'El cine cada vez tiene menos que ver con la cultura'
Retirado temporalmente del cine, el director intenta ahora convertir el v¨ªdeo en un soporte cultural cuyo entorno natural son las librer¨ªas
Pregunta. A ver, a ver... ?Qu¨¦ tenemos por aqu¨ª?... ?Cielo santo, una entrevista de Bernard Pivot a Simenon de una hora y cuarto de duraci¨®n!... ?Me puedo llevar la cinta?
Respuesta. Si no hay m¨¢s remedio... La publicar¨¦ en unos meses, subtitulada, junto a otras perlas de Apostrophes. Hay tambi¨¦n una entrevista excelente con Nabokov.
P. Te has tomado muy en serio la edici¨®n de v¨ªdeos culturales.
R. Pues s¨ª. Aunque parezca una perogrullada, me gustar¨ªa demostrar que el v¨ªdeo es un gran invento que sirve para mucho m¨¢s que para reproducir la ¨²ltima pel¨ªcula de Schwarzenegger, que el v¨ªdeo es un soporte cultural. Supongo que el v¨ªdeo, al igual que el cine, no est¨¢ en las manos m¨¢s adecuadas. Por eso no existen las videotecas con las que so?¨¢bamos muchos al principio: esos equivalentes a las bibliotecas en las que uno pudiera sacar la pel¨ªcula que quisiera, verla en casa por muy poco dinero y devolverla como se devuelven los libros una vez le¨ªdos. Los videoclubes podr¨ªan haber sido almacenes de cultura y s¨®lo son expendedores de entretenimientos que muchas veces ni siquiera son entretenidos.
P. Tal vez una entrevista de una hora y cuarto con Simenon, por mucho que nos interese a ti, a m¨ª y a Joan de Sagarra, no sea el colmo de la comercialidad.
R. Pero hay que darle la oportunidad al p¨²blico de que tome sus propias decisiones. Tampoco parec¨ªan comerciales los primeros v¨ªdeos que edit¨¦, aquellas largas conversaciones de Joaqu¨ªn Soler Serrano con escritores, y luego se vendieron muy decentemente. Sirvieron, adem¨¢s, para reivindicar una obviedad: que est¨¢ muy bien presenciar una conversaci¨®n larga y profunda entre personas inteligentes. Lo que pasa es que, no s¨¦ por qu¨¦, hemos decidido tener una televisi¨®n demasiado r¨¢pida, en la que todo tiene que durar un m¨¢ximo de 25 minutos, prescindiendo as¨ª de la reflexi¨®n cultural.
P. Estar¨ªa muy bien hacer ahora un programa como A fondo.
R. Claro, pero no es tan f¨¢cil como parece. Soler Serrano, que a sus 80 a?os tiene una energ¨ªa formidable, consigui¨® algo muy dif¨ªcil, que es crear una complicidad con el entrevistado, llevarlo por donde cre¨ªa que hab¨ªa que ir. Y el resultado, 20 a?os despu¨¦s, en su austeridad, en su plano y contraplano, me parece impecable.
P. T¨² empezaste tu carrera cinematogr¨¢fica como documentalista, con pel¨ªculas como Raza, el esp¨ªritu de Franco y El asesino de Pedralbes. En cierta manera, la faceta de editor de v¨ªdeos es volver a tus inicios, ?no?
R. En cierta medida. Siempre me han gustado los documentales y es una pena que no se hagan m¨¢s. De hecho, yo volv¨ª a ellos en 1985, durante unas jornadas que mont¨® Jorge Wagensberg en el museo Dal¨ª de Figueres. Y ah¨ª naci¨® el germen que luego llevar¨ªa a la edici¨®n de v¨ªdeos culturales, que es ahora mi principal actividad. Wagensberg cre¨® un foro de debate para cient¨ªficos, fil¨®sofos y artistas. Una idea excelente que dio origen a ponencias y debates fascinantes. Yo lo grab¨¦ todo en v¨ªdeo y me salieron 13 horas muy interesantes. Dal¨ª a¨²n viv¨ªa y no se perdi¨® nada: desde la cama, lo ve¨ªa todo en circuito cerrado. Suscribo, por cierto, lo que dec¨ªa Dal¨ª de la ciencia: que no entend¨ªa nada, pero que le resultaba muy estimulante. A m¨ª me sucede lo mismo.
P. ?Te has cansado de la ficci¨®n?
R. Creo que el cine, actualmente, tiene un problema: que cada vez tiene menos que ver con la cultura, y a m¨ª me interesa la cultura. Por eso no tengo prisa en volver a dirigir un largo de ficci¨®n. La industria no est¨¢ en unas manos muy brillantes, y cada vez que quieres levantar un proyecto acabas agotado. Luego te enfrentas a la distribuci¨®n, que es otra pesadilla, y despu¨¦s puede que tu pel¨ªcula dure una semana en los cines. No s¨¦, veo tal descompensaci¨®n entre el esfuerzo y los resultados que francamente... Adem¨¢s, no comparto el tono que se le est¨¢ dando al cine espa?ol. Echo de menos las pel¨ªculas que a m¨ª me gustan: peque?as, intimistas, sobre lo que les pasa a los seres humanos. Por eso me gustan las de Armend¨¢riz o las ¨²ltimas de Ricardo Franco.
P. La febre d'or casi te arruina.
R. Fue duro, s¨ª, muy duro.
P. ?Un proyecto demasiado ambicioso?
R. Me gustan las pel¨ªculas de ¨¦poca, no lo puedo evitar. Despu¨¦s de La febre d'or tuve otro proyecto de ¨¦poca, pero lo abandon¨¦ al ver el poco entusiasmo que despertaba entre quienes se lo explicaba. Iba sobre los ¨²ltimos a?os de Jacint Verdaguer, una ¨¦poca de la que nunca se habla. De cuando se rumoreaba que mos¨¦n Cinto manten¨ªa relaciones con una mujer, estaba obsesionado por la pr¨¢ctica de exorcismos y consigui¨® ser echado a patadas de casa de su protector, el marqu¨¦s de Comillas. De cuando escribi¨® En defensa propia: un Verdaguer que, evidentemente, no tiene nada que ver con el autor de Canig¨®. Me gustaba esa historia, pero se hizo imposible encontrar financiaci¨®n.
P. Pero, sin embargo, hay un mont¨®n de estupideces para las que no falta el dinero.
R. A m¨ª no me lo cuentes. Tengo por ah¨ª en v¨ªdeo la producci¨®n espa?ola de este a?o, cortes¨ªa de la Academia del Cine, de la que soy miembro, y hay cada cosa...
P. ?Qu¨¦ te parece lo de Dogma?
R. Una imbecilidad. Provocaciones de la d¨¦cada de 1960 hechas 40 a?os despu¨¦s y con menos gracia. Para dogmas de verdad, me quedo con las pel¨ªculas de Cassavetes.
P. Los idiotas me pareci¨® vieja, un Gladiator para la masa alternativa.
R. Terrible lo de Gladiator, ?no? Intentan hacer pel¨ªculas como las de antes, pero con un plus de cinismo que las hace insoportables.
P. Te noto muy desenga?ado de la industria cinematogr¨¢fica.
R. Hay en ella gente muy bruta a la que no le interesa la cultura. S¨®lo la industria discogr¨¢fica es peor. Al editar estos v¨ªdeos me inserto en la industria del libro, que es m¨¢s razonable. Las librer¨ªas son ya el ¨²nico punto de cultura que hay en nuestra sociedad.
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