Un contrapeso para Barcelona
El PP aprovecha la sinton¨ªa pol¨ªtica con Valencia para hacer de esa ciudad una alternativa a la capital catalana
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El clamor de los empresarios valencianos el pasado martes fue un¨¢nime: 'El AVE crear¨¢ riqueza'. El consejero de Obras P¨²blicas de la Generalitat valenciana, Jos¨¦ Ram¨®n Garc¨ªa Ant¨®n, incluso la cuantific¨®: 'Permitir¨¢ aumentar en m¨¢s de un 1% el producto interior bruto valenciano'. La conexi¨®n a la alta velocidad de Valencia, prevista para finales de esta d¨¦cada, es percibida como una oportunidad extraordinaria para desarrollar su potencial y complementarlo con una oferta de ocio en la que brillan el IVAM, el Museo de Bellas Artes y la Ciudad de las Artes y las Ciencias. Con la autov¨ªa y el AVE, Madrid y Valencia se aproximan, lo que tambi¨¦n levanta expectativas en la capital de Espa?a, que en muchos casos ve reducido el tiempo de desplazamiento a su residencia veraniega.
Pero estas euforias pr¨¢cticas no esconden los contornos de una operaci¨®n de largo alcance: Madrid se ancla en Valencia para conectarse al eje econ¨®mico mediterr¨¢neo y para propiciar un contrapeso a Barcelona. Fue el presidente de la Comunidad de Madrid, Alberto Ruiz-Gallard¨®n, quien se dio cuenta de que si Valencia se anclaba con Barcelona en la alta velocidad, Madrid se quedaba aislada del futuro desarrollo de Europa. La maniobra salta en las sobremesas de los cargos del PP y a algunos intelectuales catalanes y valencianos no les pasa inadvertida.
El escritor Xavier Bru de Sala ha sido de los primeros en advertirlo y en definirlo como un 'premio madrile?o a Valencia' en una reflexi¨®n publicada en el semanario El Temps. Para Bru de Sala, el nuevo siglo cambia el eje de articulaci¨®n de Espa?a y el signo de las periferias. El tradicional eje Sevilla-Madrid-Bilbao ha sido sustituido por el eje circular de la M-40, de donde 'salen los puentes principales de articulaci¨®n exterior' hacia Europa y Suram¨¦rica. En esta nueva orientaci¨®n Madrid 'castiga' al Pa¨ªs Vasco y a Catalu?a y 'premia' a la Comunidad Valenciana. De acuerdo con este razonamiento, Valencia es beneficiada con la Ciudad de las Artes y las Ciencias, inversiones en el puerto, agua del Ebro, AVE a Madrid... y se rompe su tendencia de 'mirar al norte', por lo que 'Barcelona se vuelve transparente para los valencianos'.
Id¨¦ntica preocupaci¨®n invade al arquitecto catal¨¢n Oriol Bohigas, quien reconoce en una entrevista en esas mismas p¨¢ginas que Valencia adquiere 'una prosperidad y una fuerza econ¨®mica que puede desbancar a Barcelona en muchas actividades', como resultado de 'una operaci¨®n que se dirige, claramente, desde Madrid, que quiere que Valencia sea la contrapartida fuerte de Barcelona'. Bohigas considera que 'Madrid prefiere encontrar la cocapitalidad en Valencia que en Barcelona, y que a ello ha contribuido que el PP gobierne con mayor¨ªas absolutas en Espa?a y en el Comunidad Valenciana'.
Pero Valencia ya era un claro contrapeso de Barcelona, seg¨²n el balear Gregorio Mart¨ªn Quetglas, director del Instituto de Rob¨®tica de la Universidad de Valencia, una de las voces que m¨¢s ha bregado por el trazado que conectar¨¢ Madrid con Valencia por el norte. Y, en cierto modo, ya se hab¨ªa descolgado de Barcelona. 'El puerto de Valencia est¨¢ en una posici¨®n central respecto al Mediterr¨¢neo y supera en tr¨¢fico de contenedores al de Barcelona, por lo que existe una lucha a muerte, desde el punto de vista comercial, entre ambos puertos', documenta.
La conexi¨®n de ancho europeo para mercanc¨ªas de Barcelona a la frontera, planteada por el presidente de la Generalitat de Catalu?a, Jordi Pujol, pone al puerto de Barcelona en una situaci¨®n de privilegio para complementar al puerto de Marsella y optar a la demanda del noreste de Espa?a y el sureste de Francia, entrando en clara competencia con el de Valencia. Catalu?a y la Comunidad Valenciana compiten por el mismo espacio. Incluso algunos socialistas valencianos no esconden que Catalu?a 'se ha trabajado lo suyo', aprovechando unas coyunturas en las que decantaba mayor¨ªas, 'en detrimento de la Comunidad Valenciana'.
En ese sentido, Mart¨ªn Quetglas est¨¢ convencido de que el entonces ministro Josep Borrell 'se equivoc¨® no tomando la decisi¨®n de que el AVE Madrid-Barcelona pasara por Valencia'. En esta situaci¨®n, Pujol presion¨® para que, desde Zaragoza, pasara por Lleida y luego bajara hasta Tarragona para subir a Barcelona, trazando un trayecto que, seg¨²n datos de la consultora del TGV franc¨¦s, aumentaba entre 10 y 20 minutos el recorrido original, mientras que pasando por Valencia s¨®lo hab¨ªa una diferencia de 10. Esa decisi¨®n pol¨ªtica descolg¨® a Valencia de Barcelona. 'El nombramiento de Albert Vilalta, que hab¨ªa realizado el proyecto del AVE de la Generalitat de Catalu?a, como secretario de Estado del entonces ministro de Fomento, Rafael Arias-Salgado, har¨ªa el resto', seg¨²n Mart¨ªn Quetglas.
