El Athletic rompe el maleficio
El conjunto rojiblanco sume a la Real en una profunda depresi¨®n con dos goles de Etxeberria
Diez a?os despu¨¦s, el Athletic gan¨® a la Real Sociedad en su territorio. Todo un acontecimiento, aunque mitigado por la enorme fragilidad de un rival que, por m¨¢s vueltas que d¨¦ a la noria, siempre acaba en el mismo sitio. La condici¨®n de colista pes¨® mas que la estad¨ªstica a la que se agarra la Real cada vez que se enfrenta al Athletic. Al t¨¦rmino del partido, la depresi¨®n era absoluta en Anoeta: si la Real no gana ni por decreto ley (como ocurr¨ªa cada vez que se enfrentaba al Athletic), ?qu¨¦ se puede esperar de un equipo y un club en crisis? Dos jugadas de Etxeberria (las dos que hizo en todo el partido) le mandaron al infierno. Dos jugadas y una dosis adecuada de organizaci¨®n en el Athletic, que, por vez primera en la temporada, no se descompuso en la segunda mitad y fue invirtiendo poco a poco en la defensa lo poco que hab¨ªa gastado en el ataque.
A simple vista y a pesar de la maldici¨®n que le acompa?a en cada una de sus citas en Anoeta, el Athletic se desinhibi¨® con mayor facilidad de las urgencias del partido. Su situaci¨®n no es buena, pero a¨²n no amenaza ruina. Las bajas (siete en el d¨ªa de ayer) tampoco pesan en su ¨¢nimo porque se ha acostumbrado a vivir con ellas. As¨ª que lleg¨® al partido con las ideas claras, aunque no brillantes. Lo suficiente para someter a su rival a un estado de nervios que le atenaz¨® todo el encuentro.
La Real es una sombra de s¨ª misma, un conjunto apocado en el que los futbolistas huyen del bal¨®n y, m¨¢s que moverlo, se lo quitan de encima en un tr¨¢nsito absurdo y exasperante. El modelo de Toshack se atisba en el horizonte: muchos centrales y mucho toqueteo en la zona defensiva para acabar permanentemente con un pelotazo de Loren, ya que nadie, en el centro del campo, sale a su encuentro. Muchos centrales para tocar, pero pocos para defender. Etxeberria les rob¨® la cartera en los dos goles cuando estaba rodeado de contrarios. El exceso de defensores no gantiza una mejor cobertura.
Al Atheltic le convino el f¨²tbol de la Real. Su principal temor radicaba en el juego a¨¦reo. Las lesiones han destrozado su retaguardia. Los cuatro defensas que aline¨® Rojo en Anoeta no alcanzan los 180 cent¨ªmetros. Toda una invitaci¨®n a jugadores poderosos, como Jankauskas, Khokhlov o Loren. Pero la fuerza a¨¦rea realista se desarollaba en balones frontales, aqu¨¦llos que facilitan la labor de los defensores y permiten utilizar al portero con garant¨ªas.
As¨ª que el Athletic vivi¨® con cierta comodidad un partido que nac¨ªa con mal fario. Lacruz comi¨® la moral a Jankauskas y Orbaiz y Vales se fueron creciendo a medida que el partido consum¨ªa minutos en el reloj. Al final, se dir¨ªa que los tres alcanzaban los dos metros de estatura y que sus medidas oficiales eran un aut¨¦ntico error estad¨ªstico.
A la Real le faltaban ideas y al Athletic le bast¨® una: juego de toque, r¨¢pido, y apertura a los costados. Con eso se las arregl¨® para adelantarse en el marcador e interiorizar que probablemente estaba ante su gran d¨ªa: el de la hist¨®rica victoria sobre la Real y el de su primer triunfo a domicilio en la temporada.
La Real s¨®lo existi¨® en el arranque de la segunda mitad, cuando el coraz¨®n suple la falta de argumentos y cuando al menos se contagia al grader¨ªo un punto de esperanza y se promueve en el rival un cierto temblor. Todo derby debe tener un momento caliente. En 10 minutos ocurri¨® de todo. Que la Real encerrase al Athletic en su ¨¢rea, que en un contragolpe Etxeberria fuera derribado por Pikabea en el ¨¢rea, que Orbaiz despejase con la mano un centro lateral y que De Pedro cabeceara al poste de un atribulado Lafuente. En las jugadas conflictivas, el ¨¢rbitro huy¨® de la responsabilidad del partido. Cuando Etxeberria volvi¨® a ridiculizar a los tres centrales realistas, la Real huy¨® de todo y coleccion¨® pelotazos inservibles mientras el p¨²blico de Anoeta viraba hacia la puerta de salida.
El Athletic se fue con la lecci¨®n aprendida: a falta de buen f¨²tbol (lo hizo a ratos), mantener el orden y la calma es un buen sustituto de carencias ante un rival pobre. La Real tuvo una lectura muy distinta: ya no puede apelar a la tradici¨®n. Era el partido mas se?alado de la temporada, ¨¦se que hermana al equipo y la afici¨®n, adem¨¢s de ofrecer tres puntos valiosos y lo perdi¨®. ?Y ahora qu¨¦ queda por hacer?
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