EL GOBIERNO PIERDE EL PASO
Vacas locas, s¨ªndrome del uranio, inmigraci¨®n, conflicto con el Supremo, Tireless, inflaci¨®n... El Gobierno contempla, entre asombrado y molesto, como en menos de 10 meses su agenda se ha llenado de problemas
Hace s¨®lo 10 meses, en marzo de 2000, Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar y el Partido Popular consegu¨ªan el sue?o de todo pol¨ªtico y de todo partido: la mayor¨ªa absoluta en las elecciones generales. El 'estado de gracia' se acompa?aba de una oposici¨®n descabezada y desconcertada, una situaci¨®n econ¨®mica saneada y una imagen quiz¨¢ no carism¨¢tica, pero s¨ª de solvente eficacia gestora. Y de repente, casi sin darse cuenta, el Gobierno empieza el a?o con un inventario de problemas disparado -incluido un crecimiento econ¨®mico desacelerado y una inflaci¨®n importante-, una nueva imagen de falta de reacci¨®n o par¨¢lisis, que arrastra desde fines de verano, y un dirigente socialista que ha conseguido instalarse en menos de cinco meses en el mapa pol¨ªtico con notable solidez. 'Lo normal suele ser enfrentarse a situaciones as¨ª a mitad de legislatura, pero no tan pronto. Tenemos raz¨®n quienes nos quejamos de la extra?a rapidez con la que parece haberse olvidado nuestra gran victoria electoral', confiesa un dirigente del partido.
'SE HA PRODUCIDO UNA CIERTA PAR?LISIS DESPU?S DEL VERANO', DICE UN ANALISTA FINANCIERO
El inventario de inesperados problemas fue subrayado por el propio presidente del Gobierno durante la larga entrevista que concedi¨® el pasado martes d¨ªa 9 a la cadena de televisi¨®n Antena 3. La entrevista hab¨ªa sido concertada para esa fecha desde navidades, con la idea de que el presidente, que se iba de viaje a Kazajist¨¢n el 12 de enero, hubiera tenido ya una aparici¨®n p¨²blica para comentar los temas de actualidad y el empiece del a?o. Sus asesores hab¨ªan calculado que, adem¨¢s de las terribles inquietudes que siempre despierta la situaci¨®n en el Pa¨ªs Vasco, quiz¨¢ tuviera que comentar algo sobre el tema del indulto al ex juez prevaricador Javier G¨®mez de Lia?o y sobre alg¨²n tema relacionado con la fusi¨®n de Endesa e Iberdrola, en el caso de que el Tribunal de la Competencia ya se hubiera pronunciado sobre el tema en esas fechas. Pero no se les ocurri¨® que en enero Aznar tuviera que hacer frente a 'tantos y tan desagradables' temas de actualidad. La realidad fue que cuando lleg¨® el momento, el presidente del Gobierno, que ten¨ªa pensado dedicar un buen rato a hablar del balance econ¨®mico y de gesti¨®n general, se encontr¨® con que razonablemente deb¨ªa hacer frente a una agenda muy distinta.
Por este orden, Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar habl¨® de crisis de las vacas locas, s¨ªndrome del uranio empobrecido, futuro del submarino Tireless, situaci¨®n de los inmigrantes ecuatorianos en Murcia, posible conflicto institucional con el Tribunal Supremo a prop¨®sito de su exigencia de que el ex juez prevaricador Javier G¨®mez de Lia?o sea reintegrado en la carrera judicial, ofensiva terrorista y situaci¨®n en el Pa¨ªs Vasco, aumento de la inflaci¨®n y su propia sucesi¨®n como candidato del PP en las futuras elecciones de 2004. Durante 56 minutos la sensaci¨®n fue de cierto agobio.
?Cu¨¢les son las razones por las que lo que parec¨ªa una situaci¨®n razonablemente controlada se ha ido convirtiendo en algo mucho menos c¨®modo? 'El principal inconveniente ha sido una cierta par¨¢lisis que comenz¨® despu¨¦s del verano, cuando el Gobierno pareci¨® ausente no s¨®lo frente a la espantosa ofensiva terrorista, lo que siempre es un tema muy discutible, sino frente a cuestiones m¨¢s evidentes como el problema del aumento del precio del petr¨®leo y la bajada del euro', explica un analista financiero.
El Gobierno estuvo lento de reflejos, pero sobre todo sorprendi¨® cuando a la vuelta del verano pareci¨® que no ten¨ªa nada preparado, ninguna novedad -aunque fuera 'medi¨¢tica'- que presentar en el inicio del curso.
Los miembros del Gobierno y de la direcci¨®n del partido no aceptan la cr¨ªtica de que disponer de una mayor¨ªa absoluta les haya quitado agilidad y sentido de la oportunidad. Sin embargo, algunos responsables de segundo escal¨®n creen que, inevitablemente, bien sea por presi¨®n de sectores del partido, bien por inercia, se ha producido esa relajaci¨®n y que en estos primeros meses se ha echado en falta una mayor coordinaci¨®n dentro del Gobierno.
