Problemas de memoria
Me preguntaron en Barcelona que qu¨¦ tal por Madrid y me acord¨¦ de los conos.
-Pusieron unos conos en Navidad, pero los han quitado.
-?Unos conos?
-S¨ª, para la circulaci¨®n.
Me pareci¨® un poco preocupante no acordarme de otra cosa que no fueran los conos, pero la memoria es as¨ª. A veces s¨®lo somos capaces de hablar de lo que detestamos ('am¨¦ a quienes no tuve y desam¨¦ a quien quise', que dec¨ªa el poeta). Un d¨ªa entrevist¨¦ a un escritor y al preguntarle por sus autores favoritos, s¨®lo fue capaz de mencionar a los que odiaba. Desde entonces pregunto directamente a qu¨¦ escritores fusilar¨ªa usted y todo el mundo tiene su lista preparada, para cuando ganen los suyos.
Hab¨ªa, desde luego, asuntos m¨¢s sustanciosos que los conos, como el hecho que a Ruiz-Gallard¨®n se le hubiera visto al fin la bestia que ven¨ªa ocultando tras los festivales de oto?o. Pero me qued¨¦ bloqueado y s¨®lo era capaz de recordar los conos.
-Los pusieron en Serrano, para aislar el carril del autob¨²s, pero ya digo, los han vuelto a quitar.
-Quiz¨¢ no funcionaron.
-Dijeron que s¨ª, que hab¨ªan sido un ¨¦xito.
Mi interlocutor catal¨¢n no estaba interesado en los conos. Es poeta y quer¨ªa, como es l¨®gico, hablar del escalaf¨®n. Hab¨ªa en Madrid otro poeta, amigo m¨ªo, muy enfermo y quer¨ªa que yo le confirmara que estaba terminal.
-Lo que no entiendo -a?ad¨ª- es por qu¨¦ los han quitado si funcionaban tan bien.
-?Por qu¨¦ han quitado qu¨¦?
-Los conos.
Mi amigo pidi¨® la cuenta y nos despedimos. Yo pase¨¦ un poco y luego entr¨¦ en un bar para hacer memoria. No era posible que cuando me preguntaran que qu¨¦ tal por Madrid s¨®lo fuera capaz de mencionar los conos.
Algo raro pasa en mi cabeza, me dije, pero al regresar a Madrid cog¨ª un taxi y el taxista empez¨® a hablar en contra de los conos sin que yo le hubiera dado pie. Luego tom¨¦ un autob¨²s y el conductor iba dici¨¦ndole a un amigo que eran estupendos. Puse la radio y un grupo de gente discut¨ªa sobre los conos con la pasi¨®n con la que en otro tiempo se discut¨ªa sobre cine alternativo. El Madrid de los conos, me dije, ha sustituido al Madrid de la movida.
Pero no deben de ser los conos propiamente dichos los que tienen esa capacidad para polarizar y empobrecer el pensamiento de los ciudadanos, sino la enfermedad circulatoria que representan. De hecho, fui a comer a casa de mis padres y estuve una hora atascado. Cuando llegu¨¦, mi padre dijo que desde que hab¨ªan quitado los conos estaba todo manga por hombro. Mi madre, en cambio, grit¨® desde la cocina que los conos hab¨ªan convertido las calles en un caos. Por la radio dijeron que el n¨²mero de muertos a causa del tr¨¢fico hab¨ªa aumentado en Madrid un 55%. Se dice pronto: un 55%. Cuando una ciudad est¨¢ terminal, est¨¢ terminal con conos y sin conos. Los conos arreglan una cosa y estropean otra. Pasa lo mismo que cuando entuban al agonizante: que le dan dos d¨ªas m¨¢s de vida, pero le destrozan las paredes de la faringe. Por eso se puede estar a favor y en contra del entubamiento, de manera indistinta.
Digo esto porque fui a ver al poeta que se estaba muriendo para aligerar el escalaf¨®n y lo encontr¨¦ conectado a 18 aparatos diferentes. Intent¨¦ besarle, pero no encontr¨¦ hueco. Sus cu?adas estaban en desacuerdo total con los tubos, pero al yerno le parec¨ªan bien. Me preguntaron mi opini¨®n y dije que eso era como lo de los conos: que arreglaban unas cosas y estropeaban otras. Me miraron mal, aunque los problemas del poeta, como los de aqu¨ª, eran de orden circulatorio.
Al salir de hospital intent¨¦ recordar a mi amigo poeta en otros tiempos, cuando no conoc¨ªamos otro tubo que el de la risa, pero s¨®lo era capaz de recordarle en plan yaciente, con el cuerpo lleno de conexiones. Esa noche me llam¨® el poeta de Barcelona para preguntarme por el poeta de Madrid y le dije que ten¨ªa tubos.
-?Qu¨¦ dices?
-Que tiene tubos. No he podido besarle.
Pues es lo que le pasa a esta ciudad, que tiene conos incluso cuando se los quitan, as¨ª que no hay manera de pensar en ella sino como en una enferma terminal. Por eso, cuando me preguntan que qu¨¦ tal por Madrid, s¨®lo me acuerdo de los conos.
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