Ere?o admite haber falseado facturas, pero niega la estafa a Azpiegitura
El contratista I?aki Ere?o admiti¨® ayer haber presentado ante la instructora del caso Azpiegitura tres facturas falsas para justificar la compra de sulfatos 'utilizados en las inyecciones para compactar' el terreno del edificio de la Diputaci¨®n vizca¨ªna que constru¨ªa y evitar que se vinieran abajo las casas colindantes. 'Ha sido la ¨²nica chapuza que he hecho en mis 50 a?os de profesi¨®n', dijo. Con un lenguaje atropellado y ataviado de libros y una pizarra, se empe?¨® en negar la estafa de la que le acusan el fiscal y la diputaci¨®n.
Fue el de Ere?o un interrogatorio imposible, incluso para su propio abogado, ?ngel Gaminde. Con 70 a?os, Ere?o no hizo caso ni de los consejos de su letrado, ni en algunas ocasiones de las preguntas del fiscal. Su declaraci¨®n, llena de tecnicismos y, sobre todo, de per¨ªfrasis concatenadas trajo de cabeza a su defensa y arranc¨® la carcajada en varios momentos entre los asistentes a la vista. Eso no le impidi¨® decir con rotundidad que, una vez que fue apartado de la obra, en 1993, Azpiegitura 'me propuso ir contra [Alberto] L¨®pez', para responsabilizar al arquitecto de la estafa, 'pero yo dije que no pod¨ªa ir contra nadie porque las cosas se hab¨ªan hecho bien'.
Ere?o se esforz¨®, hasta llegar a veces a la caricatura, en dar una clase doctrinal sobre las inyecciones que tuvo que realizar en el terreno como la '¨²nica soluci¨®n' para evitar una tragedia en la construcci¨®n, en 1991, de un edificio de la Diputaci¨®n, a?o en el que comenzaron los problemas de cimentaci¨®n. Tanto la acusaci¨®n, en representaci¨®n de la Diputaci¨®n, como la fiscal¨ªa, consideran que Ere?o cometi¨® la estafa al inyectar una mezcla de sulfatos de aluminio, magnesio y bario, mezclados con agua, mucho menor que la que luego cobr¨® a la sociedad foral Azpiegitura. En concreto el fiscal cifra la estafa en 571 millones y la acusaci¨®n en 1.100 millones. A preguntas del fiscal, dijo que tardaron en inyectar ocho meses y que en todo momento las infiltraciones estuvieron 'controladas' por los aparejadores Tom¨¢s Almenara y Federico Lorenzo -acusados de estafa- y, despu¨¦s, por la Universidad de Cantabria.
Tras negarse a contestar a las preguntas de la acusaci¨®n, se leyeron tres declaraciones de Ere?o de la fase de instrucci¨®n. En ellas, aseguraba que inyect¨® 11.400 metros c¨²bicos, a 55.000 pesetas por metro c¨²bico. En algunos casos, dijo que la mezcla de sulfatos estaba acompa?ada con un 80% de agua, luego entre un 80 ¨® 90% de agua y, finalmente, con un 99%. Manifest¨® que Almenara 'era el m¨¢s duro en el control' de las inyecciones'. A preguntas de su letrado desminti¨® que negara la entrada en la obra a los t¨¦cnicos de Azpiegitura, tal y como mantienen las acusaciones.
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