El vicepresidente primero, Mariano Rajoy, parece ser un hombre que 'deja cuerda', es decir, que tiene una forma de coordinar relajada y que deja hacer, siempre que no se trate de cuestiones de lo que ¨¦l mismo considera 'alta pol¨ªtica'. Ese criterio, que algunos de sus colegas alaban sinceramente, ha resultado, seg¨²n algunos otros, un serio inconveniente en la gesti¨®n de crisis como la de las vacas locas.
El problema planteado por la aparici¨®n, en Lugo, a finales de noviembre, del primer caso de vacas afectadas por la encefalopat¨ªa espongiforme es, en este momento, el que m¨¢s preocupa al presidente del Gobierno, excepci¨®n hecha del terrorismo. Aznar est¨¢ seriamente inquieto no s¨®lo por la posibilidad de que aparezca alg¨²n caso en seres humanos, sino tambi¨¦n por las repercusiones pol¨ªticas de la crisis.
Hasta el momento, los allegados al presidente aseguran que no ha llamado a nadie al orden. Por el contrario, afirman, se entrevist¨® en los primeros d¨ªas de la semana que hoy acaba con la ministra de Sanidad, Celia Villalobos, 'que sali¨® muy tranquila del despacho', y con el presidente de la Xunta, Manuel Fraga, que se present¨® casi de sopet¨®n en La Moncloa el pasado mi¨¦rcoles para pedirle que los ministerios de Agricultura y Sanidad no aprueben normas y leyes que su gobierno auton¨®mico no puede aplicar y que le hacen quedar en muy mal lugar. Fraga, arrastrado por la fuerte repercusi¨®n que tuvo en los medios de comunicaci¨®n nacionales el caso del vertero ilegal de Mes¨ªa, se ha visto obligado a reconocer que hab¨ªa violado la ley, algo que le ha sentado extraordinariamente mal.
El caso del presidente de la Xunta es casi paradigm¨¢tico de la falta de agilidad de los responsables populares en esta crisis. Fraga, que por primera vez en su vida ha dado la impresi¨®n de estar rebasado por los acontecimientos, est¨¢ convencido de que ¨¦ste es su peor momento desde hace 11 a?os, pero tambi¨¦n de que la culpa no es s¨®lo suya, o de sus consejeros, sino tambi¨¦n de la descoordinaci¨®n de los ministerios mencionados.
El presidente de la Xunta est¨¢, adem¨¢s, muy irritado por las recomendaciones de su partido, desde Madrid, de que adelante las elecciones auton¨®micas a junio, no vaya a ser que le explote en las manos una crisis todav¨ªa mayor. Su malestar es tan grande que mantuvo en silencio su entrevista con el presidente del Gobierno, mientras que hac¨ªa saber que hab¨ªa hablado, 'por tel¨¦fono', con Rajoy y con Arenas 'para intercambiar impresiones'.
Aznar ha sido tambi¨¦n informado por responsables del partido del riesgo que puede correr el PP en Galicia, una regi¨®n que hasta ahora estaba 'completamente segura' para los populares desde el punto de vista electoral. En concreto, el PP en Madrid teme la impresi¨®n de caos y desconcierto que ha dado la Xunta y la posibilidad de que haya que seguir sacrificando numerosas reses en un futuro pr¨®ximo, con el malestar que ello puede causar en el medio rural gallego, habitual sembrado de votos para Fraga.
La descoordinaci¨®n en Madrid de la que se queja Manuel Fraga es cierta y ha quedado patente a lo largo de toda la crisis, aunque sus reproches le parezcan el colmo a los expertos de Agricultura y Sanidad. Los t¨¦cnicos mantienen un disciplinado silencio, pero recuerdan que son las comunidades auton¨®mas las que tienen las competencias en materia de sanidad animal.
Para los dos ministerios es evidente que el fraude alimenticio (dar de comer harinas animales al ganado bovino, pese a estar prohibido desde 1995) se ha cometido delante de las narices de los consejeros aut¨®nomos y de sus servicios de inspecci¨®n. ?ste es precisamente el ¨²nico punto en el que coinciden, porque en todo lo dem¨¢s se prodigan los ataques mutuos.
En el caso de Celia Villalobos ha resultado tambi¨¦n llamativa la falta de apoyo que le ha brindado p¨²blicamente su partido cuando se desat¨® la tormenta por sus declaraciones sobre mataderos ilegales o el desaconsejable uso de huesos de vacuno para la elaboraci¨®n de caldo (huesos que, por otra parte, ya est¨¢n prohibidos en otros pa¨ªses).
