Mil mundos en busca de futuro
El colegio Aben Basso ha formado a m¨¢s de 400 alumnos con par¨¢lisis cerebral en sus 22 a?os de existencia
Si hay un lugar donde se cumple a rajatabla el dicho de que 'cada ni?o es un mundo' ¨¦se es el colegio p¨²blico de Paral¨ªticos Cerebrales Aben Basso, un reto personal que su directora, Mercedes Sanroma Mart¨ªnez, emprendi¨® como pudo hace 22 a?os, tiempo en el que han sido formados m¨¢s de 400 alumnos.
'Hoy d¨ªa nadie se acuerda de que no hace tanto estos ni?os estaban recluidos en sus casas porque no hab¨ªa donde escolarizarlos', explica Sanroma, que relata los dif¨ªciles comienzos de una aventura, 'que es mi vida y en la que espero jubilarme'. Una vida que comenz¨® en 1978 cuando, con un reducido grupo de padres que coincid¨ªan en la Unidad de Par¨¢lisis Cerebral del hospital Virgen del Roc¨ªo, cre¨® la primera aula en una habitaci¨®n que les cedi¨® el Imserso.
Tras una breve estancia en un 'chalecito' que le prestar¨®n, el proyecto dio un salto cualitativo. 'Nos cedieron parte de estas instalaciones, pero al curso siguiente invadimos como okupas el resto del colegio', recuerda Sanroma. De esto hace ya 20 a?os y ahora el colegio Aben Basso en poco se parece a aquel edificio impersonal al que los alumnos acud¨ªan en un furg¨®n de reparto. Si algo llama la atenci¨®n en cuanto se accede al centro es el gusto que demuestran tener sus 87 alumnos para la decoraci¨®n de interiores: de todas y cada una de las paredes del colegio cuelgan los cuadros elaborados con flores secas por los alumnos del taller de jardines y viveros. 'Este taller a¨²n no est¨¢ regulado por Educaci¨®n, pero nosotros lo pusimos en marcha y nos est¨¢ dando muy buenos resultados con los ni?os', explica Mercedes.
Alumnos como Luis, Mar¨ªa Victoria, Carlitos, Maribel, Alberto o Joaqu¨ªn, un inquieto adolescente propenso a darse atracones de la comida que prepararan en el taller de Hogar, que adem¨¢s de las malas pasadas que le juega su glotoner¨ªa, ha de aguantar las constantes bromas del personal por tener que compaginar su condici¨®n de forofo y socio del Sevilla con el hecho de apellidarse Lopera, como el presidente del Betis.
La jornada escolar de estos 87 alumnos, cuyas edades oscilan entre los tres y 18 a?os, va de 9.00 a 14.00. Cinco horas en las que profesores, monitores, logopedas, voluntarios y personal m¨¦dico no dan abasto para cumplir con el programa personalizado con el que cuenta cada alumno. Cada clase cuenta con tres grupos: los alumnos que siguen un curr¨ªculo escolar; con los que se trabaja en la creaci¨®n de h¨¢bitos y modificaci¨®n de conducta y un tercer grupo con car¨¢cter asistencial. 'Lo m¨¢s complicado es lograr que el ni?o se adapte a la vida escolar, que cree nuevos h¨¢bitos y conseguir que, dentro de sus posibilidades, accedan a la comunicaci¨®n verbal para que puedan interactuar socialmente', indica la directora. Basta un recorrido por las 11 aulas del centro para darse cuenta de que la ardua tarea de estos docentes no est¨¢, y seg¨²n Mercerdes Sanroma 'ni estar¨¢', bien pagada.
Pese a la buena marcha de su centro, a Mercedes Sanroma se le borra la sonrisa cuando se le pregunta por el futuro de sus alumnos cuando dejen el colegio. No logra entender c¨®mo las administraciones, que dan en total una subvenci¨®n de 400.000 pesetas por alumno y curso, no es capaz de asegurar, en los casos que sea posible, su posterior inserci¨®n en el mercado laboral.
'Despu¨¦s de tantos a?os de esfuerzo, la mayor¨ªa volver¨¢n a estar recluidos en sus casas ante la falta de un puesto de trabajo adecuado para ellos'. Por este motivo, su mesa de trabajo la preside una foto de la reina Sof¨ªa junto a una antigua alumna, Roc¨ªo de los Reyes que, tras batallar con Educaci¨®n, consigui¨® cursar becada dos grados de FP y actualmente trabaja de administrativa. Un ejemplo que parecen estar dispuestos a seguir Alberto y Maribel, que con su soltura al frente del ordenador y de la centralita telef¨®nica amenazan con robar el puesto de trabajo al personal administrativo del colegio.
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