sit¨²e el antinacionalismo en el centro de la pol¨ªtica antiterrorista es un di¨¢logo trampa que debe ser evitado de entrada y, si no es posible, boicoteado a la salida.

Esto es lo que significan las declaraciones de Jaime Mayor Oreja a La Raz¨®n del pasado mi¨¦rcoles. Lo que el ministro del Interior ha venido a decir es que aunque el pacto suscrito por el PP y el PSOE haya sido presentado formalmente como un pacto "anti-ETA", en realidad tiene que ser interpretado materialmente como un pacto antinacionalista, como una reacci¨®n "ante la ofensiva del nacionalismo en su conjunto...", de la que "el terrorismo es... la punta del iceberg".

Las recientes declaraciones del ministro son coherentes con todo lo que Jaime Mayor Oreja viene diciendo y haciendo en esa doble condici¨®n a la que antes me he referido. El di¨¢logo tiene sentido si se coincide con mi punto de partida. Si no es as¨ª, m¨¢s vale no negociar. As¨ª actu¨® en materia de extranjer¨ªa. Y as¨ª lo est¨¢ haciendo en materia antiterrorista. Nadie podr¨¢ decir que el ministro da gato por liebre.