La primera y aut¨¦ntica crisis a la que ha tenido que hacer frente la nueva ministra de Sanidad ha dejado claro que Villalobos est¨¢ en el Gobierno por el apoyo del presidente y por su probada lealtad a Aznar, y no por simpat¨ªas en los c¨ªrculos de poder del PP, que la han dejado sola a la primera ocasi¨®n.
La crisis de las vacas locas es, en opini¨®n del propio presidente, la m¨¢s grave a la que tiene que hacer frente el Gobierno ahora, pero no la ¨²nica. La atenci¨®n de Aznar, que te¨®ricamente iba a estar a partir del fin de verano b¨¢sicamente centrada en el 'tema vasco' y en las relaciones exteriores, se ha tenido que ramificar a toda prisa en las ¨²ltimas semanas no una sino varias veces, con el riesgo de lo que su amigo Tony Blair llama 'perder el ritmo'.
Perder el paso y la iniciativa es, para el primer ministro brit¨¢nico, algo muy malo para un pol¨ªtico. De hecho, Blair ha procurado dar un serio giro cada vez que ha corrido ese riesgo, como a principios de mayo pasado cuando buena parte de sus propios colaboradores le reclam¨® aire e iniciativa.
En el caso de Aznar, es dif¨ªcil que nadie de su entorno pol¨ªtico tenga confianza, o car¨¢cter, como para formularle reclamaciones parecidas. Y, sin embargo, algunos admiten en privado que se est¨¢n acumulando 'carpetas' encima de la mesa tanto del presidente como de algunos ministros concretos. Algo que no pasaba, por lo menos no con tanta frecuencia, cuando el Gobierno ten¨ªa que moverse en minor¨ªa.
Una de esas 'carpetas', a juicio de m¨¢s de un responsable popular, es la falta de una 'estrategia de comunicaci¨®n' o, dicho con otras palabras, 'la disfunci¨®n' que existe entre la pol¨ªtica informativa del partido y la del Gobierno.
Algunas de estas personas consideran que la acumulaci¨®n, en tan poco tiempo, de tantos problemas ha puesto precisamente m¨¢s de relieve esa disfunci¨®n, porque, entre unos y otros, al final no ha existido 'una presencia o una cara' que pudiera ser identificada por los ciudadanos como 'una referencia com¨²n', al margen de que los respectivos ministros comparecieran con rapidez en p¨²blico o no.
'El principal problema de este Gobierno es que corre el peligro de enredarse'. La frase no es de un pol¨ªtico sino de un banquero que se muestra sorprendido por lo que considera 'un poco de desorientaci¨®n'. En su opini¨®n, el riesgo de 'liarse' no se debe a motivos econ¨®micos, sino estrictamente pol¨ªticos.
Desde un punto de vista econ¨®mico, el Gobierno hace frente a dos problemas: la desaceleraci¨®n del crecimiento y la existencia de una inflaci¨®n que se sit¨²a justo en el doble de lo previsto (un 4% en lugar del 2% anunciado).
La inflaci¨®n puede disminuir algo a mediados de a?o como consecuencia de la bajada del precio del petr¨®leo, la cotizaci¨®n del d¨®lar y a haber descontado ya el efecto de la crisis de las vacas locas, pero aun as¨ª permanecer¨¢ por encima de la media comunitaria, lo que es una mala noticia y provocar¨¢ una menor creaci¨®n de empleo. Sin embargo, los especialistas siguen calculando un crecimiento 'aceptable'.
Es decir, el Gobierno prev¨¦ este a?o una situaci¨®n econ¨®mica 'que ya no es la que era', pero que tampoco puede calificarse de dram¨¢tica. Una gesti¨®n simplemente 'aseada' deber¨ªa ser suficiente para no 'enredar', siempre que no se produzcan esc¨¢ndalos en temas relacionados con concesiones o fusiones.
Los motivos pol¨ªticos 'con capacidad de l¨ªo' a que se refer¨ªa el banquero aludido son 'la creencia de los pol¨ªticos de que una mayor¨ªa absoluta electoral da la raz¨®n y la mayor¨ªa en todos los aspectos sociales, pol¨ªticos y econ¨®micos de la vida de un pa¨ªs' y la apertura del llamado 'mel¨®n sucesorio' de Aznar, tema que puede parecer lejano a los ciudadanos, pero que tiene un valor temporal muy distinto para los partidos y los posibles candidatos.
En el primer caso, el mejor ejemplo es el posible conflicto institucional que puede causar la exigencia del Gobierno de que el Tribunal Supremo reintegre en la carrera judicial al ex juez Javier G¨®mez de Lia?o, condenado por prevaricaci¨®n. La posibilidad de un enfrentamiento directo con el Supremo despierta inquietud en algunos sectores cercanos al PP.
