Basilio Mart¨ªn Patino vuelve al cine para rodar su 'archivo del tiempo'
'Octavia (Borrachos como dioses)' disecciona la vida en Salamanca
Apartado del entramado industrial del cine, recluido voluntariamente en la especie de taller que le ha permitido buscar nuevas formas expresivas en sus obras, despu¨¦s de 15 pel¨ªculas, el cineasta, que comenz¨® su andadura con Nueve cartas a Berta (1965), prepara el nuevo proyecto que lo situar¨¢ ante el mismo marco, Salamanca, de la que se?ala que 'para m¨ª es una unidad de tiempo, esa imagen en la cual es inevitable que entre una simbiosis del espacio y del tiempo, esa convenci¨®n, esa idea escenogr¨¢fica, esa imagen de un todo f¨ªsico a trav¨¦s del tiempo, que es dif¨ªcil dividirla en rincones, en calles'.
Siempre el tiempo ha cobrado una dimensi¨®n especial en el cine de Basilio Mart¨ªn Patino (Lumbrales, Salamanca, 1930), una obra en la que el montaje juega una aportaci¨®n magistral reconocida. Y ahora, con Octavia en las manos, apunta: 'Sin saber c¨®mo, me doy cuenta de que el tiempo es el verdadero protagonista esencial de este proyecto, de forma mucho m¨¢s depurada y estilizada, tambi¨¦n m¨¢s serena'.
En ese juego, la historia 'transcurre en pocos meses, aunque la memoria del espectador tenga que esponjarse y desparramarse por varios pa¨ªses a lo largo de casi medio siglo. Pero sin salirse de ese archivo del tiempo que es la ciudad de Salamanca, ese rompecabezas de siglos, toda ella memoria. Y con unos personajes integrados en sus espacios, donde, a trav¨¦s de largos a?os, han vivido al margen de cuanto en sus historias pueda ser tomado como cierto o no. Todo, con el tiempo, termina siendo ¨²nicamente un sue?o, producto de nuestra raz¨®n'.
Con su habitual compostura de complicidad y ambig¨¹edad, el realizador -como siempre, en sus pel¨ªculas, tambi¨¦n autor del gui¨®n- coloca a un ya maduro y escurridizo intelectual-hombre de acci¨®n ante el regreso, primero provisional y que despu¨¦s ser¨¢ definitivo, a la Salamanca de la que escap¨® en su juventud, y ese reencuentro desencadena la memoria y el balanceo del tiempo en el seno de una influyente familia que, entre la degradaci¨®n moral e incluso econ¨®mica, persigue la reafirmaci¨®n de esencias, aunque ocurra que se trate de 'una confluencia de tiempos y de espacios desafortunada', como se?ala el protagonista en el cierre de la pel¨ªcula -que es tambi¨¦n el arranque, en esa confluencia de tiempo y espacio-, cuando se entierra a Octavia, la adolescente vital que representaba el ¨²ltimo e inquietante sarmiento de la familia.
Para Mart¨ªn Patino, en la pel¨ªcula, que producir¨¢n Salamanca 2002 y La Linterna M¨¢gica, no se da una resignaci¨®n ni sometimiento del protagonista, sino que 'yo dir¨ªa que es consciente, comprensivo, y, desde luego, no coincide para nada con el grito narcisista y, en el fondo, desesperado 'di t¨² que he sido', de Unamuno a esta misma ciudad. Prefiero esa lucidez terrible que nos reconcilia con la vida, pero que hay que vigilar para que no terminemos siendo v¨ªctimas de su desolaci¨®n. Y a?adir¨ªa que en esto consiste ir haci¨¦ndose un viejo tranquilo'.
El autor de la historia entiende que 'est¨¢ clara la sensaci¨®n implacable de acabamiento, de cierta fatalidad aceptada. Y es curioso que me ha salido en el gui¨®n, casi sin darme cuenta, 'y yo me ir¨¦ y se quedar¨¢n los p¨¢jaros cantando' de Juan Ram¨®n, y est¨¢ tambi¨¦n Borges... Es como el dolorido sentir ante lo irremediable que encontramos de fondo en tantos poetas'.
'Quiz¨¢ nosotros no seamos otra cosa que resultado del tiempo, su efecto, maravilloso o devastador; ese tiempo que a veces intentamos guardar en carpetas, en cuadernos, en cajitas, libros, objetos in¨²tiles', indica el autor de Canciones para despu¨¦s de una guerra (1971), pel¨ªcula en torno a la cual ha precisado que al final 'cuestionaba los nuevos tiempos como otro cat¨¢logo donde archivar los recuerdos', un tiempo que, por supuesto, tambi¨¦n 'estaba especialmente en el H?lderlin de Los para¨ªsos perdidos (1985) y, de otra forma, en Madrid (1987), adem¨¢s de jugar de modo fundamental en las siete pel¨ªculas sobre Andaluc¨ªa' (realizadas entre 1994-1996). Un juego que se hizo especialmente llamativo, entre el interrogatorio sobre la verdad y la mentira, en torno a los l¨ªmites de la ficci¨®n y la realidad, en La seducci¨®n del caos (1991), que recibi¨® en el Festival de Cannes el premio a la mejor pel¨ªcula para televisi¨®n.
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