Diego, tres madres y un hospicio
La dram¨¢tica historia de un ni?o que a la semana de nacer fue internado en un hospicio porque su madre padec¨ªa una enfermedad mental; a los cuatro meses, entregado en r¨¦gimen de preadopci¨®n a un matrimonio; a los 21 meses, acogido por su t¨ªa; y ahora, a los dos a?os, devuelto de nuevo al orfanato. Su futuro queda en manos de los jueces.
Con s¨®lo dos a?os de vida, Diego, el hijo de Margarita Bernal, ha conocido ya a tres mujeres a las que llamaba mami y a tres hombres a los que les dec¨ªa pap¨¢. Su futuro ahora se encuentra en manos de los magistrados del Tribunal Constitucional.
Esta semana, Mar¨ªa Antonia Bernal, hermana de su madre biol¨®gica, renunci¨® a la custodia por desavenencias con Margarita. As¨ª que el ni?o, despu¨¦s de 24 meses de trasiego, ha ido a parar a lo que la Junta de Castilla y Le¨®n denomina 'Centro de Acogida Los Charros' y sus antiguos padres adoptivos llaman orfanato, ubicado en Salamanca. En todos los sitios por donde ha pasado Diego, las sentencias judiciales han dejado un rastro de l¨¢grimas.
La madre biol¨®gica, Margarita Bernal, lo reclama para ella. Los padres que lo acogieron durante 17 meses en r¨¦gimen de preadopci¨®n, los sorianos Raquel G¨®mez y Carlos de Francisco, despu¨¦s de haber intentado lo imposible por retenerlo, a¨²n no renuncian a ¨¦l y han interpuesto un recurso de amparo en el Constitucional. A Mar¨ªa Antonia Bernal, Marian, hermana de Margarita, le gustar¨ªa que el ni?o volviese alg¨²n d¨ªa a sus brazos. Y la Junta de Castilla y Le¨®n, responsable en la actualidad de la tutela del chiquillo, asegura que ha interpuesto tambi¨¦n una demanda ante el Constitucional para que Diego no tenga que vivir en Los Charros. Pero, de ganar la demanda, ?a qu¨¦ casa entregar¨ªan los funcionarios de la Junta a Diego? ?A la de los padres preadoptivos en el municipio de El Royo (Soria), cuyo domicilio conoce perfectamente la madre biol¨®gica y adonde no cesar¨ªa de acudir para reclamar a su hijo? ?Al hogar de Marga? ?A la casa que Margarita comparte en Salamanca con Luis Lucas, el padre biol¨®gico del ni?o, tambi¨¦n enfermo mental? Cada uno de ellos aporta sus razones y cada uno parece llevar parte de raz¨®n.
El discurso de la madre, a pesar de su trastorno psiqui¨¢trico, suena coherente: 'Tendr¨¦ mis faltas y mis defectos, pero calidad de madre tengo mucha. Nadie lo quiere m¨¢s que yo. Y si alguien me prepara puedo cuidar a mi hijo. Al menos, que me den la oportunidad'.
'Que se la den, claro, que se la den y que una asistenta social haga el seguimiento', dice su t¨ªa, Margarita S¨¢nchez, desde Valencia. 'Mi sobrina ha sufrido como nadie. A la semana de nacer el ni?o se lo quitaron de los brazos y lo llevaron a un centro. Tiene derecho a una oportunidad'.
'Mi hermana no est¨¢ haciendo votos para contar con esa oportunidad', se?ala Marian.
Marian, hermana de Margarita, declaraba el jueves a EL PA?S: 'Estamos pasando un verdadero duelo en mi casa. El nombre de Diego revolotea todav¨ªa por esta casa. Y tardaremos en olvidarlo. Han sido dos o tres meses en los que el ni?o nos ha conquistado a todos. A mi compa?ero, a mi hijo Alberto, a m¨ª, a todos nos ten¨ªa encantado. Y, sin embargo, he tenido que tirar la toalla y dejarlo en un centro de menores. No quiero airear escenas. Yo podr¨ªa salir en televisi¨®n llorando y diciendo cosas de mi hermana, como hace ella de m¨ª, pero asumo que todo esto viene provocado por su enfermedad. He dado este paso para que el ni?o no siguiera presenciando escenas insufribles. Ha tenido que ver a la polic¨ªa varias veces en esta casa. Y eso no es bueno para un ni?o. Margarita quer¨ªa que yo le dejara sacar a Diego a la calle con ella sola. Pero yo no estaba autorizada. Y le dec¨ªa a ella: 'Cuando t¨² me traigas un papel del juez o de la Junta autoriz¨¢ndome, yo te dejo. Mientras tanto disfruta del ni?o aqu¨ª, juega con ¨¦l. En el centro te restring¨ªan las visitas a una hora. Aqu¨ª puedes quedarte las que quieras, dos o tres, las que quieras'. Pero ella no se conformaba con nada'.
