El s¨ªndrome el¨¦ctrico
Los problemas pendientes en el mercado el¨¦ctrico espa?ol van a ocupar una parte muy importante del escenario pol¨ªtico en los primeros meses del a?o 2001 y pondr¨¢n a prueba la capacidad de gesti¨®n y de regulaci¨®n del Gobierno de Aznar. La Comisi¨®n Europea debe decidir sobre la legalidad de los pol¨¦micos costes de transici¨®n a la competencia (CTC), los 1,3 billones de pesetas que los consumidores espa?oles est¨¢n pagando a las el¨¦ctricas a trav¨¦s de un recargo en las tarifas. El forcejeo de la vicepresidenta de la Comisi¨®n, Loyola de Palacio, para conseguir funciones que le permitan decidir sobre la autorizaci¨®n de tan elevadas compensaciones puede retrasar el dictamen comunitario; pero la Comisi¨®n ya ha iniciado la tramitaci¨®n del expediente de los CTC como ayudas de Estado.Por otra parte, la fusi¨®n de las dos grandes compa?¨ªas el¨¦ctricas espa?olas, Endesa e Iberdrola, ha entrado en un ¨¢spero periodo de forcejeos pol¨ªticos d¨ªas antes de que el Tribunal de Defensa de la Competencia (TDC) d¨¦ a conocer su informe definitivo sobre la operaci¨®n. Ambas cuestiones est¨¢n relacionadas, hasta el punto de que la percepci¨®n de los CTC o su eliminaci¨®n cambiar¨¢ probablemente la negociaci¨®n pol¨ªtica de la fusi¨®n y, por consiguiente, el nuevo mapa el¨¦ctrico espa?ol. La difusi¨®n del informe de la Comisi¨®n Nacional de la Energ¨ªa (CNE) sobre esta fusi¨®n ha enrarecido la que se presum¨ªa despejada trayectoria pol¨ªtica de la operaci¨®n. La CNE propone que se limite la capacidad de producci¨®n el¨¦ctrica del nuevo grupo al 40% de la generaci¨®n total -condici¨®n que ya se conoc¨ªa- y el 41% del mercado de comercializaci¨®n; es decir, del volumen de clientes que retendr¨¢ la nueva compa?¨ªa y que ser¨¢ la base principal de su negocio. La resistencia p¨²blica de Endesa e Iberdrola a aceptar esta ¨²ltima confirma que es en la comercializaci¨®n libre a los usuarios donde estar¨¢ el n¨²cleo de negocio el pr¨®ximo decenio, y revela que es en este punto donde el informe del TDC deber¨¢ precisar m¨¢s y mostrarse m¨¢s riguroso en sus recomendaciones.
El argumento de Endesa e Iberdrola es que una limitaci¨®n tan intensa de su mercado de comercializaci¨®n podr¨ªa hacer irrealizable la fusi¨®n. Podr¨ªa suceder que esa l¨ªnea argumental fuera una posici¨®n t¨¢ctica para garantizar que mantendr¨¢n el 41% de los clientes espa?oles en sus listas de abonados, un porcentaje que se aproxima peligrosamente al monopolio. En pa¨ªses con una liberalizaci¨®n asentada y en los que se reconoce al 100% de los consumidores la capacidad para elegir compa?¨ªa suministradora, cada comercializadora tiene como m¨¢ximo entre dos y tres millones de clientes. La generosa propuesta de la CNE equivaldr¨ªa a mantener un volumen de ocho millones de clientes, una cantidad poco compatible con un mercado competitivo.
Si el argumento de las empresas responde a condiciones econ¨®micas e industriales aut¨¦nticas, la exigencia de rebajar el mercado de Endesa-Iberdrola por debajo del 40% podr¨ªa ser incompatible con la rentabilidad empresarial de la fusi¨®n. Es un problema que exige una negociaci¨®n pol¨ªtica transparente y resolverse sin reducir las condiciones de competencia en el mercado de comercializaci¨®n. Resulta evidente la dificultad de aumentar la competencia del mercado el¨¦ctrico -o de cualquier otro- sobre la base de una fusi¨®n empresarial.
Con este trasfondo de confusi¨®n en Endesa-Iberdrola, el Gobierno ha aprobado una rebaja de las tarifas el¨¦ctricas del 2,2% para el a?o 2001. Es una decisi¨®n decepcionante. Los consumidores tienen razones poderosas para pedir una rebaja mayor, sobre todo porque siguen pagando el recargo del 4,5% por los CTC, que en buena l¨®gica deber¨ªa dejar de pagarse mientras la Comisi¨®n no decida sobre el caso; una bajada tan escasa tampoco mitigar¨¢ el problema de la inflaci¨®n. Tantos frentes sobre un mismo sector requieren explicaciones netas en el Parlamento.
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