Aunque Aleix Vidal Quadras no es representativo de la opini¨®n del PP, puede resultar revelador en este sentido el art¨ªculo que public¨® el viernes pasado en La Raz¨®n. 'Llegados a este punto, el Gobierno ha demostrado hasta la saciedad su voluntad de apurar las posibilidades para recuperar a G¨®mez de Lia?o para la carrera judicial y, en este sentido, no parece razonable pedirle m¨¢s. Seguir adelante con un conflicto jurisdiccional representar¨ªa someter al sistema a una tensi¨®n tan peligrosa como desproporcionada'. El ex dirigente popular catal¨¢n parece advertir a los medios de comunicaci¨®n que siguen presionando al Gobierno para que plantee el conflicto de que 'se ha hecho todo lo posible' y renuncien a seguir exigiendo a Aznar el reconocimiento p¨²blico del ex juez.
La cuesti¨®n de la sucesi¨®n de Aznar, por su parte, es otra gran generadora de enredos potenciales. Aznar repite, una y otra vez, que no merece la pena hablar de la cuesti¨®n ahora, cuando faltan todav¨ªa tres a?os para unas nuevas elecciones generales. 'Ahora no toca', es su expresi¨®n favorita para intentar acallar la discusi¨®n. Pero por mucho que se empe?e, para otra mucha gente, entre ellos los posibles candidatos, s¨ª toca.
'El tema de la sucesi¨®n del l¨ªder dentro de cualquier partido es el gran tema, la cuesti¨®n b¨¢sica y la piedra angular de todo el juego interno', reconoce un dirigente del PP, que niega, sin embargo, que exista ya entre los populares una 'guerra de sucesi¨®n soterrada'. Todo lo m¨¢s, aceptar¨ªa 'peque?as tomas de posici¨®n'. Y, con alguna iron¨ªa, a?ade: 'A veces, en estos casos el problema no son los candidatos a suceder a Aznar, gente discreta que sabe cu¨¢nto aprecia el presidente esa cualidad, sino terceros en liza que pretenden que el candidato finalmente elegido le deba un favor. Y ¨¦sos, lo acepto, son capaces de enredar bastante'.
Es cierto que los posibles candidatos (los m¨¢s mentados son Rodrigo Rato, Eduardo Zaplana, Javier Arenas, Jaime Mayor Oreja y, con menos frecuencia, Mariano Rajoy) se mueven con discreci¨®n y que existe la creencia generalizada dentro del PP de que quien se mueva cometer¨¢ un serio error. Pero aun as¨ª sorprende la exagerada discreci¨®n del primer candidato, vicepresidente segundo y ministro de Econom¨ªa, Rodrigo Rato, cuyo retraimiento p¨²blico es considerable.
El hecho de que, tras las elecciones y pese a la mayor¨ªa absoluta conseguida, perdiera su condici¨®n de vicepresidente primero, as¨ª como la cartera de Hacienda, fue interpretado en algunos c¨ªrculos populares como una muestra de la voluntad del propio Aznar de retirarle de la primera l¨ªnea para que estuviera m¨¢s protegido cara a 2004. Pero algunos empiezan a pensar que fue un 'error t¨¦cnico' renunciar a la cartera de Hacienda, que tiene algo m¨¢s de oportunidades de proyecci¨®n p¨²blica que la de Econom¨ªa. En cualquier caso, sigue apareciendo en las quinielas en primer lugar, sobre todo si el nuevo l¨ªder socialista, Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero, sigue en su actual l¨ªnea de fortalecimiento.
La irrupci¨®n de Rodr¨ªguez Zapatero en la escena pol¨ªtica es, precisamente, otra de las novedades, y de las complicaciones, a las que ha tenido que hacer frente Aznar bastante antes de lo que era previsible. Hace s¨®lo seis meses, el Partido Popular pod¨ªa pensar en una nueva y c¨®moda mayor¨ªa para 2004. El principal partido de la oposici¨®n, el PSOE, no tuvo hasta el 22 de julio ni tan siquiera un dirigente o posible candidato. El hecho de que finalmente resultara elegido un diputado leon¨¦s muy poco conocido para la opini¨®n p¨²blica les permiti¨® creer, razonablemente, al Partido Popular y al presidente del Gobierno que ten¨ªan por delante bastantes meses, por no decir un par de a?os, de relativa tranquilidad mientras el nuevo dirigente se hac¨ªa con el control interno del fragmentado partido socialista y consegu¨ªa adquirir solidez p¨²blica.
El proceso de reconstrucci¨®n interna socialista ha ido, sin embargo, m¨¢s deprisa de lo previsto y el propio Rodr¨ªguez Zapatero ha conseguido, por su parte, colocarse muy r¨¢pidamente en las encuestas de popularidad. Para sorpresa de los especialistas del PP, y de pr¨¢cticamente todo el mundo, Zapatero no ha hecho sangre con pr¨¢cticamente ninguno de los problemas de la agenda de Aznar, y aun as¨ª, con una oposici¨®n controlada y nada estridente, ha logrado una presencia pol¨ªtica indudable.