Margarita, ante ese argumento, arguye: 'Yo le dec¨ªa a mi hermana: 'Marian, que hace un d¨ªa estupendo, d¨¦jame salir con Diego media horita al parque. Pero ella me dec¨ªa que no, con una firmeza y una frialdad incre¨ªbles. Si ella se hubiera movido ante la Junta o los jueces, a m¨ª me habr¨ªa dejado sacar al ni?o. Pero no lo hizo. En cambio, ella se lo llevaba a Sevilla o cualquier sitio'.
'Margarita estaba encelada, me lleg¨® a romper las gafas un d¨ªa', se queja Marian. 'El ni?o se me met¨ªa entre las piernas y me dec¨ªa: 'Mami, a¨²pame'. Me dec¨ªa mami y a mi compa?ero le dec¨ªa papi porque o¨ªa a mi hijo Alberto [de 12 a?os] llamarnos as¨ª y se le pegaba. Entonces, cuando ven¨ªa Margarita, para que ella no se pusiera celosa, yo los dejaba solos en una habitaci¨®n'.
'Es incre¨ªble', relata una pariente de ambas hermanas. '?C¨®mo permiti¨® Marian que el ni?o le llamase mami? ?No se daba cuenta del da?o que pod¨ªa hacerle eso a Margarita? ?Y c¨®mo lo permiti¨® el compa?ero de Marian, que es psic¨®logo, que el ni?o le llamase a ¨¦l pap¨¢? ?C¨®mo no iba a encelarse Margarita?'.
Margarita Bernal declaraba, llorando, el pasado viernes: 'Necesito que me ingresen en alg¨²n sitio. Necesito ayuda. No tengo miedo a nada ni a nadie. S¨®lo a mi hermana y a su compa?ero. Prefiero que el ni?o est¨¦ en el centro antes que con ella'.
'Yo llegu¨¦ a ir a un psic¨®logo cuando tom¨¦ la decisi¨®n de acoger a Diego en mi casa', apostilla Marian; 'quer¨ªa que me ense?ara a tratar a mi hermana. Me dijo que tendr¨ªa que seguirle la corriente, pero llega un momento en que no se la puedes seguir. No me entra en la cabeza que una persona enferma como ella ande dando tumbos por la calle hablando en todos los medios y el ni?o ahora vaya a parar a un centro. Cuando podr¨ªa ser al rev¨¦s: Marga, en un centro de rehabilitaci¨®n, y el ni?o, aqu¨ª en esta familia, donde tan a gusto estaba'.
Mientras tanto, Raquel G¨®mez y Carlos de Francisco, los padres preadoptivos, lloraban sin consuelo el pasado jueves al enterarse de que Diego hab¨ªa vuelto al orfanato.
Marga Bernal, la madre de Diego, despu¨¦s de discutir en repetidas ocasiones con su hermana, viaj¨® m¨¢s de cuatro horas en autob¨²s, desde Salamanca hasta el municipio soriano de El Royo, para buscar la ayuda de los antiguos padres adoptivos. Fue el 27 de diciembre.
'Vino buscando ayuda', relata Carlos de Francisco. 'Le dijimos que no pod¨ªamos influir en nadie. Todo esto ya lo ve¨ªamos venir. Los estudios que ten¨ªa la Junta ya pon¨ªan de manifiesto la situaci¨®n conflictiva entre la madre y la t¨ªa. No estamos hablando de un mueble. Es un ni?o. Hemos tenido a un ni?o 17 meses y como si no hubi¨¦ramos tenido nada. A ver si el cr¨ªo tiene en esta vida un poco de suerte. Ya est¨¢ bien que un ni?o de dos a?os tenga que pagar por los desaciertos de un juez. Que hagan los experimentos con sus propios hijos, no con los de otros'.
Carlos Fern¨¢ndez Carriedo, consejero de Sanidad de la Junta, recuerda que Margarita sufre un trastorno bipolar I, conocido como psicosis maniacodepresiva. Eso significa que sufre periodos de euforia y de depresi¨®n. La Junta no estima oportuno confiarle la educaci¨®n del ni?o. Sin embargo, el consejero Fern¨¢ndez reconoce que el paradero actual del ni?o, el orfanato, es el peor de todos los posibles. 'En un centro de menores hay turnos. Y una madre no tiene turnos. Tenemos muy buenos profesionales en Los Charros. Pero ahora uno se encargar¨¢ de darle el desayuno; otro, la merienda, y otro, la cena'.
La Junta recurri¨® la decisi¨®n ante el Tribunal Supremo y la perdi¨®. Ahora ha recurrido ante el Constitucional y ha solicitado a los jueces que dictaron la inclusi¨®n de Diego en el centro que reconsideren la sentencia. Pero, en el caso de que se disponga que Diego no ha de estar necesariamente en el orfanato, ?ad¨®nde ir¨¢?
Responde el consejero de Sanidad de la Junta: 'No lo hemos decidido a¨²n. Pero vamos a anteponer siempre el inter¨¦s del ni?o al de los padres'.
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