El estado de Aznar
Los problemas se acumulan sobre la mesa del Gobierno. Pasado el periodo m¨¢gico del mejor momento econ¨®mico, que coincidi¨® durante a?o y medio con una tregua de ETA, parece como si el presidente y sus ministros no estuvieran preparados para afrontar la cruda realidad. Cunde una sensaci¨®n de desconcierto que est¨¢ calando ya en la opini¨®n p¨²blica.
El problema de las vacas locas, el caso del submarino Tireless y el llamado s¨ªndrome de los Balcanes requieren otra forma de gobernar, con m¨¢s informaci¨®n, m¨¢s prevenci¨®n y m¨¢s coordinaci¨®n interna y exterior. Ante unos casos en que las inc¨®gnitas son m¨¢s grandes que las certezas, el Gobierno ha demostrado falta de reflejos y de sentido de la realidad. Como anteriormente ante la subida del precio de las gasolinas, el Gobierno improvisa y es incapaz de transmitir confianza a la opini¨®n p¨²blica. El descontrol de la inflaci¨®n, cuya tasa ha doblado las expectativas del Gobierno, resta confianza en la gesti¨®n gubernamental, que hab¨ªa hecho de su eficiencia econ¨®mica un mito. A la carretera de la econom¨ªa le han salido baches, aunque siga admitiendo la circulaci¨®n a buena velocidad.
La ofensiva terrorista que ha seguido a la ruptura de la tregua ha tenido un enorme efecto desmoralizador sobre la sociedad espa?ola. Y esto tambi¨¦n cuenta a la hora de valorar al Gobierno. S¨²bitamente se ha pasado de la ilusi¨®n acumulada durante los meses de tregua a la pesadilla de lo que parece un t¨²nel sin final. Afortunadamente, el PSOE ha actuado con responsabilidad proponiendo un pacto antiterrorista que da una fuerza suplementaria a la acci¨®n gubernamental. Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero lleva tiempo insistiendo en la conveniencia de hacer tambi¨¦n un pacto de Estado en torno al tema de la inmigraci¨®n. Aznar har¨ªa bien en no deso¨ªr una propuesta tan razonable.
Probablemente, la cuesti¨®n clave para el pr¨®ximo futuro es la inmigraci¨®n, que afecta directamente al equilibrio convivencial del pa¨ªs. Pero el Gobierno la afronta con una mentalidad m¨¢s policial que social y cultural. La pol¨ªtica del PP parece guiada por una obsesi¨®n: que, a caballo de la xenofobia, no crezca un partido ultraderechista que rompa la trabajada unidad del centro-derecha. Pero la cuesti¨®n de la inmigraci¨®n requiere una mayor amplitud de miras: no generar alarmas -hablar de 'invasi¨®n' es un disparate-, no consagrar la inferioridad del inmigrante convirti¨¦ndolo en ilegal (lo cual s¨®lo beneficia a la xenofobia y a las mafias) y trabajar para una real adaptaci¨®n de los que vienen a las reglas de una sociedad abierta.
La complejidad -y, en algunos casos, novedad- de los problemas ha desbordado al Ejecutivo y ha roto el hechizo en aznarilandia. Desde que Aznar lleg¨® al Gobierno quiso transmitir un estilo firme de un hombre que piensa en un destino que est¨¢ m¨¢s all¨¢ de los obst¨¢culos coyunturales. En tiempos de bonanza y sin oposici¨®n, este estilo le llev¨® a la mayor¨ªa absoluta. Desde que la obtuvo, Aznar ha radicalizado sus modos, ha aumentado la concentraci¨®n del poder en sus manos y ha provocado un eclipse total de los ministros que m¨¢s se distinguieron en la primera legislatura. Cuando se agolpan los problemas y el presidente insiste en que no pasa nada, su firmeza deja de dar seguridad. El s¨ªndrome de La Moncloa -si existe- se cura con humildad y volviendo a poner los pies en tierra. Aznar tiene que volver a hacer pol¨ªtica real, aunque para ello tenga que reorganizar un Gobierno con un portavoz al que no se oye, con unos ministros demasiado callados y otros demasiado habladores y modificar alguna de sus estrategias. Aznar tiene delante una oposici¨®n que ha comenzado a hacer sus deberes y que no le permitir¨¢ que siga dormido en sus laureles.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.
Archivado En
- Yugoslavia
- S¨ªndrome Balcanes
- VII Legislatura Espa?a
- Opini¨®n
- Legislaci¨®n sanitaria
- Submarinos
- Gobierno de Espa?a
- Guerra Bosnia
- Vacas locas
- S¨ªndromes guerra
- Guerra Kosovo
- Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar
- Kosovo
- Conflictos diplom¨¢ticos
- Enfermedades militares
- Enfermedades ganado
- Prevenci¨®n enfermedades
- Legislaturas pol¨ªticas
- Relaciones internacionales
- Transporte militar
- Pol¨ªtica antiterrorista
- PP
- Reino Unido
- ETA
- Pol¨ªtica exterior