'Falta todav¨ªa mucho para las pr¨®ximas elecciones generales, y en estos a?os pueden pasar muchas cosas -comenta un veterano diputado popular-, pero, sin llegar a estar preocupado, s¨ª creo que el PP tiene que empezar a reaccionar frente al nuevo dirigente socialista'.Hace s¨®lo 10 meses, en marzo de 2000, Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar y el Partido Popular consegu¨ªan el sue?o de todo pol¨ªtico y de todo partido: la mayor¨ªa absoluta en las elecciones generales. El 'estado de gracia' se acompa?aba de una oposici¨®n descabezada y desconcertada, una situaci¨®n econ¨®mica saneada y una imagen quiz¨¢ no carism¨¢tica, pero s¨ª de solvente eficacia gestora. Y de repente, casi sin darse cuenta, el Gobierno empieza el a?o con un inventario de problemas disparado -incluido un crecimiento econ¨®mico desacelerado y una inflaci¨®n importante-, una nueva imagen de falta de reacci¨®n o par¨¢lisis, que arrastra desde fines de verano, y un dirigente socialista que ha conseguido instalarse en menos de cinco meses en el mapa pol¨ªtico con notable solidez. 'Lo normal suele ser enfrentarse a situaciones as¨ª a mitad de legislatura, pero no tan pronto. Tenemos raz¨®n quienes nos quejamos de la extra?a rapidez con la que parece haberse olvidado nuestra gran victoria electoral', confiesa un dirigente del partido.
El inventario de inesperados problemas fue subrayado por el propio presidente del Gobierno durante la larga entrevista que concedi¨® el pasado martes d¨ªa 9 a la cadena de televisi¨®n Antena 3. La entrevista hab¨ªa sido concertada para esa fecha desde navidades, con la idea de que el presidente, que se iba de viaje a Kazajist¨¢n el 12 de enero, hubiera tenido ya una aparici¨®n p¨²blica para comentar los temas de actualidad y el empiece del a?o. Sus asesores hab¨ªan calculado que, adem¨¢s de las terribles inquietudes que siempre despierta la situaci¨®n en el Pa¨ªs Vasco, quiz¨¢ tuviera que comentar algo sobre el tema del indulto al ex juez prevaricador Javier G¨®mez de Lia?o y sobre alg¨²n tema relacionado con la fusi¨®n de Endesa e Iberdrola, en el caso de que el Tribunal de la Competencia ya se hubiera pronunciado sobre el tema en esas fechas. Pero no se les ocurri¨® que en enero Aznar tuviera que hacer frente a 'tantos y tan desagradables' temas de actualidad. La realidad fue que cuando lleg¨® el momento, el presidente del Gobierno, que ten¨ªa pensado dedicar un buen rato a hablar del balance econ¨®mico y de gesti¨®n general, se encontr¨® con que razonablemente deb¨ªa hacer frente a una agenda muy distinta.
Por este orden, Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar habl¨® de crisis de las vacas locas, s¨ªndrome del uranio empobrecido, futuro del submarino Tireless, situaci¨®n de los inmigrantes ecuatorianos en Murcia, posible conflicto institucional con el Tribunal Supremo a prop¨®sito de su exigencia de que el ex juez prevaricador Javier G¨®mez de Lia?o sea reintegrado en la carrera judicial, ofensiva terrorista y situaci¨®n en el Pa¨ªs Vasco, aumento de la inflaci¨®n y su propia sucesi¨®n como candidato del PP en las futuras elecciones de 2004. Durante 56 minutos la sensaci¨®n fue de cierto agobio.
?Cu¨¢les son las razones por las que lo que parec¨ªa una situaci¨®n razonablemente controlada se ha ido convirtiendo en algo mucho menos c¨®modo? 'El principal inconveniente ha sido una cierta par¨¢lisis que comenz¨® despu¨¦s del verano, cuando el Gobierno pareci¨® ausente no s¨®lo frente a la espantosa ofensiva terrorista, lo que siempre es un tema muy discutible, sino frente a cuestiones m¨¢s evidentes como el problema del aumento del precio del petr¨®leo y la bajada del euro', explica un analista financiero.
El Gobierno estuvo lento de reflejos, pero sobre todo sorprendi¨® cuando a la vuelta del verano pareci¨® que no ten¨ªa nada preparado, ninguna novedad -aunque fuera 'medi¨¢tica'- que presentar en el inicio del curso.
Los miembros del Gobierno y de la direcci¨®n del partido no aceptan la cr¨ªtica de que disponer de una mayor¨ªa absoluta les haya quitado agilidad y sentido de la oportunidad. Sin embargo, algunos responsables de segundo escal¨®n creen que, inevitablemente, bien sea por presi¨®n de sectores del partido, bien por inercia, se ha producido esa relajaci¨®n y que en estos primeros meses se ha echado en falta una mayor coordinaci¨®n dentro del Gobierno.
