S.O.S. S¨¢hara
Dentro de pocas semanas, el 28 de febrero, finalizar¨¢ la pr¨®rroga que el Consejo de Seguridad de la ONU ha concedido a la Misi¨®n de las Naciones Unidas para el Refer¨¦ndum del S¨¢hara Occidental (Minurso) para llevar a cabo su cometido, sin que cunda el m¨¢s m¨ªnimo optimismo o existan demasiadas razones para aprobar una nueva pr¨®rroga de dicha Misi¨®n. El motivo es simple y dram¨¢tico: despu¨¦s de casi diez a?os de permanencia en este territorio y de haber invertido centenares de millones de d¨®lares en su mantenimiento, Naciones Unidas no ha sido capaz de hacer cumplir los acuerdos logrados en 1991 con el alto el fuego y en 1997 con los de Houston, que preve¨ªan compromisos en relaci¨®n con el proceso de identificaci¨®n de votantes, la repatriaci¨®n de refugiados, la liberaci¨®n de presos y el acantonamiento de tropas respectivas, as¨ª como el c¨®digo de conducta de la campa?a para el refer¨¦ndum. Ante el incumplimiento de todo ello, y con la cercan¨ªa del 28 de febrero, las se?ales de que todo puede empeorarse crudamente est¨¢n ah¨ª: Marruecos vuelve a poner minas en el muro, el Polisario hace maniobras con fuego real, etc¨¦tera.
As¨ª las cosas, la tentaci¨®n de romper con el alto el fuego y volver a las hostilidades armadas es grande, por desespero de la poblaci¨®n saharaui que desde hace 25 a?os ha de vivir con grandes dificultades en el desierto argelino, por la incapacidad de los Estados y de los organismos internacionales de actuar eficazmente en el terreno de lo pol¨ªtico, por las trabas que ha puesto Marruecos para realizar el proceso de identificaci¨®n de votantes y por el olvido inadmisible y vergonzoso del conjunto de la Uni¨®n Europea sobre esta cuesti¨®n, abandonando a su suerte a toda una poblaci¨®n. El resultado final de ese abandono puede ser la guerra, nuevos enfrentamientos armados, la desestabilizaci¨®n del Magreb y una mayor pobreza en Marruecos, con lo que ello significa tambi¨¦n de presi¨®n migratoria y de degradaci¨®n segura del t¨ªmido y cuestionado proceso de democratizaci¨®n marroqu¨ª. Permitir que se llegue a esa situaci¨®n no tiene el m¨¢s m¨ªnimo sentido, y mucho menos si es como consecuencia de una par¨¢lisis por parte de la diplomacia europea. Resulta incomprensible que la UE haya asumido con tanta claridad el concepto y la pol¨ªtica de prevenci¨®n de conflictos (v¨¦ase, por ejemplo, el documento aprobado en Niza) y al mismo tiempo sea incapaz de protagonizar o alentar una intensa actividad pol¨ªtica dirigida al cumplimiento de lo acordado en Houston en 1997.
El ¨²ltimo informe del secretario general de la ONU sobre la situaci¨®n en el S¨¢hara, fechado el pasado 25 de octubre, es particularmente ilustrativo de la situaci¨®n de impasse a que se ha llegado. James Baker, enviado personal de Kofi Annan en el S¨¢hara, manifiesta en el informe un claro escepticismo, al se?alar que no se ha avanzado nada en las cuestiones pendientes (proceso de apelaciones, prisioneros de guerra, detenidos pol¨ªticos y aplicaci¨®n de medidas de fomento de la confianza para el regreso de los refugiados saharauis). Es m¨¢s, Baker afirma que nuevas reuniones entre Marruecos y el Polisario no tendr¨¢n ¨¦xito a menos que el Gobierno de Marruecos est¨¦ dispuesto a ofrecer o apoyar alguna restituci¨®n de autoridad gubernamental para todos los habitantes y ex habitantes del S¨¢hara Occidental, algo que de momento Rabat no acepta.
