Aceite de ricino
El Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) conden¨® el pasado mi¨¦rcoles las 'descalificaciones personales' lanzadas desde algunos medios de comunicaci¨®n al servicio del gobierno contra los magistrados del Supremo que se hab¨ªan atrevido dos d¨ªas antes (por una mayor¨ªa de ocho frente a seis) a expresar un criterio desfavorable a la ilegal vuelta a la magistratura del ex juez Lia?o decretada por el Gobierno a trav¨¦s de un extra?o indulto. La censura del CGPJ a los 'juicios ad hominen', degradantes de las cr¨ªticas leg¨ªtimas a las decisiones judiciales, es un eufemismo de la brutalidad, crueldad y sa?a de unos comportamientos period¨ªsticos que guardan con la libertad de expresi¨®n una relaci¨®n parecida a la que mantiene la kale borroka con la libertad de reuni¨®n y de manifestaci¨®n. El Tribunal Constitucional ha repetido hasta el cansacio que la libertad de expresi¨®n, como garant¨ªa de la comunicaci¨®n p¨²blica libre en una sociedad democr¨¢tica, no ampara ni las injurias ni las invasiones de la intimidad personal.
Un editorial amarillista del diario El Mundo -titulado Cuando la justicia la dicta el ex-marido de tu mujer- embisti¨® el pasado martes contra Andr¨¦s Mart¨ªnez Arrieta y otros cuatro magistrados del Supremo por no haberse abstenido en la sesi¨®n deliberante celebrada por la Sala Segunda -en el marco del art¨ªculo 264 de la ley del Poder Judicial-para discutir la aplicaci¨®n del indulto gubernativo-papal-mileranista a Lia?o. Este precepto encomienda a esas reuniones doctrinarias -diferentes de los plenos jurisdi-ccionales- 'la unificaci¨®n de criterios y la coordinaci¨®n de pr¨¢cticas procesales', aunque deja 'a salvo la independencia de las Secciones' para adoptar las correspondientes resoluciones. En esa modalidad no cabe la recusaci¨®n o la abstenci¨®n de magistrados.
El editorial de El Mundo invade la vida privada de Martinez Arrieta, divorciado en su d¨ªa de la actual mujer de Javier G¨®mez de Lia?o. El chismoso texto cotillea los detalles de un pleito sobre la pensi¨®n alimenticia de las hijas del disuelto matrimonio y atribuye al primer marido un 'viejo rencor' pasional contra el segundo esposo de la fiscal indomable Mar¨ªa Dolores M¨¢rquez de Prado. Se sabe d¨®nde empiezan las invasiones a la intimidad personal -tambi¨¦n de las figuras p¨²-blicas- pero nunca d¨®nde terminan: una lecci¨®n que deber¨ªa hacer suya el director de El Mundo, v¨ªctima hace dos a?os de un sucio allanamiento de su vida ¨ªntima. Una vez fracasada una rid¨ªcula intentona de Lia?o -juez entonces de la Audiencia Nacional- para instruir el sumario como si fuese un delito terrorista, la justicia ordinaria investiga ahora las responsabilidades de los autores de aquel repugnante atentado contra Ram¨ªrez. Como los boxeadores con pu?o de hierro y mand¨ªcula cristal, el director de El Mundo se cree con derecho a invadir la existencia ajena y a exigir a la vez respeto a la intimidad propia: las cuestiones de principio, sin embargo, no admiten excepciones.
Al igual que la lecherita que va al mercado a vender su vaca, Casimiro Garc¨ªa-Abadillo, director adjunto del diario El Mundo, hizo sus alegres cuentas: si Mart¨ªnez Arrieta se hubiese abstenido, habr¨ªa arrastrado consigo a los magistrados Granados y Saavedra, dejando en minor¨ªa a los adversarios del reingreso de Lia?o en la carrera judicial. Pero esa victoria le sabe a poco a Ram¨ªrez: tras sentenciar que 'el escandaloso caso' de Mart¨ªnez Arrieta ofrece 'ribetes casi esperp¨¦nticos', tambi¨¦n pretende cargarse a otros cuatro magistrados acusados de un Delito de Lesa Imparcialidad: Bacigalupo (por conocer a un abogado de Sogecable), Granados (por haber sido fiscal general con los socialistas), Mart¨ªn Pall¨ªn (por amistad con un directivo de PRISA) y Andr¨¦s Iba?ez (por colaborar en EL PAIS y en la revista Claves de Raz¨®n Pr¨¢ctica). Due?o del saloon como el Liberty Valance de Jonn Ford, el jefe de los matones ofrece al Gobierno una mayor¨ªa de seis frente a tres.
Si las tropas de asalto hitlerianos romp¨ªan los huesos de sus adversarios y los camisas negras mussolinianos les hac¨ªan tragar aceite de ricino, esta nueva variante medi¨¢tica de fascismo chantajea a las v¨ªctimas con la amenaza de arrastrarles por el fango y de castigarles si desobedecen. El amparo del CGPJ tendr¨¢ para los magistrados agredidos la misma eficacia lenitiva que una aspirina o unas tiritas. Entre tanto, Ram¨ªrez se dispone a repetir, esta vez a favor de Lia?o, la carnavalada solidaria de los socialistas en la c¨¢rcel de Guadalajara con los culpables del caso Marey, condenados en 1998 por una mayor¨ªa del Supremo de la que formaban parte dos magistrados (Mart¨ªn Pall¨ªn y Conde Pumpido) elogiados entonces por quienes ahora les despellejan.
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