El vicepresidente primero, Mariano Rajoy, parece ser un hombre que 'deja cuerda', es decir, que tiene una forma de coordinar relajada y que deja hacer, siempre que no se trate de cuestiones de lo que ¨¦l mismo considera 'alta pol¨ªtica'. Ese criterio, que algunos de sus colegas alaban sinceramente, ha resultado, seg¨²n algunos otros, un serio inconveniente en la gesti¨®n de crisis como la de las vacas locas.
El problema planteado por la aparici¨®n, en Lugo, a finales de noviembre, del primer caso de vacas afectadas por la encefalopat¨ªa espongiforme es, en este momento, el que m¨¢s preocupa al presidente del Gobierno, excepci¨®n hecha del terrorismo. Aznar est¨¢ seriamente inquieto no s¨®lo por la posibilidad de que aparezca alg¨²n caso en seres humanos, sino tambi¨¦n por las repercusiones pol¨ªticas de la crisis.
Hasta el momento, los allegados al presidente aseguran que no ha llamado a nadie al orden. Por el contrario, afirman, se entrevist¨® en los primeros d¨ªas de la semana que hoy acaba con la ministra de Sanidad, Celia Villalobos, 'que sali¨® muy tranquila del despacho', y con el presidente de la Xunta, Manuel Fraga, que se present¨® casi de sopet¨®n en La Moncloa el pasado mi¨¦rcoles para pedirle que los ministerios de Agricultura y Sanidad no aprueben normas y leyes que su gobierno auton¨®mico no puede aplicar y que le hacen quedar en muy mal lugar. Fraga, arrastrado por la fuerte repercusi¨®n que tuvo en los medios de comunicaci¨®n nacionales el caso del vertero ilegal de Mes¨ªa, se ha visto obligado a reconocer que hab¨ªa violado la ley, algo que le ha sentado extraordinariamente mal.
El caso del presidente de la Xunta es casi paradigm¨¢tico de la falta de agilidad de los responsables populares en esta crisis. Fraga, que por primera vez en su vida ha dado la impresi¨®n de estar rebasado por los acontecimientos, est¨¢ convencido de que ¨¦ste es su peor momento desde hace 11 a?os, pero tambi¨¦n de que la culpa no es s¨®lo suya, o de sus consejeros, sino tambi¨¦n de la descoordinaci¨®n de los ministerios mencionados.
El presidente de la Xunta est¨¢, adem¨¢s, muy irritado por las recomendaciones de su partido, desde Madrid, de que adelante las elecciones auton¨®micas a junio, no vaya a ser que le explote en las manos una crisis todav¨ªa mayor. Su malestar es tan grande que mantuvo en silencio su entrevista con el presidente del Gobierno, mientras que hac¨ªa saber que hab¨ªa hablado, 'por tel¨¦fono', con Rajoy y con Arenas 'para intercambiar impresiones'.
Aznar ha sido tambi¨¦n informado por responsables del partido del riesgo que puede correr el PP en Galicia, una regi¨®n que hasta ahora estaba 'completamente segura' para los populares desde el punto de vista electoral. En concreto, el PP en Madrid teme la impresi¨®n de caos y desconcierto que ha dado la Xunta y la posibilidad de que haya que seguir sacrificando numerosas reses en un futuro pr¨®ximo, con el malestar que ello puede causar en el medio rural gallego, habitual sembrado de votos para Fraga.
La descoordinaci¨®n en Madrid de la que se queja Manuel Fraga es cierta y ha quedado patente a lo largo de toda la crisis, aunque sus reproches le parezcan el colmo a los expertos de Agricultura y Sanidad. Los t¨¦cnicos mantienen un disciplinado silencio, pero recuerdan que son las comunidades auton¨®mas las que tienen las competencias en materia de sanidad animal.
Para los dos ministerios es evidente que el fraude alimenticio (dar de comer harinas animales al ganado bovino, pese a estar prohibido desde 1995) se ha cometido delante de las narices de los consejeros aut¨®nomos y de sus servicios de inspecci¨®n. ?ste es precisamente el ¨²nico punto en el que coinciden, porque en todo lo dem¨¢s se prodigan los ataques mutuos.
En el caso de Celia Villalobos ha resultado tambi¨¦n llamativa la falta de apoyo que le ha brindado p¨²blicamente su partido cuando se desat¨® la tormenta por sus declaraciones sobre mataderos ilegales o el desaconsejable uso de huesos de vacuno para la elaboraci¨®n de caldo (huesos que, por otra parte, ya est¨¢n prohibidos en otros pa¨ªses).
La primera y aut¨¦ntica crisis a la que ha tenido que hacer frente la nueva ministra de Sanidad ha dejado claro que Villalobos est¨¢ en el Gobierno por el apoyo del presidente y por su probada lealtad a Aznar, y no por simpat¨ªas en los c¨ªrculos de poder del PP, que la han dejado sola a la primera ocasi¨®n.
