El Gobierno de Congo encarga al hijo de Kabila la direcci¨®n provisional del pa¨ªs
La confusi¨®n en torno a lo sucedido el martes a mediod¨ªa en el Palacio de M¨¢rmol y al estado real del presidente Kabila contin¨²an un d¨ªa despu¨¦s del tiroteo. Los desmentidos gubernamentales en Kinshasa podr¨ªan tener como objetivo preparar la transici¨®n y evitar revueltas, aseguran fuentes diplom¨¢ticas occidentales citadas por la agencia France Presse. Johnatan Moyo, portavoz del Gobierno de Zimbabue, el gran aliado de Kabila junto al de Angola, y a donde fue trasladado en avi¨®n el presidente congol¨¦s, ha prometido una 'declaraci¨®n completa' a lo largo del d¨ªa de hoy, para la que est¨¢ pendiente del consentimiento del Gobierno de la RDC.
El embajador congol¨¦s en Harare, Kikakya Bin Karubi, declar¨®, por su parte, que Kabila est¨¢ vivo, aunque en un 'estado muy cr¨ªtico'. En l¨ªnea con esta confusi¨®n, el ministro delegado de Defensa, Godofredo Tcham'lesso, de visita oficial en Tr¨ªpoli en el momento del tiroteo, inform¨® a Muammar el Gaddafi de que Kabila falleci¨® el martes dos horas despu¨¦s de recibir cinco impactos de bala, disparados por uno de los guardaespaldas, inform¨® ayer la televisi¨®n libia.
Tcham'lesso fue m¨¢s lejos al acusar a los Gobiernos de Uganda, Ruanda y Congo-Brazzaville de estar detr¨¢s del atentado. Tanto Ruanda como Uganda emitieron horas despu¨¦s sendos comunicados desmarc¨¢ndose por completo de lo sucedido en Kinshasa y haciendo votos porque el proceso de paz, firmado dos veces en Lusaka, pueda avanzar.
Las calles de Kinshasa, pese a los llamamientos a la calma, estaban ayer semidesiertas. El tam-tam humano funcion¨® mejor que la radio o la televisi¨®n oficial, que emit¨ªan m¨²sica patri¨®tica salpicada de boletines tranquilizadores. Muchas tiendas y peque?os negocios callejeros optaron por no abrir o no desplegar sus abalorios en el Gran Mercado. La mayor¨ªa de los cinco millones de habitantes de la capital decidieron no salir de sus casas (casi nadie tiene trabajo) en espera de acontecimientos. Igual que B¨¦lgica, que ha enviado un peque?o contingente a Gab¨®n, y Francia, que dispone de tropas en la zona, por si fuera necesaria la evacuaci¨®n de sus nacionales de Congo.
La decisi¨®n del Gobierno de la RDC de situar al hijo del presidente, Jospeh Kabila, de 31 a?os y general del Ej¨¦rcito, al frente del Estado parece m¨¢s una salida transitoria que definitiva. Joseph, pese a estar en los ¨²ltimos a?os al lado de su padre y alcanzar un alto puesto militar, carece de imagen p¨²blica. Es muy t¨ªmido y apenas habla. Una fuente militar de la zona, que cita Reuters, le define como un hombre 'poco brillante'. Despu¨¦s del intento de golpe de Estado tutsi (orquestado por Ruanda) en agosto de 1998, el hijo de Kabila comenz¨® a ascender puestos en el escalaf¨®n. Hace un a?o y medio, tras la desastrosa conducci¨®n de la guerra por sus generales, Kabila elev¨® a su hijo al m¨¢ximo puesto dentro de las Fuerzas Armadas. Aunque los fracasos continuaron en el campo de batalla, el general se mantuvo junto a su padre.
Jospeh tuvo entrenamiento militar en China y se educ¨® en Tanzania, donde naci¨® durante el exilio de su padre. Siempre se dijo que su madre, una de las muchas mujeres que tuvo Kabila durante su juventud, es de origen tutsi, etnia que domina la pol¨ªtica y el Ej¨¦rcito en Ruanda y Burundi, y que, tras ser aliados de Kabila en la lucha contra Mobutu, se transform¨® en 1998 en su m¨¢s fiero enemigo. Ese factor familiar podr¨ªa, seg¨²n analistas surafricanos, facilitar el di¨¢logo intercongol¨¦s con la guerrilla, recogido en los acuerdos de paz de Lusaka y jam¨¢s llevado a la pr¨¢ctica.
Los tres a?os y medio de kabilismo no han servido para transformar el r¨¦gimen autoritario de Mobutu Sese Seko (derrotado y expulsado del pa¨ªs, que entonces se llamaba Zaire, en mayo de 1997). Sin democracia ni libertad, y con una represi¨®n similar a la del difunto r¨¦gimen del mariscal, Kabila no ha sabido generar repuestos pol¨ªticos. La sucesi¨®n es, por ello, muy compleja.
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