Trastornos ps¨ªquicos

Felicito a su peri¨®dico por el reciente inter¨¦s mostrado en las precarias condiciones en las que se encuentran los enfermos que sufren trastornos ps¨ªquicos. Como profesional de la salud mental, observo con preocupaci¨®n la carencia de plazas en centros especializados -de car¨¢ctar ambulatorio y residencial- donde los pacientes puedan recibir un tratamiento individualizado que les ayude en el dif¨ªcil proceso de integraci¨®n social. Como familiar de uno de estos enfermos, veo con desolaci¨®n y angustia c¨®mo una enfermedad mental puede resquebrajar s¨®lidos lazos afectivos dentro del n¨²cleo familiar, sumiendo a los familiares en una sensaci¨®n de impotencia y confusi¨®n ante la falta de recursos.

La ministra de Sanidad debe actuar sobre el hecho de que la familia no es, ni tiene raz¨®n de ser, una entidad experta en el cuidado del enfermo mental. El tratamiento en la salud mental es complejo, al requerir un equilibrio delicado entre la intervenci¨®n farmacol¨®gica, psicol¨®gica y social. Es m¨¢s, cada uno de estos factores adquiere una importancia diferente en el curso del tratamiento de cada enfermedad. Pretender que la familia juegue un papel activo en el programa de tratamiento es esencial, pero pretender que la familia act¨²e como cuidadores primarios, por falta de alojamientos supervisados y plazas de rehabil¨ªtaci¨®n laboral, es privar a muchos enfermos de su oportunidad de ser miembros independientes y respetados de nuestra sociedad.-