Sa¨²l Landau recoge su compromiso en un poemario y en un documental
Autor de cerca de 50 documentales para la televisi¨®n p¨²blica de EE UU; miembro del Transnational Institute de Amsterdam; novelista de misterio, poeta, ensayista, periodista y conferenciante infatigable; viajero enamorado (de Cuba, Chile, M¨¦xico o Jamaica); profesor 'de cualquier cosa que se me ocurra' en la Universidad de Santa Cruz (California), ni?o del Bronx neoyorquino, hijo de jud¨ªos ucranianos, amigo de Gore Vidal, Orlando Letelier y John Berger...
Todo esto es una parte del largo curr¨ªculo vital y laboral del intelectual estadounidense Sa¨²l Landau, ejemplo de integridad y buen humor, constante lucha pol¨ªtica y cr¨ªtica rigurosa, compromiso con los que no tienen nada y alegatos de esperanza contra la globalizaci¨®n.
Landau ha pasado estos d¨ªas por Espa?a y ha dejado su estela de hombre amable e inteligente. En las manos tra¨ªa dos muestras de sus variados talentos. Una, el libro de poemas Mi padre no era Hamlet, que ha editado ahora la peque?a editorial Arg¨¦s (que dirige Fisa Aranguren, la hija del fil¨®sofo) y que contiene los poemas que Landau escribi¨® en los a?os ochenta m¨¢s sendos pr¨®logos de John Berger, Mariano Aguirre y Pablo Armando Fern¨¢ndez.
Las 'maquilas'
La otra es un estremecedor documental, titulado Maquilas, una historia de dos M¨¦xicos, donde Landau y su colaboradora Sonia Angulo ponen el ojo y la c¨¢mara en los protagonistas de la revuelta campesina zapatista, por un lado, y, por el otro, en la conquista de las corporaciones estadounidenses de los territorios fronterizos, donde montan sus f¨¢bricas (maquilas o maquiladoras) para aprovechar los sueldos miserables que pagan a la poblaci¨®n mexicana que acude all¨ª desde zonas a¨²n m¨¢s deprimidas.
Landau explica en espa?ol que, a pesar de su hiperactividad, se siente 'un tipo normal, un padre, un abuelo con mucha familia y muchos amigos que al mismo tiempo trabaja y se divierte haciendo cosas que le gustan'.
Su inter¨¦s ha ido cambiando a lo largo del tiempo. Desde la segregaci¨®n racial a la guerra de Vietnam o la revoluci¨®n cubana ('estuve cinco d¨ªas con Fidel en el campo y fue toda una experiencia: luego me pas¨¦ una semana entera sin hablar') hasta las v¨ªctimas de la dictadura de Pinochet, como Letelier (asesinado en Washington) o Beatriz Allende, la hija mayor del presidente, quien se suicid¨® y de la que escribe en un poema: 'Nunca vi el cuervo en su mirada / ni azucenas negras en su cuello'.
Todo comenz¨®, dice, cuando un profesor de la Universidad explic¨® que idiota, en griego, significa el que no tiene pol¨ªtica. 'Eso me choc¨®, me pareci¨® una frase muy seria. Decid¨ª seguir esa l¨ªnea. A veces me frustra, como a todo el mundo. Si alguien roba las elecciones en un pa¨ªs del Primer Mundo es dif¨ªcil no frustrarse. Pero creo en la resistencia. No podemos colaborar en la marcha suicida de la especie humana'.
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