Los intentos de dejar a un lado la celebraci¨®n del refer¨¦ndum, para analizar otras v¨ªas de soluci¨®n mediante la concesi¨®n de alg¨²n tipo de autonom¨ªa en el territorio saharaui (la 'tercera v¨ªa' apadrinada por Francia, en el marco de un proceso de descentralizaci¨®n del territorio marroqu¨ª), obviamente no es aceptada por el Frente Polisario, que insiste en el estricto cumplimiento del plan de arreglo y, por tanto, en realizar el refer¨¦ndum. As¨ª pues, habr¨¢ estancamiento y peligro de guerra si no se produce, y pronto, alg¨²n cambio de posici¨®n o una nueva propuesta que no implique el riesgo de aceptar sin m¨¢s el integrarse en un futuro Marruecos descentralizado, con todas las inc¨®gnitas que ello supone. ?Por qu¨¦ no pensar, por ejemplo, en una f¨®rmula a la andorrana, que combina soberan¨ªa total con lazos simb¨®licos?
Pero mientras no se avance en el terreno de la arquitectura pol¨ªtica podemos hacernos algunas preguntas: ?qu¨¦ valor damos a los acuerdos firmados y a los compromisos adquiridos desde Naciones Unidas? ?Por qu¨¦ la UE se muestra tan pasiva? ?Qu¨¦ podr¨ªan activar las canciller¨ªas europeas? ?Qu¨¦ piensa el Gobierno espa?ol del cumplimiento de los acuerdos de Houston? ?Qu¨¦ podr¨ªan hacer los grupos parlamentarios espa?oles al respecto? Y, sobre todo, pensar en la forma de hacer compatible el refer¨¦ndum con un final honroso y digno para Marruecos, probablemente a trav¨¦s de un plan europeo de desarrollo econ¨®mico y social de todo el Magreb, que resulte sumamente atractivo para Rabat, con la condici¨®n de que haya resuelto el conflicto saharaui de acuerdo con el plan establecido por Naciones Unidas.
Al fin y al cabo, el escenario que conviene a todos es el de un planteamiento regional que genere estabilidad en la diversidad, y no una diversidad de inestabilidades. La Uni¨®n Europea y su ciudadan¨ªa no deber¨ªan admitir que el ¨²nico sistema posible para que se preste atenci¨®n a los conflictos sea su explosi¨®n violenta, la existencia de masacres o la proliferaci¨®n de terrorismos que buscan atraer la atenci¨®n p¨²blica para dar visibilidad a un conflicto abandonado. No hacer nada en lo pol¨ªtico cuando procede y se puede, es decir, ahora, es una invitaci¨®n a la escalada y la degradaci¨®n del conflicto. Si eso ocurre a partir de marzo, Naciones Unidas habr¨¢ acumulado un nuevo fracaso en sus operaciones de paz, la Uni¨®n Europea habr¨¢ mostrado su cara m¨¢s c¨ªnica en lo referente a su agenda diplom¨¢tica y la sociedad espa?ola tendr¨¢ que asumir de nuevo que ni siquiera en ¨¦pocas de consolidaci¨®n democr¨¢tica sabe dar respuesta a uno de los lastres generados en los a?os de la transici¨®n pol¨ªtica. Pienso, por todo ello, que Espa?a tiene ahora una oportunidad de oro para curar una herida del pasado, ampar¨¢ndose en resoluciones y planes de Naciones Unidas, y aprovechando la habilidad y experiencia diplom¨¢tica de nuestro 'mister PESC'. Creo tambi¨¦n que el Rey puede jugar ah¨ª un important¨ªsimo papel mediador o facilitador, por su cercan¨ªa con el joven monarca marroqu¨ª. Aunque no se estile, lo m¨¢s razonable ser¨ªa que todos o algunos de ellos visitaran durante unos d¨ªas los campamentos de Tinduf y hablaran con la gente. Lo que venga despu¨¦s depender¨¢ del empe?o que hayamos puesto todos para resolver nada menos que el ¨²ltimo problema colonial que queda en la agenda de Naciones Unidas.
Vicen? Fisas es titular de la C¨¢tedra Unesco sobre Paz y Derechos Humanos, UAB.
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