La crisis de las vacas locas es, en opini¨®n del propio presidente, la m¨¢s grave a la que tiene que hacer frente el Gobierno ahora, pero no la ¨²nica. La atenci¨®n de Aznar, que te¨®ricamente iba a estar a partir del fin de verano b¨¢sicamente centrada en el 'tema vasco' y en las relaciones exteriores, se ha tenido que ramificar a toda prisa en las ¨²ltimas semanas no una sino varias veces, con el riesgo de lo que su amigo Tony Blair llama 'perder el ritmo'.
Perder el paso y la iniciativa es, para el primer ministro brit¨¢nico, algo muy malo para un pol¨ªtico. De hecho, Blair ha procurado dar un serio giro cada vez que ha corrido ese riesgo, como a principios de mayo pasado cuando buena parte de sus propios colaboradores le reclam¨® aire e iniciativa.
En el caso de Aznar, es dif¨ªcil que nadie de su entorno pol¨ªtico tenga confianza, o car¨¢cter, como para formularle reclamaciones parecidas. Y, sin embargo, algunos admiten en privado que se est¨¢n acumulando 'carpetas' encima de la mesa tanto del presidente como de algunos ministros concretos. Algo que no pasaba, por lo menos no con tanta frecuencia, cuando el Gobierno ten¨ªa que moverse en minor¨ªa.
Una de esas 'carpetas', a juicio de m¨¢s de un responsable popular, es la falta de una 'estrategia de comunicaci¨®n' o, dicho con otras palabras, 'la disfunci¨®n' que existe entre la pol¨ªtica informativa del partido y la del Gobierno.
Algunas de estas personas consideran que la acumulaci¨®n, en tan poco tiempo, de tantos problemas ha puesto precisamente m¨¢s de relieve esa disfunci¨®n, porque, entre unos y otros, al final no ha existido 'una presencia o una cara' que pudiera ser identificada por los ciudadanos como 'una referencia com¨²n', al margen de que los respectivos ministros comparecieran con rapidez en p¨²blico o no.
'El principal problema de este Gobierno es que corre el peligro de enredarse'. La frase no es de un pol¨ªtico sino de un banquero que se muestra sorprendido por lo que considera 'un poco de desorientaci¨®n'. En su opini¨®n, el riesgo de 'liarse' no se debe a motivos econ¨®micos, sino estrictamente pol¨ªticos.
Desde un punto de vista econ¨®mico, el Gobierno hace frente a dos problemas: la desaceleraci¨®n del crecimiento y la existencia de una inflaci¨®n que se sit¨²a justo en el doble de lo previsto (un 4% en lugar del 2% anunciado).
La inflaci¨®n puede disminuir algo a mediados de a?o como consecuencia de la bajada del precio del petr¨®leo, la cotizaci¨®n del d¨®lar y a haber descontado ya el efecto de la crisis de las vacas locas, pero aun as¨ª permanecer¨¢ por encima de la media comunitaria, lo que es una mala noticia y provocar¨¢ una menor creaci¨®n de empleo. Sin embargo, los especialistas siguen calculando un crecimiento 'aceptable'.
Es decir, el Gobierno prev¨¦ este a?o una situaci¨®n econ¨®mica 'que ya no es la que era', pero que tampoco puede calificarse de dram¨¢tica. Una gesti¨®n simplemente 'aseada' deber¨ªa ser suficiente para no 'enredar', siempre que no se produzcan esc¨¢ndalos en temas relacionados con concesiones o fusiones.
Los motivos pol¨ªticos 'con capacidad de l¨ªo' a que se refer¨ªa el banquero aludido son 'la creencia de los pol¨ªticos de que una mayor¨ªa absoluta electoral da la raz¨®n y la mayor¨ªa en todos los aspectos sociales, pol¨ªticos y econ¨®micos de la vida de un pa¨ªs' y la apertura del llamado 'mel¨®n sucesorio' de Aznar, tema que puede parecer lejano a los ciudadanos, pero que tiene un valor temporal muy distinto para los partidos y los posibles candidatos.
En el primer caso, el mejor ejemplo es el posible conflicto institucional que puede causar la exigencia del Gobierno de que el Tribunal Supremo reintegre en la carrera judicial al ex juez Javier G¨®mez de Lia?o, condenado por prevaricaci¨®n. La posibilidad de un enfrentamiento directo con el Supremo despierta inquietud en algunos sectores cercanos al PP.
Aunque Aleix Vidal Quadras no es representativo de la opini¨®n del PP, puede resultar revelador en este sentido el art¨ªculo que public¨® el viernes pasado en La Raz¨®n. 'Llegados a este punto, el Gobierno ha demostrado hasta la saciedad su voluntad de apurar las posibilidades para recuperar a G¨®mez de Lia?o para la carrera judicial y, en este sentido, no parece razonable pedirle m¨¢s. Seguir adelante con un conflicto jurisdiccional representar¨ªa someter al sistema a una tensi¨®n tan peligrosa como desproporcionada'. El ex dirigente popular catal¨¢n parece advertir a los medios de comunicaci¨®n que siguen presionando al Gobierno para que plantee el conflicto de que 'se ha hecho todo lo posible' y renuncien a seguir exigiendo a Aznar el reconocimiento p¨²blico del ex juez.
