Vacas y soldados
Homologada como pa¨ªs europeo, Espa?a empieza a reconocer sus vacas locas despu¨¦s de haber argumentado la imposibilidad de su existencia porque aqu¨ª nos las comemos antes de que enloquezcan y porque la ¨²nica locura a la espa?ola es la simb¨®lico metaf¨ªsica; por ejemplo, la de Don Quijote o la de El Loco de la Colina, Jes¨²s Quintero. La d¨¦bil l¨ªnea argumental proteccionista ha perdurado con nuestra complicidad porque habitantes de un largo y nada espl¨¦ndido aislamiento tendemos a ser defensivos hasta de lo que matamos y nos comemos. De la misma manera que mantuvimos la inocente creencia de que todas nuestras vacas estaban cuerdas, creencia avalada por el respaldo de las m¨¢s altas instancias pol¨ªticas, nos resistimos a aceptar que los soldados espa?oles instalados en Kosovo hubieran sido v¨ªctimas de las mismas radiaciones cancer¨ªgenas que han ocasionado leucemias en soldados alemanes, italianos, franceses, belgas.
En este caso, la resistencia a aceptarlo proced¨ªa de una desmesurada confianza en el papel del jam¨®n de pata ib¨¦rica como vacuna disuasoria y, de nuevo, en la ratificante posici¨®n de nuestras autoridades militares que rechazaban, no sabemos muy bien por qu¨¦, que las radiaciones de uranio enriquecido hubieran afectado a soldados espa?oles en la misma zona en las que s¨ª hab¨ªan afectado a soldados italianos. Y de la misma manera que las vacas locas emergen en zonas de Espa?a donde m¨¢s cualificada estaba la ternera, los soldados leuc¨¦micos demuestran que el marxismo no ha muerto porque se basa en el an¨¢lisis dial¨¦ctico a partir de las verdades objetivas.
No propiciemos el suicidio del se?or Trillo dispuesto a someterse a una prueba de cohabitaci¨®n con proyectil con uranio enriquecido, as¨ª como puede suicidarse el de Agricultura por los muchos montaditos de vaca que toma desde que amanece. Nada de lo humano ni de lo norteamericano nos es ajeno y si las vacas locas crean sobre todo un problema de genocidio vacuno, las bombas radiactivas de la OTAN han matado soldados detectables, pero ah¨ª est¨¢n sus radiaciones abri¨¦ndose paso en las venas de civiles que soportaron bombardeos represivos o liberadores durante aquella guerra ¨¦tica. Kosovares todos. Carne de ca?¨®n.
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