Un Athletic ef¨ªmero
El equipo bilba¨ªno malgasta en las segundas partes sus buenos rendimientos iniciales
La Rosaleda resumi¨® en la temporada pasada todo el esp¨ªritu de Luis Fern¨¢ndez: el Athletic de Bilbao estuvo a punto de sufrir una goleada escandalosa y acab¨® remontando (3-4) de forma no menos estrepitosa. Fue un partido extra?o, al gusto del t¨¦nico hispano-franc¨¦s, que defini¨® durante todo su mandato al Athletic como un equipo imprevisible, muy dado al abordaje y no menos f¨¢cil de abordar.
El Athletic de Txetxu Rojo rersulta hasta la fecha mucho m¨¢s previsible: primeras partes aseadas, cuando no buenas y generalmente discretas, y segundos tiempos de desplome casi absoluto, partido en dos y con las l¨ªneas separadas por una distancia sideral. Los datos resultan elocuentes: 13 de sus 22 goles en contra los ha recibido en las segundas partes, en las que ha fraguado la mayor parte de sus derrotas.
M¨¢s que una cuesti¨®n f¨ªsica, parece una consecuencia an¨ªmica y t¨¦cnica. El Athletic ha cambiado de entrenador y de sistema, pero permanecen no pocos recuerdos del pasado. Durante muchas temporadas, ha sido un vendaval, demasiado confiado a las habilidades particulares de sus futbolistas y m¨¢s despreocupado por el orden y la contenci¨®n. Rojo ha cambiado el gui¨®n: juega casi siempre igual y persiste en el intento de que sus futbolistas digieran su nuevo tacto. El Athletic no acaba de asimilar el juego con dos pivotes. La baja forma de algunos futbolistas (Etxeberria, Guerrero) o las lesiones de hombres clave (Carlos Garc¨ªa, Ezquerro) han disminuido las opciones de un equipo que no encuentra la solidez adecuada, que defiende muy atr¨¢s y ataca en solitario (l¨¦ase Urzaiz).
El Barcelona, el Celta y el Oviedo han sido sus ¨²nicas v¨ªctimas propiciatorias, los ¨²nicos equipos que le han proporcionado partidos c¨®modos, de clara superioridad, y, aun as¨ª, dos de ellos pudieron amargarle la tarde: el Bar?a se adelant¨® en el marcador y el Celta le empat¨® en su ¨²nica jugada ofensiva. Del Oviedo no hubo noticias en San Mam¨¦s. El Rayo, otro equipo acreditado en el campeonato, sucumbi¨® en Bilbao con m¨¢s estr¨¦pito del que merec¨ªa (4-2) y demostr¨® que la falta de cent¨ªmetros del Athletic amenaza su estructura defensiva.
En los desplazamientos el Athletic agranda su escasez de recursos. No ha ganado ning¨²n partido en la Liga y s¨®lo cuenta la victoria en la Copa ante el San Sebasti¨¢n de los Reyes. Su timidez como visitante resulta alarmante y los futbolistas distan mucho de apoyar los ¨¢nimos atacantes de su entrenador.
Por eso M¨¢laga se ha convertido en una especie de fetiche para el Athletic. All¨ª gan¨® Rojo su primer partido como visitante en su primera etapa como entrenador del Athletic, all¨ª produjo el equipo rojiblanco la hist¨®rica remontada del pasado a?o y all¨ª va a jugar despu¨¦s de conseguir su primera victoria a domicilio (ante un equipo de Segunda B).
El M¨¢laga ha hecho de su estadio su argumento. En La Rosaleda s¨®lo ha perdido un encuentro, aunque el equipo diste bastante de ser aqu¨¦l que encandilaba la pasada temporada. El uruguayo De los Santos ha adquirido la doble nacionalidad y ya no ocupa plaza de extranjero. Joaqu¨ªn Peir¨® puede contar con todos sus futbolistas, a excepci¨®n del lesionado Ruano y del reci¨¦n inscrito Paco (en el lugar del ghan¨¦s Quaye). El Athletic mantiene las bajas de Carlos Garc¨ªa, Merino, Guerrero, Alkorta y Ezquerro y tiene la duda de Larrazabal. El equipo bilba¨ªno lucir¨¢ brazeletes negros en se?al de duelo por la muerte de Rafael Guzm¨¢n, de 96 a?os de edad, socio n¨²mero 1 del club.
M¨¢laga: Contreras; Rojas, Larrainzar, Bravo, Valcarce; Rufete, Movilla, De los Santos, Agostinho; Dar¨ªo Silva y Dely Vald¨¦s.
Athletic: Lafuente; Lacruz, ?scar Vales, R¨ªos, Del Horno; Urrutia, Alkiza; J. Etxeberria, Yeste, Javi Gonz¨¢lez; y Urzaiz.
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