De Algeciras a Rota
Supongo que, si el PSOE ocupara el Gobierno de Espa?a y el PP fuera la leal oposici¨®n e incluso presidiera la Junta, el PP habr¨ªa encabezado la manifestaci¨®n contra el submarino de Algeciras. No le faltar¨ªan motivos: oigo que el derramamiento de agua radiactiva de la nave envenenar¨ªa milenariamente el mar, las vidas presentes y futuras. Al PSOE le ha tocado encabezar la protesta, pero, si ahora mismo gobernara Espa?a, seguramente intentar¨ªa persuadirnos de que el submarino no es esencialmente peligroso, gracias a que el Gobierno espa?ol colabora con el brit¨¢nico para controlar los riesgos del caso. Creo que, desde el punto de vista de la persuasi¨®n, el PSOE hubiera sido m¨¢s eficiente que el PP. La actuaci¨®n del Gobierno de Aznar ha sido un disparate que merece una manifestaci¨®n ciudadana.
El Gobierno del PP ha atacado directamente al sentido com¨²n. (La eliminaci¨®n del sentido com¨²n quiz¨¢ sea m¨¢s peligrosa que la energ¨ªa nuclear, y quiz¨¢ sea uno de los fundamentos del uso vigente de la energ¨ªa nuclear.) El PP, que empez¨® ridiculizando los peligros del submarino, no ha dudado en titubear, contradecirse, corregirse y desmentirse a s¨ª mismo. Aznar y sus ministros han presumido de informaci¨®n total y fidedigna mientras difund¨ªan noticias que s¨®lo pod¨ªan ser consecuencia de la mala fe o la pura ignorancia. El desconcierto p¨²blico del PP ante el submarino es un s¨ªntoma de desprecio a los ciudadanos, considerados imb¨¦ciles. El PP no ha respetado las reglas de una conversaci¨®n, en la que, adem¨¢s de veracidad, se exige que las palabras tengan significados estables y no sean como rayas en el agua.
Habr¨¢ quien juzgue un fallo de la democracia la posibilidad de que las actuaciones del PP y el PSOE fueran intercambiables en el supuesto de que invirtieran su papel pol¨ªtico. A m¨ª me parece una ventaja: la democracia favorece que el partido de la oposici¨®n se acerque a los ciudadanos y asuma su inquietud, su indefensi¨®n ante la jerarqu¨ªa del Gobierno (due?o de los secretos y la fuerza del Estado). Y existe otra jerarqu¨ªa, brutal, entre naciones. La preponderancia de Gran Breta?a, en el caso del submarino, coincide con la ampliaci¨®n de la base de Estados Unidos en Rota, antes de que empiece la revisi¨®n del Convenio de Defensa con Estados Unidos de 1989 (el Gobierno de entonces, del PSOE, quiso, seg¨²n los t¨¦rminos del refer¨¦ndum de la OTAN, reducir la presencia de EEUU en Espa?a y controlar el armamento nuclear). ?Permitir¨¢ esta revisi¨®n la entrada de armas radiactivas? ?La permitir¨ªa hoy un Gobierno del PSOE?
Ahora conocemos, gracias al debate entre PSOE y PP a prop¨®sito del submarino, el paso por Gibraltar de otros barcos y otros submarinos con armamento o motor nuclear. Alguno, hace diez a?os, choc¨® contra el fondo, o se prendi¨® fuego, aunque el mal no alcanzara al reactor ni a los proyectiles. Son ventajas de la democracia, celebradas por Greenpeace, que en su d¨ªa registr¨® los accidentes: es una ventaja que el PP aprecie por una vez los informes de Greenpeace; y que, como dice Xavier Pastor, director de la organizaci¨®n ecologista, responsables del PSOE como Manuel Chaves evolucionen hacia posturas m¨¢s responsables.
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