Bombas radiactivas en la basura
Los habitantes del pueblo bosnio en el que se han hallado proyectiles cre¨ªan que las minas antipersona eran el ¨²nico peligro y no el uranio
Los 30.000 habitantes de Hadzici, a unos 25 kil¨®metros al sur de Sarajevo, pensaban hasta ahora que el peligro con el que viv¨ªan diariamente eran las m¨¢s de 20.000 minas plantadas en su municipio. De hecho, los campos de minas ocupan grandes extensiones de terreno por toda la zona y esto hace que peque?os y grandes miren bien por d¨®nde pisan. Eso era hasta el pasado mi¨¦rcoles, cuando una unidad especial del Ej¨¦rcito alem¨¢n se present¨® en la factor¨ªa de la empresa Remonkni, encargada de reparar veh¨ªculos militares del Ej¨¦rcito bosnio, y recogi¨® una caja que horas antes hab¨ªan encontrado varios trabajadores. En su interior hab¨ªa varias vainas y trozos de metal no muy diferentes a los que muchos vecinos de Hadzici guardan en sus casas como recuerdo de la guerra. Sin embargo, estos restos emit¨ªan una radiaci¨®n superior a la normal. 'Llevamos a?os pidiendo ayuda contra las minas y ahora resulta que por un mont¨®n de balas somos conocidos en todo el mundo', se queja Dozo Aziz, de la protecci¨®n civil del municipio.
Desde hace tres d¨ªas, los militares alemanes rastrean toda la zona. En los restos de objetivos bombardeados por los aviones de la OTAN despliegan unos carteles blancos con la palabra atom. 'Han pedido a la defensa civil que pongan todas las cajas que se encuentren lejos del municipio, aunque no han especificado qu¨¦ significa lejos', explica Aziz. 'Desde el Gobierno federal en Sarajevo ha venido otro equipo y ha medido los ¨ªndices de radiactividad. Nos han dicho que no han visto nada raro, pero no nos han dado ni siquiera un papel'.
Aunque en general los vecinos de Hadzici creen que no ocurre nada con la radiaci¨®n -'esas cosas llevan aqu¨ª mucho tiempo y, si fueran peligrosas, ya nos habr¨ªa pasado algo', opina Amir, un vendedor de fruta-, lo que no tienen todos tan claro es que la procedencia de los proyectiles radiactivos sean los aparatos de la OTAN. 'Esas cajas estaban aqu¨ª antes de que lleg¨¢ramos. Eran de los serbios, ellos las dejaron aqu¨ª', asegura Zijad Fazlagic, director de la f¨¢brica. El rumor que circula entre la poblaci¨®n es que en la factor¨ªa los serbios fabricaban alg¨²n tipo de armamento y que lo estuvieron haciendo durante a?os. 'Por ejemplo, durante la guerra entre Ir¨¢n e Irak creemos que desde Hadzici estuvieron saliendo armas qu¨ªmicas con destino a ambos pa¨ªses', se?ala una fuente en Sarajevo que pidi¨® no revelar su identidad.
Los locales confirman la pista iraqu¨ª y explican que tambi¨¦n en la vecina Vogosca se fabricaban tambi¨¦n granadas con destino a la guerra que se libraba en Oriente Pr¨®ximo. 'El presidente de Irak quer¨ªa que le mand¨¢ramos municiones con productos qu¨ªmicos', asegura un vecino. Claro que los que optan por esta hip¨®tesis son bosnios musulmanes. Lo cierto es que durante la guerra en la zona se concentraron numerosas unidades del Ej¨¦rcito serbobosnio y que Hadzici se encuentra en la ruta que une Sarajevo y Mostar, con lo que su inter¨¦s estrat¨¦gico para los aparatos de la Alianza estaba m¨¢s que justificado.
'El mayor peligro radiactivo que tenemos por aqu¨ª es ¨¦se', dice el director de Remonkni se?alando a un pararrayos situado a pocos metros de su ventana. Se trata de un aparato similar a los que fueron retirados en Espa?a hace a?os por sus posibles emisiones radiactivas. 'Eso s¨ª que es un peligro. Nosotros no podemos retirarlo y los alemanes no le han prestado atenci¨®n'. Fazlagic asegura que entre sus 250 trabajadores no se han producido casos de 'enfermedades extra?as' y confirma que no est¨¢ previsto realizar ning¨²n tipo de examen m¨¦dico a los obreros. 'Aqu¨ª s¨®lo hay radiactividad para los serbios, no para los musulmanes', bromea. A la salida de la f¨¢brica un parroquiano se?ala a una zona cercana y asegura: 'Aquella parte lleva cerrada mucho tiempo y no nos permiten pasar. ?Por qu¨¦ nadie nos explica lo que hay ah¨ª dentro?'
Han pasado cinco a?os desde el final de la guerra y las se?ales de la contienda son visibles no s¨®lo en los impactos de disparos todav¨ªa presentes en las fachadas de las casas, sino en la situaci¨®n general de la localidad. 'Tenemos un 65% de paro. No tengo trabajo, ni dinero, y debo alimentar a una familia. ?De verdad creen que me importa lo del uranio? Eso no es nada, mi verdadero problema es ¨¦ste', dice un ama de casa mientras levanta dos bolsas de pl¨¢stico con algo de fruta y unas verduras en su interior. '?Hasta cu¨¢ndo vamos a poder aguantar en esta situaci¨®n?', exclama. Otros son m¨¢s optimistas, como Halid Maslo, quien regenta la oficina de turismo local y asegura que el pr¨®ximo fin de a?o se inaugurar¨¢ una estaci¨®n de esqu¨ª donde los turistas podr¨¢n practicar esqu¨ª nocturno. 'Claro que esto no nos va a hacer una buena publicidad precisamente', reconoce.
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