La cuesti¨®n de la sucesi¨®n de Aznar, por su parte, es otra gran generadora de enredos potenciales. Aznar repite, una y otra vez, que no merece la pena hablar de la cuesti¨®n ahora, cuando faltan todav¨ªa tres a?os para unas nuevas elecciones generales. 'Ahora no toca', es su expresi¨®n favorita para intentar acallar la discusi¨®n. Pero por mucho que se empe?e, para otra mucha gente, entre ellos los posibles candidatos, s¨ª toca.
'El tema de la sucesi¨®n del l¨ªder dentro de cualquier partido es el gran tema, la cuesti¨®n b¨¢sica y la piedra angular de todo el juego interno', reconoce un dirigente del PP, que niega, sin embargo, que exista ya entre los populares una 'guerra de sucesi¨®n soterrada'. Todo lo m¨¢s, aceptar¨ªa 'peque?as tomas de posici¨®n'. Y, con alguna iron¨ªa, a?ade: 'A veces, en estos casos el problema no son los candidatos a suceder a Aznar, gente discreta que sabe cu¨¢nto aprecia el presidente esa cualidad, sino terceros en liza que pretenden que el candidato finalmente elegido le deba un favor. Y ¨¦sos, lo acepto, son capaces de enredar bastante'.
Es cierto que los posibles candidatos (los m¨¢s mentados son Rodrigo Rato, Eduardo Zaplana, Javier Arenas, Jaime Mayor Oreja y, con menos frecuencia, Mariano Rajoy) se mueven con discreci¨®n y que existe la creencia generalizada dentro del PP de que quien se mueva cometer¨¢ un serio error. Pero aun as¨ª sorprende la exagerada discreci¨®n del primer candidato, vicepresidente segundo y ministro de Econom¨ªa, Rodrigo Rato, cuyo retraimiento p¨²blico es considerable.
El hecho de que, tras las elecciones y pese a la mayor¨ªa absoluta conseguida, perdiera su condici¨®n de vicepresidente primero, as¨ª como la cartera de Hacienda, fue interpretado en algunos c¨ªrculos populares como una muestra de la voluntad del propio Aznar de retirarle de la primera l¨ªnea para que estuviera m¨¢s protegido cara a 2004. Pero algunos empiezan a pensar que fue un 'error t¨¦cnico' renunciar a la cartera de Hacienda, que tiene algo m¨¢s de oportunidades de proyecci¨®n p¨²blica que la de Econom¨ªa. En cualquier caso, sigue apareciendo en las quinielas en primer lugar, sobre todo si el nuevo l¨ªder socialista, Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero, sigue en su actual l¨ªnea de fortalecimiento.
La irrupci¨®n de Rodr¨ªguez Zapatero en la escena pol¨ªtica es, precisamente, otra de las novedades, y de las complicaciones, a las que ha tenido que hacer frente Aznar bastante antes de lo que era previsible. Hace s¨®lo seis meses, el Partido Popular pod¨ªa pensar en una nueva y c¨®moda mayor¨ªa para 2004. El principal partido de la oposici¨®n, el PSOE, no tuvo hasta el 22 de julio ni tan siquiera un dirigente o posible candidato. El hecho de que finalmente resultara elegido un diputado leon¨¦s muy poco conocido para la opini¨®n p¨²blica les permiti¨® creer, razonablemente, al Partido Popular y al presidente del Gobierno que ten¨ªan por delante bastantes meses, por no decir un par de a?os, de relativa tranquilidad mientras el nuevo dirigente se hac¨ªa con el control interno del fragmentado partido socialista y consegu¨ªa adquirir solidez p¨²blica.
El proceso de reconstrucci¨®n interna socialista ha ido, sin embargo, m¨¢s deprisa de lo previsto y el propio Rodr¨ªguez Zapatero ha conseguido, por su parte, colocarse muy r¨¢pidamente en las encuestas de popularidad. Para sorpresa de los especialistas del PP, y de pr¨¢cticamente todo el mundo, Zapatero no ha hecho sangre con pr¨¢cticamente ninguno de los problemas de la agenda de Aznar, y aun as¨ª, con una oposici¨®n controlada y nada estridente, ha logrado una presencia pol¨ªtica indudable.
'Falta todav¨ªa mucho para las pr¨®ximas elecciones generales, y en estos a?os pueden pasar muchas cosas -comenta un veterano diputado popular-, pero, sin llegar a estar preocupado, s¨ª creo que el PP tiene que empezar a reaccionar frente al nuevo dirigente socialista'.
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