Nuestro Carlos

Con la muerte de nuestro compa?ero Carlos Cano, todos los andaluces hemos perdido un embajador donde los haya. All¨¢ donde fuera pregonaba con su voz la marca de Andaluc¨ªa.

Ped¨ªa que se reconociera la situaci¨®n de su pueblo, le cantaba a la verdad, a la realidad andaluza, a su bandera. Con mis 20 a?os y al pertenecer a una generaci¨®n que no es muy amante de la copla espa?ola, quiero exponer no s¨®lo mi amor por el trabajo de Carlos Cano y su obra, sino resaltar que adem¨¢s ten¨ªa el m¨¦rito de imprimir en sus letras la filosof¨ªa que transmit¨ªa con su voz.

Era un pol¨ªtico con su copla, pero sin pedir voto alguno. Muchos pol¨ªticos deben tener ejemplo en ¨¦l, y acordarse de los pregones de Carlos Cano sin elecciones a la vista. Un llanto tendremos todos los andaluces por el mejor embajador de nuestra tierra andaluza. Personajes como Carlos, y no algunos 'por pagar favores pol¨ªticos', son el m¨¢ximo exponente de quienes se merecen las medallas de Andaluc¨ªa, de Espa?a y de todas nuestras ciudades. Ellos ejemplifican el trabajo y forma de ser de los andaluces.

No cabe decir, por tanto, adi¨®s a personas como ¨¦l, porque significar¨ªa que no est¨¢ ya con nosotros y figuras como las suyas marcan no s¨®lo a las personas sino a la historia. Para siempre: verde, blanca y verde.-