Un acusado en el 'caso Raval' admite que le atraen los ni?os, pero niega que abusara de ellos

'S¨ª, tengo una atracci¨®n por los ni?os en todos los aspectos, incluido el sexual', declar¨® ante el tribunal de la Secci¨®n D¨¦cima de la Audiencia de Barcelona el maestro Jaume Lli. 'Pero el afecto que sent¨ªa por ellos superaba el impulso sexual porque lo controlaba', precis¨® unos minutos despu¨¦s. La fiscal¨ªa le acusa de cuatro delitos continuados de abusos sexuales contra otros tantos ni?os y de utilizar menores con fines pornogr¨¢ficos al haber grabado en v¨ªdeo o haber fotografiado esos encuentros. En total, una petici¨®n de 25 a?os de c¨¢rcel.

El m¨¢s grave de esos actos es, seg¨²n la fiscal¨ªa, el que se cometi¨® contra el menor O., de nueve a?os, desde noviembre de 1996, cuando empez¨® a pasar los fines de semana en el domicilio de Lli. En esa casa, explica la acusaci¨®n p¨²blica, el acusado le obligaba a practicarle felaciones o lo penetraba analmente con el benepl¨¢cito de sus padres, los tambi¨¦n acusados Antonio Dur¨¢n y Nuria Mart¨ªn. Para cada uno de ellos la fiscal¨ªa pide 10 a?os de c¨¢rcel. Lli reconoci¨® que ese menor pasaba los fines de semana con ¨¦l, que le regalaba consolas o ropa y que incluso en alguna ocasi¨®n 'me lo he encontrado en mi cama', pero neg¨® que cometiera 'actos imp¨²dicos'.

Menor 'prestado'

'?Habl¨® usted con los padres del ni?o avis¨¢ndoles de que iba a dormir a su casa?', pregunt¨® a Lli el presidente del tribunal, Josep Maria Pijoan. 'No. El ni?o les pidi¨® permiso delante m¨ªo y dijeron que s¨ª'. Los padres negaron despu¨¦s en su declaraci¨®n haber prestado a su hijo a cambio de dinero, pues en una ocasi¨®n Lli les envi¨® 30.000 pesetas para que pudieran regresar de un viaje de C¨®rdoba. 'Pudiera ser que el ni?o estuviera alg¨²n fin de semana fuera y yo no me enterara porque estaba trabajando', asegur¨® Antonio Dur¨¢n, un hombre de condici¨®n humilde, encofrador de profesi¨®n y vecino del Raval, un barrio del casco antiguo de Barcelona. 'Hay much¨ªsimas personas que le han hechos muchos regalos a mi hijo', relat¨® tambi¨¦n la madre a modo de exculpaci¨®n.

El menor O., como los otros ocho ni?os que supuestamente sufrieron los abusos sexuales, est¨¢n bajo la custodia de la Direcci¨®n General de la Infancia de la Generalitat desde que estall¨® el caso, en el verano de 1997. La Administraci¨®n auton¨®mica y el Ayuntamiento de Barcelona ejercen la acci¨®n popular en el caso, al igual que la asociaci¨®n Clara Campoamor y el Casal dels Infants del Raval, una entidad juvenil que presidid¨® desde su fundaci¨®n en 1982 Xavier Tamarit, el principal acusado y quien trabajaba all¨ª como monitor. La fiscal¨ªa considera que Tamarit, que declarar¨¢ hoy, 'reclutaba' a los ni?os que acud¨ªan a esa entidad aprovechando la escasez de medios de sus familias y 'sus fr¨¢giles valores'. En total se le acusa de ocho delitos de abusos sexuales y otro de utilizaci¨®n de menores con fines exhibicionistas. Las penas que se solicitan para ¨¦l suman 57 a?os de c¨¢rcel.

Tamarit y Lli salieron en libertad provisional al cumplir dos a?os en prisi¨®n preventiva, pero el primero volvi¨® a ser detenido el pasado mes de diciembre acusado de abusar sexualmente de dos menores en la localidad barcelonesa de Canet de Mar. El mismo tribunal que ahora le juzga orden¨® su libertad entonces al considerar que no hab¨ªa peligro de reincidencia. S¨®lo la fiscal¨ªa se opuso al excarcelamiento.

La otra acusada que se sienta en el banquillo es Josefa Guijarro, que viv¨ªa tambi¨¦n con unos ingresos muy reducidos y quien ayer concluy¨® su declaraci¨®n entre sollozos. 'Soy completamente inocente de todos los hechos y quiero volver con mis hijos', afirm¨® Guijarro, despose¨ªda de tres de sus cuatro hijos desde que se descubri¨® el caso. La fiscal¨ªa la acusa de permitir que Tamarit abusara de sus cuatro hijos a cambio de dinero y de permitir que se les fotografiara simulando tocamientos y penetraciones y por ello pide para ella 15 a?os de c¨¢rcel. Del destino de las fotograf¨ªas nunca m¨¢s se supo, pero en el registro realizado en casa de Guijarro en presencia de la secretaria judicial, se intervinieron seis cintas de video. A la vista de que ninguna de las acusaciones preguntaba por las cintas, el presidente del tribunal asumi¨® esa funci¨®n. La acusada asegur¨® que las grabaciones eran de su hijo mayor.