Tirar de la cadena

En la madrugada del 25 de abril de 1998 se produjo en Aznalc¨®llar, Sevilla, casi en la linde con el Coto de Do?ana, la mayor cat¨¢strofe ecol¨®gica registrada en Espa?a, no digamos ya en Andaluc¨ªa: el muro de contenci¨®n de la balsa que conten¨ªa lodos saturados de ars¨¦nico y otros metales sumamente t¨®xicos se abr¨ªa, reventaba, debido a causas que todav¨ªa no est¨¢n claras. Corrimiento de tierras (que ten¨ªa que haber estado previsto en este tipo de instalaciones), construcci¨®n defectuosa como denunci¨® a su debido tiempo un ingeniero sospechosamente despedido y otras hip¨®tesis se barajaron para explicar semejante faena. El caso es que toda la porquer¨ªa acumulada all¨ª por la empresa Boliden Limited, en Andaluc¨ªa Boliden Apirsa, procedente de las minas, sali¨® en grandes cantidades contaminando todo el entorno y el cauce del r¨ªo Guadiamar y de rebote el Guadalquivir. Cinco millones de metros c¨²bicos de caca minera e industrial.

En principio se le rest¨® importancia, pero cuando la ministra Isabel Tocino ve el alcance de la cat¨¢strofe, o se lo hacen ver, ordena inmediatamente, en colaboraci¨®n con la Junta de Andaluc¨ªa y una mano de la compa?¨ªa explotadora de las minas, acometer de inmediato un plan de limpieza del cauce del Guadiamar y reparaci¨®n de la balsa.

M¨¢s de cuatrocientos camiones diarios a toda velocidad van cargando y devolviendo a su origen los detritos. Treinta mil millones de pesetas se invierten en la operaci¨®n y a pesar de ello todav¨ªa quedan tierras contaminadas que tardaran en recuperarse muchos a?os.

En el Juzgado de Sanl¨²car la Mayor, cabeza de partido, se instruye proceso judicial en el que est¨¢n imputadas 21 personas, entre ellas seis de Boliden, dos de Geocisa (responsables de la seguridad de la balsa), dos funcionarios de la Junta y otro del Instituto Geol¨®gico Minero seg¨²n el informe de Greenpeace, que tambi¨¦n menciona como causa de la rotura el mal c¨¢lculo de la resistencia del suelo sobre el que se construy¨® la instalaci¨®n.

Cincuenta mil afectados piden justicia y que les expliquen por qu¨¦ han visto su entorno s¨²bitamente lleno de mierda. Pero han pasado los a?os y a la brillante juez Celia Belhadj se le ocurre, probablemente presa del S¨ªndrome Navide?o, archivar las diligencias porque no ve responsabilidad penal, ni hubo suficiente alarma social. La gente alucina creyendo que es una inocentada, fue el d¨ªa 28 de diciembre, la prensa ataca y el ministro de Medio Ambiente, Jaume Matas, anuncia que su Ministerio va a recurrir o por lo menos a buscar la v¨ªa civil.

La Junta de Andaluc¨ªa, m¨¢s lenta, reacciona tambi¨¦n y Manuel Chaves ordena que el Ejecutivo auton¨®mico recurra inmediatamente.

Hay quien cree que a la juez, con solo dos funcionarios a sus ¨®rdenes y sin ordenador en el Juzgado, se le estaba llenando el inodoro con doscientas mil toneladas de tierras contaminadas, una quiebra de la empresa, miles de millones perdidos, etc¨¦tera, y eso son muchos y muy malolientes montones de heces. Total: que ha decidido tirar de la cadena.