Roma tuvo que ser Mil¨¢n
El director del Instituto de Rob¨®tica es consciente de que hay 'una tensi¨®n l¨®gica entre Barcelona y Valencia', aunque 'no hay que sacarla del sitio'. 'Barcelona no ha sabido jugar el papel de Mil¨¢n, y ten¨ªa todos los n¨²meros para hacerlo', diagnostica. 'Los italianos asumen que la capital econ¨®mica es Mil¨¢n y no Roma, pero por alguna raz¨®n que tiene que ver con la vertiente independentista indecisa de Catalu?a, Barcelona no acogi¨® como representante de todo el Estado espa?ol a las fuerzas econ¨®micas. Como consecuencia, Madrid se ha convertido en la residencia de las multinacionales, pero Madrid no ofrece la sensaci¨®n de que se viva bien. No es un sitio para vivir, sino par ir y volver r¨¢pido', sentencia.
Frente a esta dial¨¦ctica est¨¢ la tercera capital de Espa?a, que relacionada con Madrid empieza a competir con Barcelona. La l¨ªnea recta entre Madrid y Valencia pone a la primera y tercera capitales del Estado en unas condiciones interesantes. Con todo, Mart¨ªn Quetglas ve una complementariedad entre la capital catalana y Valencia que no se ha dado: 'Barcelona no ha favorecido en nada a Valencia en el momento de decidir las infraestructuras. En 2004 el ancho de v¨ªa europea estar¨¢ en Tarragona, y catalanes y valencianos tienen un reto important¨ªsimo ante s¨ª para conectarlo con Castell¨®n. Barcelona deber¨ªa de mirar menos hacia el norte y fijarse en Valencia', asesta, convencido de que 'el futuro del Estado est¨¢ entre Barcelona y Valencia'.
Aunque no tan acotado, el soci¨®logo valenciano de origen navarro Jos¨¦ Miguel Iribas tambi¨¦n define el arco mediterr¨¢neo como el eje de crecimiento clave de Espa?a. 'Hasta el punto', enfatiza Iribas, 'que el Pa¨ªs Vasco, en sus directrices de ordenaci¨®n territorial, postula el eje del Ebro, a trav¨¦s de Zaragoza, para aproximarse al arco mediterr¨¢neo, y ha abandonado su tradicional pretensi¨®n de conectarse con Francia'. Para Iribas, la ¨²nica posibilidad de recuperar a Teruel est¨¢ en el desarrollo de este eje diagonal que ya toma forma en algunas cabezas. 'Madrid ten¨ªa claro que el ¨²nico v¨ªnculo a un eje de desarrollo europeo pasaba por Valencia', asegura, y lo razona: 'Su conexi¨®n con Barcelona es d¨¦bil, teniendo en cuenta que despu¨¦s de Zaragoza atraviesa dos zonas des¨¦rticas y con poco potencial de crecimiento, y adem¨¢s no hay sinton¨ªa entre las burgues¨ªas catalana y madrile?a'. Al soci¨®logo no le cabe ninguna duda de que el AVE Madrid-Valencia 'es un eje con caracter¨ªsticas pol¨ªticas que viene a evitar que Barcelona se constituya en un elemento hegem¨®nico en el territorio'.
Valencia busca su sitio
Es verdad que el AVE genera riqueza, porque proyecta y refuerza las conexiones con Madrid, pero el soci¨®logo Jos¨¦ Miguel Iribas advierte de que existe una visi¨®n muy optimista de los flujos econ¨®micos. 'Siempre se plantea que Madrid va a venir a Valencia, pero Madrid es muy atractivo y puede succionar a Valencia'. Ante esta situaci¨®n a la capital de la Comunidad Valenciana se le presenta el reto de desarrollar una estrategia urbana de reforzamiento de las cualidades de la ciudad para lograr un equilibrio en esta relaci¨®n, 'porque no se percibe como una oferta de alto relieve'. Valencia puede ser asiento de actividades terciarias avanzadas, 'pero siempre ser¨¢n decisiones ex¨®genas', avisa. 'Hay que generar oportunidades para que esas decisiones se produzcan, pero no hay acumulaci¨®n de capital suficiente ni de conocimientos suficientes como para lanzar estas nuevas bases productivas' que otras ciudades, como Barcelona han conseguido. 'Por otro lado, Europa no quiere que esta zona tenga otro desarrollo econ¨®mico que el turismo', remata. En la receta preventiva de Iribas se incluye mejorar el terciario, consolidar la inversi¨®n p¨²blica y definir un proyecto urbano. El soci¨®logo cree que ha habido una sacralizaci¨®n de la construcci¨®n del espacio, pero que la gente ya no quiere comprar espacio sino tiempo. 'La sociedad postindustrial es la transici¨®n de una sociedad de acumulaci¨®n a una sociedad de calidad de vida, y ¨¦sta se mide en el tiempo disponible y en su calidad. ?sa es la oferta que debe buscar la Comunidad Valenciana', sugiere. 'Es necesario que Valencia sepa a d¨®nde quiere ir', previene este especialista en turismo.
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